Los riesgos de comer mal
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La alimentación equivocada puede incrementar en un tremendo 40 por ciento las posibilidades de sufrir un problema de salud. Le diremos lo que realmente le ayuda
Un nuevo estudio confirma lo que los expertos no se cansan de repetir: que comer bien es la base de una vida saludable.
Para los todavía incrédulos, esta nueva investigación trae datos aplastantes. Por ejemplo, abusar de las frituras y de las botanas saladas incrementa en 35 por ciento las posibilidades de padecer un ataque al corazón, mientras que consumir frutas y verduras contribuye a mantener alejados los infartos.
El resultado de este trabajo, que fue publicado en la revista Circulation, de la Asociación Americana de Cardiología, hizo una comparación entre los hábitos alimenticios y la incidencia de infarto en 52 países.
Y los datos obtenidos mostraron que lo que la gente come es un factor importante en la salud cardiovascular (en todos países del mundo).
Para llevar a cabo su investigación, los científicos estudiaron la situación de 5 mil 700 pacientes que habían sufrido un infarto de miocardio (en distintos centros hospitalarios) y compararon su estado de salud con 10 mil 600 personas que no presentaban ningún tipo de enfermedad cardiovascular.
Los expertos analizaron, entre otras variables, los hábitos y las preferencias alimentarias de cada participante. Y, en función de los productos consumidos, identificaron tres patrones alimentarios: (1) el oriental (de alto contenido de verduras y productos derivados de la soya); (2) el occidental (en el que abundan la carne, los fritos, las botanas y los aperitivos salados); y (3) el denominado ‘consumo prudente’ (con una ingesta moderada de carne frutas y verduras).
Los riesgos asociados a esos patrones
Los resultados mostraron que, en todo el mundo, consumir una alimentación poco saludable influye considerablemente en las posibilidades de sufrir un ataque al corazón.
Un análisis más detallado de los datos mostró que el consumo elevado de las opciones de la ‘dieta occidental’ estaba asociado con un aumento de 35 por ciento en el riesgo de enfrentar un ataque cardiaco.
Mientras que la ingesta habitual de productos de la dieta ‘prudente’ se relacionaba con una reducción del 30 por ciento de ese mismo riesgo.
Por su parte, los investigadores no encontraron ninguna relación entre la dieta oriental y las posibilidades de sufrir un infarto. Por el contrario, en este caso el efecto de algunos productos (como la soya y las verduras) era francamente protector.
Las conclusiones
“Nuestro trabajo sugiere que aumentar el consumo de frutas y verduras y reducir la ingesta de frituras (probablemente debido al tipo de grasa empleada para freír), así como los aperitivos salados, podría reducir notablemente el riesgo de infarto agudo de miocardio en todas las regiones del mundo”, señalaron los autores del estudio, que trabajaron bajo la coordinación de la nutrióloga Romania Iqbal, del Instituto de Investigación de Salud, de Ontario, Canadá.
“Las recomendaciones de nutrición para prevenir ataques al corazón deberían también promover un mayor consumo de la dieta ‘prudente’, moderada en el conusmo de carne, frutas y verduras, a escala global”, concluyó el estudio.
Diario de alimentos
Estos tres estudios, los más grandes sobre lo que realmente ayuda cuando se trata de perder peso y comer bien, llegaron a la conclusión de que llevar un diario de consumo de alimentos podría ser una de las ayudas más interesantes para elegir una nutrición saludable.
“La gente cree que sabe lo que come, pero no es así”, dice el doctor James Hill, director del Centro de Nutrición de la Universidad de Colorado, en Denver. “La gran ventaja de llevar un diario alimentario es que nos obliga a observar lo que ingerimos.
“Llevar un diario no sólo le permite estar más consciente de lo que come, sino —y sobre todo— identificar las áreas problemáticas de su alimentación”, asegura el doctor Hill.
De hecho, un estudio reciente del Centro Kaiser para la Investigación de la Salud, encontró que las personas que llevaban un diario de lo que comían duplicaron su pérdida de peso, en comparación con aquellos que no lo hacían. El estudio incluyó a mil 700 participantes, de los cuales 80 por ciento eran obesos o estaban excedidos de peso.
Debilidades de fin de semana
Cuando los investigadores de la Universidad de Washington le dieron seguimiento a los hábitos de alimentación y ejercicio de 48 adultos entre las edades de 50 y 60 años, descubrieron algunas tendencias fascinantes relacionadas con la pérdida y el aumento de peso.
Ninguno de los participantes era obeso cuando empezó el estudio, pero algunos estaban excedidos de peso. Los investigadores dividieron a los participantes en tres grupos. Uno reduciría la ingesta de calorías en 20 por ciento, el segundo incrementaría la actividad física en 20 por ciento, y el tercero no haría nada de lo anterior.
A los tres se les dio seguimiento durante un año. Para su extrañeza, los investigadores observaron que todos los grupos tendían a subir de peso los fines de semana, debido a que ingerían mucho más calorías los sábados y domingos. Aún los participantes con peso normal ganaron cuatro kilogramos al año, y los investigadores lo atribuyeron a lo que comían los fines de semana.
“Este resultado, subraya la importancia de llevar un diario de lo que uno come, cuándo lo come, y qué efectos tiene en la pérdida o ganancia de peso corporal”, concluyeron los investigadores.
“De ahí la importancia de estar enterado con todo detalle de lo que uno come y del tamaño de las porciones, sobre todo cuando tiene problemas de pérdida de peso”, dijo la nutrióloga Romania Iqbal, la directora del estudio. “No hay duda de que, en la lucha contra la obesidad, llevar un diaro puede ser de gran ayuda”, señaló.
Sobreviva a los antojos
Los antojos no son otra cosa que un intenso deseo, difícil de resistir. Es cuando su cuerpo le dice: ‘quiero un chocolate, y lo quiero ahora’.
Usted puede resistirse a los antojos, pero es difícil, sobre todo en aquellos casos en que este ritual se ha convertido en una rutina cotidiana.
A mucha gente le gusta pensar que un antojo es la manera en que su cuerpo le pide algo que usted se merece, y por eso usted se lo da, pero no siempre tiene que ser así.
Lo que pasa es que los antojos por lo regular se originan de causas que no tienen nada que ver con el hambre, por ejemplo, pueden ser desencadenados por el estrés, la depresión e incluso ciertos niveles hormonales.
Por lo tanto, aunque hay algunos antojos que se pueden satisfacer, hay otros que no debería. Le daremos una guía rápida para ayudarle a decidir cuándo luchar y cuándo no.
Tómelo en cuenta
La comida puede tenderle algunas trampas…
- Valerse de la comida para liberarse de un problema está bien, siempre y cuando no lo haga todo el tiempo.
- Pero hay una alternativa mejor: engañe a su mente distrayéndola con otra cosa —leer, ocuparse o ver algo de televisión.
- Cuando le llegue la urgencia de comer antes de la hora acostumbrada, califique su hambre en una escala de 1 a 10. A menos que se encuentre en un valor mayor de 7, no se permita comer.
- Si no puede aguantarse de comer cuando esté en su centro de trabajo, unos cuantos carbohidratos pueden mejorar su humor, pero demasiado de ellos harán que su mente se nuble y se sienta con pereza.
- Recuerde que el antojo no es tanto por el hambre o la necesidad de comer, sino porque usted quiere relajarse
Los investigadores han encontrado que las personas que tienen dificultad para bajar de peso, podrían beneficiarse en gran medida de llevar un diario de lo que comen, que le permita identificar qué es lo que están haciendo mal.
Oriéntese aquí
Los investigadores han encontrado que las personas que tienen dificultad para bajar de peso, podrían beneficiarse en gran medida de llevar un diario de lo que comen, que le permita identificar qué es lo que están haciendo mal.
La alimentación inadecuada (exceso de carne, grasa saturada, frituras, harinas, azúcar y sal) incrementa la probabilidad de sufrir un problema cardiovascular.
Por el contrario, la nutrición apropiada (frutas, verduras y un consumo moderado de carne y calorías) reduce la probabilidad de daño cardiovascular.
Este trabjao, que se publica en la revista Circulation, de la Asociación Americana del Corazón, hizo una comparación entre los hábitos alimenticios y la incidencia de infarto en 52 países.
Los expertos analizaron, entre otras variables, los hábitos y las preferencias alimentarias de cada participante. Y, en función de los productos consumidos, identificaron tres patrones alimentarios: (1) el oriental (rico en productos derivados de la soya, y alto en sodio); (2) el occidental (en el que abunda la carne, los fritos y las botanas y los aperitivos salados) y (3) el denominado ‘prudente’ (con un consumo regular de frutas y verduras).
Los riesgos de alimentarse mal
mientras que el alto contenido de sodio de la dieta occidentan, resultaba nocivo para la salud
El caso de Julia
Julia Saterrwhite, de 46 años de edad, de Portland, Oregon, una de las participantes en el estudio, pesaba 92 kilos. “Llevar un diario me ayudó a bajar a 68 kilos. Yo era la clásica dietista ‘yo-yo’, que perdía cinco kilos y aumentaba 10”, dice Julia.
“Lo había intentado todo —Slimfast, Atkins, etecétera— pero seguía aumentando de peso. Fue frustrante y decepcionador. “Entonces empecé a anotar en un cuadernillo cada pizca de comida o bebida que ingería.
“Fue muy sorprendente para mí ver lo inconsciente que era de lo que estaba comiendo”, dice ella. “Por ejemplo, acostumbraba a desayunar un baguete (una torta) con huevo y queso, que me aportaba 630 calorías. Ahora, desayuno una taza de cereal alto en fibra o un sándwich, leche y jugo de naranja”.
///El grupo que debía reducir las calorías, seguía consumiendo más de éstas los sábados y domingos; y el grupo que se estaba ejercitando, también comía más los fines de semana.----
De acuerdo con los expertos, más del 10 por ciento de los costos de salud, está relacionado con el sobrepeso y la obesidad. Tres de los estudios más grandes sobre lo que realmente ayuda cuando se trata de perder peso y comer bien, llegaron a la conclusión de que llevar un diario de consumo de alimentos podría ser una de las ayudas más interesantes para elegir una nutrición saludable.
(De la revista Health)