Peligra salud de ‘miraserranos’ por basurero clandestino
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Karla, su esposo e hijo viven desde hace seis meses en la última calle de la colonia Mirasierra, la Mexicali, identificada por ser la que colinda con los cerros y, por ende, con el basurero clandestino en que se han convertido estos
Hace unos días Doustin, un niño de dos años, comenzó a sufrir fuertes dolores de estómago que obligaron a su madre a llevarlo a un hospital. Los pediatras dieron con el origen del mal gastrointestinal cuando les preguntaron dónde vivían.
“En Mirasierra, en la última calle”, dijo Karla Yesenia García, preocupada por su hijo.
“¿Tienen contaminación cerca de su casa?”, continuaron, y ella no dudó en responder que “sí”, que era el problema de todos los días.
Karla, su esposo e hijo viven desde hace seis meses en la última calle de la colonia Mirasierra, la Mexicali, identificada por ser la que colinda con los cerros y, por ende, con el basurero clandestino en que se han convertido estos.
Es mediodía y Karla limpia afanosa su casa con cloro, como se lo recomendaron los pediatras.
“El otro día se metió a la cochera un perro que traía colgado otro animal muerto en el hocico”, relató. Y es que en el tiradero a cielo abierto, además de aparatos eléctricos o muebles viejos, calzado y ropa en desuso, pañales y llantas, abundan los cadáveres de animales.