Quidam Fierro: Quien ha descubierto la lectura se ha dado cuenta que la vida es muy aburrida

La literatura es otra vida. O es nuestra vida más intensa. El poeta maldito Charles Baudelaire decía que “todo hombre sano puede pasarse dos días sin comer, pero nunca sin poesía”. Cuando las palabras nos golpean, nos revelan que la vida puede ser algo más. Eso le pasó a Quidam Fierro (Saltillo, Coah., 1990): el deseo sexual y la emotividad de las relaciones no serían lo mismo si no hubiera leído “El Amante de Lady Chatterley”, de D. H. Lawrence. Y como una prolongación natural de la lectura, llegó la escritura: primero acuñó versos en rap y diversas formas poéticas, después escribió relatos hasta formar su primer libro, “A vuelta de hierba y otros cuentos” (La Terquedad Ediciones, 2020).

Como su título lo anuncia, la cannabis está presente en la mayoría de los 14 cuentos, además de otras sustancias como la cocaína y el cristal. Pero las drogas no son las protagonistas de las historias, estas solo forman parte de la vida cotidiana de personajes que habitan el submundo marginal de las ciudades.

Lo que importa es la vida misma y la palabra: los cuentos están formados con una mezcla de habla callejera y poesía. Porque el autor le escribe a sus iguales: a las personas que han trabajado en empleos diversos, quienes se la pelan para ganarse la vida, quienes pueden encontrar en la literatura un espejo, un relax y un alivio. “Quidam”, en latín, significa una persona cualquiera, alguien indeterminado. Estos relatos son un paseo tóxico por escenas que la sociedad prefiere ocultar. Pero es ahí donde la vida late, rabiosa e inconforme.

-¿Qué tan importante es la cannabis en los cuentos?-

“La hierba está presente en algunos relatos, en el primero y varían mucho las sustancias, son politoxicómanos en realidad, y no sólo politoxicómanos, sino que son personas en una situación de conflicto que no precisamente tiene que ver con droga, son situaciones ocultas, ‘under’, de la vida cotidiana que no son muy amenas o que pasan desapercibidas o que no se quieren ver”.

-¿Cuál es el reto de utilizar el habla callejera al escribir?-

“Una vez que lo pones en letras, creo que te topas con un chingo de problemas sobre todo de fluidez. Te topas con palabras rimbombantes que no se hablan en el habla cotidiana. Tienes que descartarlas y cambiarlas por sinónimos muy apegados a lo que quieres decir, y no solo eso sino que literalmente digan lo que quieres decir. Es buscar esa plasticidad del habla callejera para hablarle a todos”.

En los cuentos de “A vuelta de hierba…” los personajes enfrentan situaciones como compartir un toque y luego andar erizo, y, por supuesto, enfrentar a las figuras de autoridad que amedrentan a los consumidores y abusan de quienes pueden. En otro relato, un hombre recuerda el amor perdido mientras en la fiesta suena el reggaetón, un contrapunto de emociones acompañado de versos para perrear.

La mayoría de los textos son cortos, un libro para leerse de una sola calada. Un vagabundo es apaleado por unos niños, otro encuentra resguardo en una casa hogar, otro se tira a un camión de basura para rescatar los zapatos de su bebé muerto. Quidam nos muestra escenas de la locura cotidiana.

-¿La literatura sirve para algo?-

“Quien ha descubierto la lectura se ha dado cuenta que la vida es muy aburrida. O viceversa: se ha aburrido de la vida y ha descubierto la lectura. Así me pasó a mí. Yo creo que lo que hace un escritor es hacer las historias que le gustaría leer. Yo por eso escribo. Yo no me quiero aburrir. Pretendo hacer historias con las que yo juegue y me apasione un ratito al menos.

Ficha de libro

Título: ‘A vuelta de hierba y otros cuentos’

Autor: Quidam Fierro

Editorial: La Terquedad Ediciones

Editor: Jesús de León

SOBRE EL AUTOR

Quidam Fierro nació en Saltillo, 1990, escribe y canta rap, ha trabajado como bartender, cajero, auxiliar farmacéutico, soldador, pintor, vigilante, velador.

“A vuelta de hierba y otros cuentos” (La Terquedad Ediciones, 2020) es su primer libro y está a la venta en la Librería “Carlos Monsiváis” del FCE.