Fondo y forma
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No es el fondo (el combate al descarado e ingente robo millonario de combustibles en el País), es la forma (cerrar unilateralmente los ductos de Pemex y sumir a una parte del País en una crisis severa de movilidad) de realizar e implementar este “plan” por parte del Gobierno federal (su ejecutivo, Andrés Manuel López Obrador) como la medida ejemplar a seguir para evitar semejante robo de combustibles lo cual se traduce en dinero, harto dinero (el Gobierno federal tasa el robo de combustibles al año, en alrededor de 3 mil millones de dólares). No es el fondo, sino la forma (toma de decisión unilateral y vertical); así es AMLO y así va a seguir (nadie lo puede frenar porque es dueño de una mente rígida, no flexible; es un dogmático, pues) y esta decisión tiene en colapso a varios estados y ciudades del País. Incluido Coahuila ya.
Muchas, muchas aristas se desprenden de este combate a las bandas organizadas de robo de combustibles. La primera y es obvia: la arista geopolítica del cierre de ductos de Pemex los cuales afectan principalmente a estados… opositores a AMLO y su política dictatorial. Es decir, si bien no son opositores de enfrentamiento, llama la atención que son estados y ciudades con gobiernos no emanados o simpatizantes del todo de Morena. No hay combustibles en los siguientes lugares: Hidalgo (gobierna el PRI con Omar Fayad), Edomex (gobierna el PRI con Alfredo del Mazo), Jalisco (gobierna Movimiento Ciudadano con Enrique Alfaro Ramírez), Michoacán (gobierna el PRD con Silvano Aureoles), Guanajuato (gobierna Diego Rodríguez Vallejo del PAN), Querétaro (gobierna el PAN con Francisco Domínguez), Puebla (gobernaba Erika Alonso del PAN, muerta junto con su esposo, Rafael Moreno Valle, senador panista, en accidente aéreo del cual y ahora, pasó al olvido), Coahuila (gobierna el PRI con el lagunero Miguel Ángel Riquelme). ¿Es casualidad o causalidad de las políticas implementadas por AMLO? Saque usted sus conclusiones y cuadre usted su puzzle, señor lector; más claro ni el agua de Tlacote.
En días pasados, el Presidente de la Coparmex, Gustavo de Hoyos, declaró tajante: “La planeación ha adolecido de graves errores y una implementación dañina para la población y para las empresas”. Este organismo y en base a una encuesta entre 3 mil 500 empresarios agremiados, al día 11 de enero, anunciaban las cifras del miedo y espanto: pérdidas en al menos tres de los siete estados más afectados pro el desabasto, por el orden de los mil 250 millones de pesos y la afectación a miles de empleos.
ESQUINA-BAJAN
En este País de chocolate llamado México todo se mueve por carretera. Se cerraron los ductos de Pemex y todo recae en transportar los hidrocarburos en pipas. Más caro, más costoso y con los imponderables del clima hostil de invierno y los cierres continuos, por ejemplo de las carreteras que convergen con Saltillo). Se trata de combatir el robo millonario, sí, pero no hay plan, sólo caprichos y acciones unilaterales del Gobierno federal de AMLO. Sólo México y Venezuela (siempre surge Venezuela en nuestro camino y destino ahora) siguen manteniendo tal nivel de monopolio y control sobre los hidrocarburos en el mundo a través de sus gobiernos. Algo completamente inoperativo y el cual contribuye al retraso crónico de sus pueblos (Japón, por ejemplo importa 93 por ciento de sus hidrocarburos y nadie habla allí de estar con su soberanía amenazada). ¿Somos los mexicanos dueños de nuestra energía y petróleo? Pues sí, pero eso no sirve de nada. No hay gasolina ni diesel a la mano.
Cuando inició este “plan” planeado en las rodillas de Andrés Manuel López Obrador y en sus conferencias de prensa matutinas (ya harto criticadas eso de salir diario a la palestra pública y programar “juntas” de seguridad que no dan resultados, en fin), este y su corte de claques señalaron que funcionarios del más alto nivel tanto de Pemex como de los anteriores gobiernos federales (Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, por citar los tres últimos) estaban involucrados y era imposible, imposible que estos no supieran de lo anterior (el robo de combustibles). Como siempre, se señaló lo anterior, pero no dio nombres ni culpables. ¿Debe de perdonarse lo anterior? Tal vez sí, es categoría moral… pero con justicia. AMLO puede perdonar, pero se debe de hacer justicia ante semejante robo a la nación. Y esta justicia debe de ejercerse sin odio, sin rencor, sin ira de por medio. Sólo llamar a cuentas a los culpables y condenarlos. Sea quien sea.
No es el fondo, sino la forma. ¿Por qué en 18 años de ayuno para subir al peldaño del Poder Ejecutivo de la nación, AMLO no pudo fraguar un buen plan de gobierno? Sólo él lo sabe. Se criticaba harto la frivolidad y dispendio de EPN y su esposa (al parecer hoy ya separados) Angélica Rivera y que éstos aparecieran continuamente en las llamadas revistas del corazón (aquí se editan los mejores reportajes de política), pero es lo mismo hoy con el equipo de AMLO. Ya rivalizan. En enero, “TV y Notas” dio cuenta de la nueva casa de Rivera y su familia en Los Ángeles, EU (63 millones de pesos). Un reportaje memorable de siete páginas con hartas fotografías. Pero en diciembre, sólo un mes antes, “Caras” ofreció un amplio reportaje sobre una megacelebración y subasta en el Club Hípico La Silla, propiedad del Coordinador de la oficina de la Presidencia, Alfonso Romo Garza.
LETRAS MINÚSCULAS
12 páginas de glamour, lana, harta lana y personalidades internacionales. Vea usted quién asistió, qué comieron y con qué brindaron. ¿Austeridad? Sólo para los jodidos. Regresaré al tema.