"Llegar de amarillo a París es el sueño de cualquier ciclista": Froome

El británico Chris Froome (Sky) se mostró "tan feliz y emocionado" como cuando ganó su primer Tour en 2013 en su comparecencia ante la prensa como ganador de la 103 edición de la prueba francesa.

"Estoy muy feliz, tanto como en el primer Tour. La sensación ahora es algo increíble. El último kilómetro ha sido emocionante, pensé en las tres semanas en la que hemos estado dándolo todo en la carretera. Es increíble ganar de nuevo y me siento muy privilegiado de liderar este equipo", dijo.

Froome, de 31 años, explicó cómo le contaría a su hijo Kellan su victoria en el Tour.

"Le diría que ha sido espectacular, con momentos increíbles, donde hubo etapas con momentos inolvidables, en descenso, en aquel esprint con Sagan. Fueron escenarios que no se pueden preparar, que salen así en carrera. Ha sido formidable ser parte de ellos", relató.

El británico comparó este Tour con "una montaña rusa" en la que "hubo de todo" y agradeció a su equipo la ayuda prestada.

"Creo que aunque no vayamos a ganar la clasificación por equipos somos el mejor equipo del Tour", señaló.

Froome afirmó que su equipo ha sido "de lejos" el más fuerte que nunca ha alineado en el Tour, porque tras la caída de Mikel Landa en el Giro de Italia recuperaron algunos de los ciclistas que se habían inscrito en esa carrera.

"Hemos tenido a los mejores escaladores, lo cual era imperativo para ganar este Tour que se iba a decidir en la montaña", aseguró.

"En el pasado hemos tenido a grandes corredores, pero este año tenemos a cuatro entre los 20 primeros y eso que todos se han sacrificado por una única causa", agregó.

El británico indicó que sus rivales estuvieron menos incisivos de lo que esperaba.

"Es una pena que Alberto Contador se cayera en los primeros días (...) En cuanto a Quintana, le he conocido más fuerte, en 2013 y en 2015 me obligó a hacer más esfuerzos. Este año no estaba a su mejor nivel por razones que desconozco, pero estoy seguro de que volverá con la misma sed de victoria el año próximo", aseguró.

Froome se mostró convencido de que el ciclismo necesita grandes rivalidades y se mostró favorable a introducir cambios para igualar el nivel de los equipos, aunque señaló que "debe decidirlo la UCI".

En cualquier caso, también aseguró que se siente más cómodo con la presión del favoritismo, lo que facilita la labor de ganar el Tour.

De entre todos los momentos del Tour, el británico dijo quedarse con su victoria en Bagnères-de-Bigorre, tras haber atacado bajando: "Para mí eso es la carrera, me sentí como un niño, por delante de todos mis rivales. El ciclismo es eso, batirse cada día. Fue un momento particular para mí".

Froome aseguró que por el momento no mira a la leyenda y que no trata de imitar a los grandes.

"He aprendido a amar la historia de este deporte. Sé lo difícil que es ganar un Tour. También repetir y ahora lograr el tercero. Me gustaría volver cinco o seis años más a intentar ganarlo. El Tour es una carrera muy particular", subrayó.

Aunque confirmó que disputará la próxima Vuelta a España, dijo no estar obsesionado por otros objetivos, puesto que su principal meta es el Tour.

Tampoco seguirá la estela de otras leyendas, como el belga Eddy Merckx, que intentaba imponerse también en las clásicas, puesto que, señaló, "ahora eso sería más complicado dado que hay más rivalidad y más ciclistas que preparan objetivos específicos".

Froome también dijo que tratará de lograr el oro en la prueba contrarreloj de los Juegos de Río, porque el recorrido se adapta a sus características y porque tras haber logrado el bronce en 2012 en Londres es un buen reto. También disputará la prueba en línea.

El británico se mostró encantado de que, a diferencia de su anterior victoria, este año no se le haya preguntado permanentemente por las sospechas de dopaje.

"Publiqué mis datos fisiológicos y creo que es lo que había que hacer. A partir de ahí, he sentido un gran ambiente en las carreteras. Es el público el que hace formidable esta carrera", señaló.