Soberana estulticia
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“Que no se te olvide, somos un estado So-be-ra-no”. Remarcó con tal énfasis, ademanes y aspavientos ésta última palabra, que debo escribirla separando sus sílabas y con mayúsculas. Mi respuesta fue: Por favor, dile a tu jefe que él, tú y todos los que están tomando esa decisión son unos soberanos estultos.
“¿Que qué?”, me preguntó con una mirada bovina que adiviné a través del teléfono. Y en seguida le respondí: Busca el significado de es-tul-to en el Larousse y no te digo que en la RAE porque no vas a saber ni qué es eso.
Les platico: Si publico su nombre seguro lo corren, así que, como no quiero sumar a mi conciencia un damnificado más de la pandemia, quedémonos con la estupidez de su respuesta, que según me dijo, proviene de los más altos mandos del gobierno estatal que comanda -que no se nos olvide- quien sigue siendo el peor evaluado en la historia de México: Jaime El Bronco Rodríguez. Arre:
Hablé con él porque fue el único que atendió las llamadas que hizo mi equipo tratando de saber el razonamiento de una medida tan absurda y dañina como decretar en plena víspera del Día de las Madres, el cierre obligatorio por motivos sanitarios, de florerías y pastelerías.
No se necesita ser un mercadólogo para saber que una de las fechas más esperadas por estos negocios es precisamente el 10 de mayo.
Obligarlos a cerrar en esos días es una mentad de madre, porque si casi un millón de personas han perdido su trabajo, éstos de NL que fingen -porque no fungen- “gobernar”, todavía ven la tempestad y no se hincan.
Entonces, arguyendo motivos sanitarios, alguno de los estultos con iniciativa -que son más peligrosos que los pasivos- que despacha en la Secretaría de Salud de NL, se aventó por sus pistolas la “decisión soberana” de obligar a que cierren ese tipo de establecimientos.
Buscamos en los múltiples manifiestos que ha emitido López Gatell y no encontramos una lista precisa de giros de negocio que sean considerados como “no esenciales” y que por consiguiente deben bajar la cortina y ponerle candado.
Lo que sí encontramos fue una lista de los esenciales que tienen permiso para operar y ahí vimos a todos los giros que tengan algo qué ver con la refinería de Dos Bocas, el trenecito maya y el aeropuerto de Santa Lucía con loma en medio de la pista incluida.
A lo mejor de esa indefinición se pescaron en el gobierno del Bronco para decretar este discriminatorio cierre, que vendrá a meterle más presión a la que ya existe debido a la estupidez de obligar a los transportistas a reducir horarios y unidades de servicio para evitar las aglomeraciones que según el alucinado Noé Gerardo Chávez Montemayor se forman en las filas “porque así es la gente”.
Si no se ven luces al final del túnel en cuanto a liderazgo del gobierno federal -donde unos están atrofiados de tanto Total Home, otros con el virus y unos más desaparecidos de la escena nacional (Romo, Herrera, López Oropeza, Sánchez Cordero, Márquez, Nahle, similares, anexos y conexos), sabrá el Dios de Spinoza por qué- en el ámbito estatal, la cosa está peor.
Quizá harían menos daño si se quedaran quietecitos, calladitos y bien guardaditos en sus casas, dejando que la sociedad civil aplique su sentido común y siguiera las mejores prácticas que se dan en el mundo basadas en “cuídate y cuida a quienes amas”, pero resulta que son bobos con iniciativa, lo que los convierte en más letales que el mismito ECOVID-19.
A ver, ¿cómo explicar que se permita abrir a un depósito con cheves, a una tienda de conveniencia con todo menos cheves porque ya no hay, a una pizzería o a un súper o a un banco que desvalija a sus cuentahabientes?
Al frente de esos negocios se forman larguísimas filas de “indisciplinados” que violan la cuarentena por necesidad o necedad, las mismas que habrían el 10 de mayo y antes en florerías y pastelerías.
¿Por qué a unos se les deja abrir y a otros no? No hay explicación razonable. Esto es propio de ignorantes e improvisados que juegan a “gobernar” llevándose entre las patas de los caballos la salud y la economía de millones de mexicanos.
NOTARÍAS Y LOS “BANDIDOS DEL BARRIAL”
El gobierno de NL anunció que desde ayer se permite a las Notarías Públicas abrir sus puertas, pero respetuosamente sugiero a quienes supervisan el funcionamiento de esos negocios, que investiguen el caso de los que yo llamo “Los Bandidos del Barrial”.
Se trata de abogados vivales a quienes les estoy siguiendo la pista, que coludidos con notarios balines -a los que también les sigo la huella- y con elementos de Protección Civil, se están apropiando de terrenos y fincas que lucen abandonados desde que comenzó la pandemia, pues sus propietarios están enclaustrados en sus casas citadinas.
Fuentes en quienes confío me platican que ese barrio campestre ubicado en el municipio de Santiago- a unos 20 minutos al sur de Monterrey- es azolado por esas bandas de delincuentes de cuello blanco, que están metiendo en graves aprietos legales a quienes han tenido la desgracia de ser invadidos.
Por lo pronto van los nombres sin apellido de esos abogados: Benjamín y María de Lourdes; ésta última, suplente de una Notaría Pública que está en riesgo de perder su patente.
La llamada de atención es para quienes tienen propiedades en esa zona, a fin de que tomando las precauciones sanitarias debidas, se den una vuelta por sus predios y les pongan algo de atención y cariño, porque si se ve que están con los hierbarajos a todo lo que dan, los bandidos a los que me refiero se los cortan gratis… y se van a quedar con ellos.
Apenas concluya mi investigación al respecto publicaré toda la historia con lujo de detalles y precisiones.
CAJÓN DE SASTRE
“Pónganse aguzados, amigos del Barrial, no vaya a ser que en vez de Quinta, les quede nomás una Cuarta… o menos”, dice la irreverente de mi Gaby.