La cabeza de Medusa (2)
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La Educación hoy es la cabeza de Medusa. Aquel ser mitológico al cual en lugar de bella cabellera, se le proveyó de serpientes venenosas. Así está la educación hoy en todo el país: cientos de tentáculos envenenados hacen su labor de zapa en tema tan difícil como la educación de los infantes y adultos. Lo que se creía impensable ya es realidad: la madre educadora de los mexicanos volvió a ser la televisión. En nuestra época de formación y adolescencia, allá por la década de los ochenta y noventa del siglo pasado, solíamos referirnos a la televisión como “la caja idiota”.
Eran tiempos en que la televisión tenía un impacto brutal en la conciencia, formación y educación de los ciudadanos. Merced a la pandemia la cual no cede ni va a ceder, las televisoras (a las cuales el trasnochado de Andrés Manuel López Obrador definía en sus discursos huecos como miembros de la “mafia en el poder) hoy son “aliados” del Gobierno federal en eso llamado “educación a distancia”. De un día a otro, las televisoras privadas pasaron de ser miembros de la mafia, a fieles aliados de la “4 Traición.” ¿Debería de extrañarnos lo anterior en el devenir cotidiano del cacique de Macuspana? Absolutamente no. Ese y no otro son su juego y sus charadas y mentiras de frente al país.
Decenas de madres y padres de familia se han acercado con este escritor para comentar lo que es del dominio público: hay más dificultades que bondades en un programa hecho al vapor, sobre las rodillas, “Aprende en casa”. El estrés de las madres de familia ya es brutal apenas a días de iniciado el ciclo escolar. Su carga de trabajo es ingente. La madre ahora lo es todo: es quien lleva el sustento al hogar, es quien cumple labores de sirvienta y ahora es maestra casi de tiempo completo en el acompañamiento escolar de sus hijos. Y hay un dato del cual todo mundo se queja: se dejó de lado la opinión y estrategias de quien de verdad son o deben ser los protagonistas de esta educación a distancia, los maestros. Están excluidos.
No hay clases realmente desde el pasado 20 de marzo (fecha de la suspensión de clases presenciales a nivel nacional), seamos francos. Esteban Moctezuma, como secretario de Educación y claque seguidor de las políticas dictadas por el cacique de Tabasco, le dio tan poca importancia a la pandemia y su impacto, que una y otra vez salió a la palestra pública para minimizar la suspensión y sí anunciaba una y otra vez, el regreso a clases. Nunca se cumplió. Se anunció un regreso a clases para el 20 de abril. Luego para el 30 de abril. Luego se anunció como fecha probable el 10 de mayo, posteriormente se dijo del 30 de mayo. La fecha nunca llegó porque la pandemia simplemente ha crecido y sigue creciendo. El ciclo escolar terminó el 5 de junio con clases a distancia. Un caos del cual nadie se salvó. Los alumnos no cumplieron con su cuota de tareas y los profesores no pudieron revisar tanto trabajo rezagado. Todo mundo fue aprobado.
ESQUINA-BAJAN
Para Astrid Hollander, jefa de la Unidad de Educación de Unicef en México, “…hay retos y desafíos en acceso y calidad”. Según los datos que ella aporta, apenas el 50% de los hogares mexicanos tienen acceso a Internet y 7% no tiene televisor. En un estudio de la propia Unicef y la Universidad Iberoamericana, cuando bramaba la pandemia en nuestro país en mayo pasado y las clases en las escuelas eran sólo un recuerdo oxidado, sólo 60% de los hogares tuvo acceso a contenidos educativos. En el acceso a programación a distancia y programación televisiva, el porcentaje es menor a 54%. La investigadora señala lo siguiente que es un gran punto negro de todo esto: la televisión e internet son insuficientes para la educación, los estudiantes deben de tener “acompañamiento”, lo cual recae en los abnegados padres de familia que deben multiplicarse.
Para la especialista Alma Maldonado del IPN; “los libros de texto están diseñados para trabajar en aula. Con la televisión, si no tiene acompañamiento, no es efectivo el programa sin apoyo, sin la guía de maestro y padres de familia. Se desconoce qué ocurre con el abandono de estudios en un momento en que la ONU está alertando sobre la deserción escolar…” Los tentáculos, las serpientes venenosas de Medusa encarnada en la educación, son letales. Y un dato y arista de escalofrío: antes de la llegada de la pandemia, la última medición que se tiene seria y oficial es la siguiente del Instituto Nacional de Evaluación Educativa: 80% de los niños mexicanos no alcanzaban las metas en comprensión de lectura y matemáticas.
¿Lo notó estimado lector? Es un dato valioso y serio del Instituto Nacional de Evaluación Educativa el cual Andrés Manuel López Obrador… liquidó y desapareció, junto con la Reforma Educativa de Enrique Peña Nieto. Justo cuando caminaba y estaba bien aceitada la Reforma Educativa (2018), se bajó el analfabetismo en el país de un 6.5% a 4.2%.
Un dato importante, de los más altos: cuando se implementó el sistema profesional de evaluación a los maestros (por lo cual si usted recuerda, hubo cientos de zafarranchos en todo el país), éstos de encaminaron a obtener resultados de “Bueno” y “Destacado” en sus actualizaciones, habilidades y conocimientos obtenidos. Los datos dicen que 60% de los maestros del país crecieron en tal aspecto. ¿Hoy? Hoy navegamos como siempre, en el vagón de la mediocridad, los maestros navegan sin brújula (no todos) y su mediocridad ha vuelto a ser la misma de siempre con la complicidad de López Obrador al no exigir nuevos conocimientos ni habilidades a los docentes.
LETRAS MINÚSCULAS
La SEP está pagando 15 pesos por cada uno de los 30 millones de alumnos inscritos en este ciclo escolar a las televisoras que transmiten los programas. 450 millones directos a sus arcas ya vapuleadas. Nada mal.