Migración a la inversa entre EU y México
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Nuevo Laredo, Tamps. Las medidas para contener la propagación del COVID-19 ordenadas por el gobierno de Donald Trump, están cerrando masivamente los centros de trabajo agrícola e industrial, que ocupan a millones de paisanos, quienes al frenarse en seco el flujo de sus ingresos optan por regresar a México mientras permanezca la cuarentena impuesta en EU y desde hace apenas dos días, también en México.
Y al cruzar la frontera se topan con la laxitud de los oficiales migratorios mexicanos, quienes sin cubrebocas, ni guantes ni medidores de temperatura, los dejan pasar libremente hacia nuestro territorio, a pesar de que desde ayer, EU es el país con más casos confirmados del virus y que en un solo día duplicó el número de muertes por este padecimiento.
Les platico: Con todas las medidas sanitarias recomendadas por la Organización Mundial de la Salud -y que apenas la noche del sábado fueron acatadas por la 4T- atestiguamos el flujo de vehículos que de Laredo, Texas, se internaban a través del puente internacional sobre el Río Bravo, hacia Nuevo Laredo. Tamaulipas.
Hagan de cuenta las mismas filas que se forman en épocas navideñas. Cientos, si no es que miles, de vehículos de todos tipos con placas de Estados tan lejanos como Minnesota, Illinois, New York, New Jersey y otros más cerca, como Arkansas, Georgia, Luisiana y por supuesto, Texas.
Y sus ocupantes con sus permisos habituales de internación temporal de vehículos bien a la mano, atendidos por oficiales migratorios que les franquean el paso apenas se cubren los requisitos fiscales -también habituales- para entrar a México.
Hablé con los tripulantes de once autos y camionetas que accedieron a darme sus nombres y los domicilios donde viven en EU. Verifiqué mediante un sistema de rastreo de datos la autenticidad de la información y como botón de muestra, comparto aquí el de uno de ellos:
Fernando Arturo García Sandoval vive con su familia en el departamento 12 de la Torre 1 del complejo William en la avenida de éste nombre, casi esquina con la calle 10th Canal, en uno de los suburbios latinos de la ciudad menos norteamericana de toda la Unión Americana: Nueva Orléans.
Fernando maneja una “troca” Tacoma modelo 2015 de doble cabina con su esposa Elena y su hija adolescente, del mismo nombre.
Los abordé en un merendero de la calle Maclovio Herrera cuyos dueños son la familia Almanza y fueron uno de los pocos restaurantes abiertos que encuentran los paisanos a su paso por el centro de ésta ciudad.
Van hasta Salvatierra, Guanajuato y su plan es pasarse con sus familiares todo el tiempo que dure la cuarentena en Estados Unidos. El trabaja en una empacadora de pescado y ella es intendente en un negocio de limpieza de oficinas. Su hija va a la escuela y los tres no tienen “social security”.
A ninguno de ellos les han hecho la prueba del corona-virus; no presentan ningún síntoma pero cuando pasaron el cruce fronterizo, no les tomaron la temperatura.
Lo único que ocurrió relacionado con la pandemia fue un panfleto del gobierno de Tamaulipas donde aparece un teléfono -que nadie contestó, después de 3 intentos que hicimos como prueba- para que en caso de que presenten algún síntoma, llamen.
Les hice escuchar el audio donde el gobernador de NL, el Bronco Rodríguez, advierte a los paisanos “quédense allá, no vengan a arriesgarse ni a arriesgarnos a nosotros”, y les dije: “Así los recibe México. Bueno, también los recibe sin hacerles la elemental medición de la temperatura”.
Y Fernando respondió: “Nomás vamos a pasar por un ladito de Monterrey y le seguimos, no se preocupen”.
En contraste a ésta laxitud de las autoridades mexicanas con quienes vienen del hoy país más infectado del COVID-19, el cruce hacia el lado norteamericano lució casi desierto. Cero filas de vehículos y muy escasas personas pasando a pie.
Acompañé a una residente de EU -cuyo nombre me reservo pero que pongo a disposición de quien desee corroborarlo- en su caminata con dos maletas hacia Laredo, Texas, donde la esperaban dos de sus hijas, para llevarla de regreso a San Antonio donde viven.
Pasó sin problema apenas mostró su “green card” y a mí, que llevaba mi visa láser, el oficial migratorio me dijo que no podía pasar, a menos de que mostrara evidencia de una urgencia. Y como no la había, pa ´atrás. Solo pueden cruzar ciudadanos norteamericanos y residentes.
Así es, México -que según los alegres reportes de la SSA registra 848 casos y 12 muertes- está dejando pasar libremente a quienes vienen del país que reporta 124,000 confirmados del COVID-19 y 2,600 muertes, que se duplicaron en solo un día.
Datos que obtuve del último censo aplicado en EU, revelan que en ese país hay una fuerza laboral agrícola e industrial de mexicanos que supera los 36 millones de inmigrantes mexicanos y personas que se identificaron como de origen mexicano.
Un cálculo muy conservador de una de las agencias más recurridas de contratación en Atlanta, Georgia, arroja un aproximado de 9 millones de mexicanos que trabajan en el campo, en la industria y en el mercado de servicios.
La gran mayoría de ellos están en cuarentena obligada, sin paga porque un alto porcentaje trabaja a destajo o por horas y más de la mitad no tiene “social security”.
Son los que vienen a México a pasarla acá, sin saber si son portadores del virus y a quienes el gobierno mexicano no les hace ninguna prueba al internarse en nuestro territorio.
¿De qué servirá que ahora sí atendamos el llamado “enérgico, empático, enfático” -y yo diría que hasta mágico- del sub López Gatell y nos encerremos hasta el 19 de abril, si se nos viene encima una oleada de migración desde EU?
En México hay solo 3,000 camas con respiradores artificiales cuando en el pico de la pandemia se necesitarán 20,000 o más. Y esas 3,000, ya están ocupadas.
CAJÓN DE SASTRE
“El tema da para mucho más”, advierte la irreverente de mi Gaby. Y sí, en mi siguiente artículo les platicaré sobre el agresivo anuncio del SAT de que no habrá prórroga para presentar mañana la declaración anual de personas morales, y las razones por las cuales MALO no quiere hacerse la prueba para saber si lo contagió Omar Fayad o cualquiera de los cientos de elementos de la Guarida Nacional a los que saludó de mano el pasado 15 de éste mes… o viceversa…