La obscuridad de los ‘vivos’

Terminó el puente más largo y festejado del año, el Guadalupe-Reyes, ahora viene la recuperación y la cuesta de enero, pero las élites de la clase política coahuilense despidieron felizmente las fiestas navideñas. 

Mientras Barack Obama llora, don Rubén Moreira muestra con amplia sonrisa la firma del convenio de Colaboración con la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) que según él colocará a Coahuila en los parámetros internacionales en materia de integridad y combate a la corrupción. Es increíble, no hay semana que este hombre no firme documentos internacionales por la transparencia y la anticorrupción: hechos, don Rubén, hechos. Éstos son los que hablan, sus firmas son engaños de kinder. 

Impune, se fue Gregorio Pérez Mata, expresidente del Poder Judicial, su querido amigo y condiscípulo, y el fraude del Ficrea quedará como tantos casos de corrupción en los que Coahuila, ahí sí, ocupa un destacadísimo lugar. Los nocauts de Miriam Cárdenas son fruslerías políticas de coyuntura.

El caso del desaparecido IEPC, que mágicamente evaporó 14 millones de pesos (ASE) y echó a su chistera la infraestructura de ese priísta instituto, el que se llevó hasta su página web, es otro caso de corrupción impune consentida por don Rubén y sus instituciones transparentes. 

Uno que sí se puso “vivo” fue Sergio Ricardo Fuentes Flores, implicado en la megadeuda. Cómplice principal de Javier Villarreal Hernández, y por ende de Humberto Moreira, Fuentes se puso vivo y vendió todos los  bienes que adquirió al ocupar el cargo  de administrador general de Políticas Públicas del desaparecido SATEC, así que manos limpias y búsquenle si pueden porque está amparado. 

Las fotomultas en Saltillo resultaron exitosas, ya que la incidencia de muertes por accidentes automovilísticos disminuyeron drásticamente, pero el alcalde Isidro López encontró en ellas su minita de oro y se rehúsa a rendir cuentas sobre la aplicación del dinero recaudado por este rubro, como si no se tratara de recursos públicos. En agosto el regidor José Ángel Rodríguez Calvillo dijo que se habían recaudado 14 millones de pesos, y según informó VANGUARDIA, de abril a noviembre el monto se habría elevado a 21 millones (5-1-16) ¿En realidad a cuánto asciende lo ingresado por este rubro?

La falta de transparencia del Ayuntamiento no es justificable. Destituir a Jorge Salcido, responsable del Centro Integral de Administración y Planeación no es suficiente, el Alcalde tiene mucho que informar y explicar en este rubro. ¿Qué acaso a Isidro López las fotomultas le están redituando el rendimiento que no ha podido alcanzar en sus empresas? Que conste, solo es pregunta.

Según la poco imparcial Auditoría Superior del Estado, para septiembre de 2015, quince alcaldías de Coahuila habrían desviado 94 millones de pesos. Para la mano larga en los pueblos chicos como Múzquiz, Villa Unión, Nadadores, Viesca, Sierra Mojada, Juárez y Abasolo, entre otros, la regla de oro es servirse con la cuchara grande.

Hasta ahora los cuestionamientos y denuncias del ICAI y de la ASE son como las llamadas a misa, divierten a los funcionarios más que preocuparlos y urgirlos a cumplir con la Ley de Transparencia y Rendición de Cuentas (cuentos), para ellos las leyes son, como dice el dicho, para violarlas. Los “vivos” son ellos, saben a qué llegaron donde están. 

Don Rubén podrá seguir firmando convenios y acuerdos internacionales, podrá irse a China a buscar confianza, pero lo que los coahuilenses palpan diariamente es que las instituciones operan para propiciar la corrupción no para combatirla.Amén.