Bien predica…
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En mis tiempos se insistía en que los padres, y en general todos los mayores, debían predicar con el ejemplo. Esto es: debían ser el prototipo y convertir a su familia en el paradigma de familia modelo para hacer de los hijos hombres y mujeres de bien. Hoy es el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Un día que la corriente feminista ha hecho suyo para celebrar los logros de las mujeres en la vida laboral y para protestar por los temas que les atañen. Fuera de controversias, creo que una forma efectiva de coadyuvar en la lucha por mejorar la vida de las mujeres en México es poner ante los ojos de las nuevas generaciones las vidas de mujeres valiosas que les antecedieron y cuyos frutos, palpables y medibles, son prueba de que una mujer siempre puede ir más lejos.
Coahuila puede ofrecer al mundo buenos ejemplos. Uno es Magdalena Mondragón, mujer del siglo 20, periodista y escritora, oriunda de Torreón. En su faceta de periodista cubrió todas las fuentes, desde la nota policíaca hasta la Presidencia de la República, y colaboró para casi todos los periódicos y revistas de la época, aunque su base fue siempre el diario “La Prensa”, para el que trabajó por más de 30 años en la Ciudad de México. Mondragón fue la primera mujer directora de un periódico en México, al ocupar la dirección del vespertino La Prensa Gráfica, y dirigió además el Boletín Cultural Mexicano, que se editaba en inglés, francés y español, y lo enviaba a todos los centros culturales del mundo.
En la época en que el presidente de México Adolfo Ruiz Cortines dio el voto a la mujer, Magdalena Mondragón dirigió Sólo para Ellas, el primer periódico femenino del PRI, en el que se daba un tratamiento moderno a los problemas de las mujeres mexicanas. También desempeñó la dirección de Chist, un periódico de combate y humorismo. Como periodista llevó a cabo numerosas campañas de beneficio social, entre otras, “El veinte” y “La llave”, en pro de la construcción de escuelas. En 1968 asistió a Michigan, Estados Unidos, con la representación de México en la conferencia continental Puente entre las Américas, integrada por mujeres reconocidas en la literatura, el periodismo, la radio y la televisión. Fue secretaria del Club de Periodistas de México y presidenta de la Colonia Agrícola “El periodista”, de Altamira, Tamaulipas.
Como escritora incursionó en novela, ensayo, teatro y poesía. Su obra teatral “Porque me da la gana” fue publicada en forma de lecciones por Odissay Press, de Nueva York, y por muchos años se consideró obra de texto de literatura mexicana en las universidades estadounidenses. La novela “Puede Que’l Otro Año” abrió su producción literaria y recibió un premio del Ateneo Mexicano de Mujeres; “Tenemos sed”, otra de sus novelas, le valió el Premio Nacional de Literatura, y “Yo, como Pobre” fue traducida al inglés por la Dial Press, de Nueva York, y aparte de recibir una extraordinaria crítica, fue seleccionada por el Club del Libro Americano como el libro del mes, en competencia mundial. Otras más de sus novelas fueron traducidas al inglés y publicadas por prestigiadas editoriales del vecino país del norte.
Las luchas proletarias de los habitantes humildes de su región para levantar sus hogares en los suburbios de Torreón fueron inspiración para su obra literaria, traducida a la ribera del Yaqui. Su obra literaria supo penetrar los problemas vivos, políticos y económicos de la vida social mexicana contemporánea y causar polémica. Un ejemplo es “Cuando la Revolución se Cortó las Alas”.
Conocer la labor periodística, literaria y la vida misma, tan intensas una como las otras, de Magdalena Mondragón, puede ser un buen referente para alentar a las mujeres jóvenes de Coahuila y del País a hacer algo más con sus propias vidas. “Bien predica quien bien vive”.