Al rescate de tu mirada: Lentes de contacto
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Por comodidad o vanidad, cerca de 100 millones de personas alrededor del mundo utilizan los también llamados pupilentes. Proporcionan una visión periférica más amplia que los anteojos convencionales y pueden reducir significativamente la distorsión de imágenes.
Los lentes de contacto flotan sobre la película de lágrimas que ocupa la parte frontal de la córnea; es decir, la superficie transparente externa que está en la parte delantera del ojo. Se trata de una zona delicada y muy sensible que debe tratarse con la mayor precaución posible para evitar daños severos.
¿Sabes qué cuidados debes tener antes, durante y después de usar "lentillas"? A continuación, enlistamos los principales:
* Sigue las recomendaciones del médico oftalmólogo y no olvides que la higiene es un factor determinante. Por lo tanto, lava tus manos con agua y jabón antes de ponerte o quitarte los lentes.
* Bajo ninguna circunstancia los compartas con otra persona porque puedes causarte una infección seria; toma en cuenta que cada uno se diseña y fabrica de acuerdo con las necesidades de quien los usa.
* Sigue las indicaciones para limpiar, desinfectar, enjuagar y almacenarlos. En el mercado existen soluciones multiusos que brindan humectación y lubricación entre el ojo y el lente. No los humedezcas con saliva o agua purificada. Además, no recurras a líquidos que ya han rebasado su fecha de caducidad.
*De la misma forma, no debes usar pupilentes para bañarte y mucho menos para nadar debido a que absorben los productos químicos del agua y las lentes permeables al gas podrían moverse de su lugar drásticamente.
* También están contraindicados a la hora de dormir; tus córneas podrían dañarse debido a que no reciben la cantidad de oxígeno suficiente y corren el riesgo de infectarse. Así, no uses las lentillas más tiempo del recomendado por el especialista; de lo contrario, corres el riesgo de que la córnea se inflame y presente daños que te lleven a cirugía.