¿Cómo nos adaptamos a la ‘nueva normalidad’ después de la pandemia?
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Hay un gran dicho popular que dice que en tiempos de crisis unos se ponen a llorar y otros a vender pañuelos. En este contexto, considero que lo que estamos viviendo hoy lo podemos ver de dos formas:
Todo lo malo que está pasando.
Pensar qué podemos hacer diferente con todo lo que está pasando.
Estos dos últimos meses nos cambiaron la vida a todos, en todos los sentidos: familiar, profesional, económico, escolar, personal, social, religioso, por mencionar algunos.
Oficina en casa o home office. Si bien es un reto estar en casa y ser eficiente con el tiempo a la hora de trabajar, más de uno ya descubrió la maravilla de poder comer en casa y no en la oficina, dormir un poco más al no tener que estar en el tráfico para llegar a una oficina, convivir más con la familia, sobre todo con los hijos.
Educación a distancia o homeschooling. Ser mamá y maestra puede ser uno de los retos más complejos en una familia en esta cuarentena. Sin embargo, la educación en casa da la oportunidad de que las niñas y los niños adquieran otro tipo de competencias, pero sobre todo fomenta los valores de empatía, respeto, tolerancia, trabajo en equipo en cosas tan cotidianas como hacer la comida, limpiar y recoger la casa, cuidar las plantas que se encuentran en el hogar. Esperemos que cuando las niñas y los niños vuelvan a las escuelas lo hagan con estas competencias nuevas adquiridas sobre su rol dentro del hogar.
Compras por internet o e-commerce. Medios nacionales e internacionales ya han hablado del aumento del valor de la industria de las compras electrónicas. Muchos comercios han he hecho un esfuerzo tremendo por incorporarlo de la manera más rápida posible, esto tendrá un efecto casi inmediato en las áreas de comunicación, mercadotecnia, eventos y relaciones públicas, por mencionar algunas.
Servicios de comidas, autoservicio y servicio a domicilio. Hemos aprendido que el negocio de comida jamás será malo, pero sí necesario reinventarse y añadir un valor agregado hacia el servicio. ¿Cuál será el diferenciador entre un lugar de tacos o hamburguesas si ya no tiene que ver exclusivamente con el mobiliario o la atención dentro del restaurante?
Relación uno a uno en el ámbito religioso. Muchas parroquias han puesto a disposición celulares y medios de contacto personales para brindar apoyo y acompañamiento en esta crisis. Eso me parece un gran acierto por parte de la Iglesia, y podría cambiar por completo en cómo es la relación con sus feligreses.
Compra de abarrotes y canasta básica. Para nadie es un secreto que el alza de precios ya está aquí conforme a la inflación de estas últimas semanas. Nuestro recibo del supermercado lo grita cada vez que vamos. Pensar en medidas alternativas que además son amigables con el medio ambiente, como los huertos urbanos.
En resumen, no todo lo que ha ocurrido es precisamente malo o nos llevará a una crisis como tal. Simplemente considero que es una oportunidad de reconocer las ventanas que nos ofrece esta crisis y aprovecharlas al máximo. ¿Aceptas el reto?
@garciacecy_
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