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Esta semana tuve la oportunidad de ver la película “Los Increíbles 2”. La primera salió hace 14 años y me pareció una muy buena película, así es que fui con mucha curiosidad de ver la nueva historia. Tal vez por la influencia de tanta cobertura sobre el tema migratorio en Estados Unidos, no pude evitar encontrar un paralelismo entre la historia de la película con la historia de padres y madres de familia que tratan de migrar a Estados Unidos, dejando todo atrás, arriesgando sus vidas y las de sus hijos.
Como pudimos ver en los últimos días, el Gobierno de Trump ha endurecido la aplicación de leyes existentes para no solo reducir el flujo migratorio a su país, sino para enviar un mensaje fuerte de rechazo a quienes todavía consideren aventurarse a emigrar a Estados Unidos. Esta semana Trump consolidó la imagen de villano racista, antiinmigrante (al menos hacia los que no son noruegos), e insensible que se ha venido forjando. Eventualmente hizo como que actuó mediante una orden ejecutiva, pero al día siguiente siguió atacando a los migrantes y propagando un mensaje de odio y falta de solidaridad hacia quienes él y los suyos llaman “ilegales”, generalizando como acostumbra y regresando a su percepción original de que países como México no mandan a su mejor gente, sino solamente a criminales y violadores.
Tratar de entender a Trump y a sus seguidores radicales es una tarea muy compleja. Considero que a muchos nos es imposible racionalizar lo que dicen y hacen porque no tenemos el chip racista que ellos sí poseen. No procuro tratar de explicar los sentimientos que me provoca el presidente de Estados Unidos y sus camaradas, pero me llamó la atención que en la película de “Los Increíbles” se hablara de que los superhéroes son ilegales. La trama de la película es sobre encontrar la forma de que esos superhéroes puedan volver a hacer el bien y usar sus poderes sin esconderse. Diálogos en la película que llaman la atención: “los superhéroes son ilegales”; “tenemos que cambiar la percepción que la gente tiene de los superhéroes”; “para ayudar a mi familia, tengo que dejarla, para arreglar la ley, tengo que romperla”; o cuando el señor Increíble no sabe qué decir cuando su hija le dice que los superhéroes como ellos son ilegales.
Bueno, viendo a mi alrededor y viviendo en Estados Unidos por ya algunos años, me doy cuenta que no solamente es heroico lo que algunos migrantes hacen por sus familias al dejar todo atrás y venir a buscar hacer o rehacer su vida; ya sea clasificados como legales o ilegales, la gran mayoría de ellos hacen labores dignas de superhéroes. Están dispuestos a hacer lo que pocos, a poner dedicación y esfuerzo sin ser necesariamente recompensados o reconocidos como deberían. Yo he sido testigo de cómo estos superhéroes son capaces de trabajar de seis de la mañana a nueve de la noche sin parar cambiando el techo de una casa, arreglando jardines, atendiendo su restaurante como dueños o lavaplatos, pintando una casa, construyendo una casa, recogiendo cosechas de los campos, peleando guerras por otro país. Muchos de ellos considerados ilegales, esperando que su ejemplo y valiosa aportación a su nuevo país algún día sea reconocida para poder ser, ellos y sus hijos, superhéroes que puedan caminar con la frente en alto entre nosotros.
Voy a pensar que los creadores de “Los Increíbles” quisieron hacer un homenaje silencioso al héroe migrante.
@josedenigris
josedenigris@yahoo.com