Razones por las que Italia se ha salvado de ataques terroristas
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¿Por qué en los últimos años en Italia se ha reducido la probabilidad de grandes ataques terroristas? Los expertos enlistan una serie de factores, que juntos, dejan a Italia menos expuesta a la amenaza de terrorismo islámico
“Hemos aprendido una lección muy dura durante los años de terrorismo”, explica Giampiero Massolo, director general Del Departamento de Información para la Seguridad. “De estos años hemos aprendido cuán importante es mantener un dialogo constante a nivel operativo entre la inteligencia y la fuerza de la orden. La prevención es la clave de un contraterrorismo eficaz”.
Después está la cuestión del control del territorio. “Otra característica- agrega Massolo- es tener un buen control del territorio. De este punto de vista, la ausencia de lugares comparables a los suburbios parisinos en las grandes ciudades italianas y la predominancia de ciudades medio- pequeñas hace más fácil el monitoreo de la situación”.
“Otro factor central- explica Francesca Galli, asistente universitaria en la Universidad de Maastricht y experta en políticas de antiterrorismo- es que Italia no tiene una población de migrantes de segunda generación que han sido radicalizados o que podrían serlo”.
La ausencia de italianos de segunda y tercera generación que podrían ser susceptibles a la propaganda del ISIS permite a las autoridades italianas de enfocarse sobre quienes, no tienen la ciudadanía, que pueden, por lo tanto, ser deportados a la primera señal de peligro, según lo cual de Enero hasta ahora en Italia ya expulsó a 135 individuos.
Tambíen está la cuestión de las interceptaciones telefónicas, un instrumento sobre el cuál la autoridad italiana cuenta mucho. En el caso de mafia y terrorismo pueden ser intervenidas las llamadas en base de actividades sospechosas, aunque no haya pruebas sólidas.
La infiltración y la destrucción de las redes terroristas arriesga la ruptura de las relaciones sociales y pérdidas familiares muy estrechas, como en la lucha contra: la Camorra, la Cosa Nostra y la Ndrangheta.
Las personas sospechosas de jihadismo son alentadas a disociarse del grupo y cooperar con las autoridades italianas, que utilizan los permisos de residencia y otros incentivos.
Al mismo tiempo está la conciencia de tener en la cárcel a sospechosos terroristas, en el momento en que las prisiones son vistas como territorios particularmente fértiles para el reclutamiento y la radicalización (Un poco como sucedía con los jefes de la mafia).
“Tenemos una cierta experiencia en encarar las redes criminales”, concluye la investigadora, “y tenemos muchos agentes bajo cubierta que hacen un gran trabajo de intercepción de las comunicaciones”.
La noticia, en las últimas horas, del arresto en la provincia de Alessandria de Lara Bombonati con la acusación de terrorismo internacional parece recalcar el “método” descrito aquí.
Lara, que hace tres años se hacía llamar: “Khadija”, era constantemente monitoreada por “DIGOS” (División de Investigaciones Generales y Operaciones Especiales, por sus siglas en italiano), que había iniciado a indagar sobre ella después de una denuncia de desaparición por parte de los familiares, preocupados por su progresiva radicalización.
Con información de The Guardian y de medios