Caravana migrante que llegó a MTY salió a pie hacia Saltillo
COMPARTIR
MONTERREY,NL.- Llenos de sueños, pero con los bolsillos prácticamente vacíos y solo con un poco de agua y comida, la caravana migrante que llegó el lunes a Monterrey salió a pie hacia Coahuila, la tarde de ayer.
Un contingente integrado por unas 250 o 300 personas dejó las instalaciones de la Central de Autobuses de Monterrey en donde permanecieron cuatro días en busca del llamado “sueño americano”.
Decidieron hacer su trayecto caminando porque las autoridades estatales y sobre todos las del Instituto Nacional de Migración (INM) no los apoyaron para su libre tránsito. Ellos demandaban comprar boletos para la ciudad fronteriza de Acuña.
TE PUEDE INTERESAR: Liga Coahuila segunda jornada con más de 100 contagios de COVID-19; Saltillo es el epicentro
Poco después de las 18:00 horas tomaron la calle Colón y se desplazaron hasta Fleteros para buscar la salida de Nuevo León con rumbo al vecino estado. Ellos estiman que entre las 04:00 o 05:00 de la mañana podrían estar en Saltillo.
Sin embargo, elementos de Fuerza Civil que los resguardan en el recorrido mencionaron que el camino no es tan fácil y les podría tomar mucho tiempo.
A la altura de San Jerónimo hicieron una parada para descansar y tomar agua.
“Los que sufren más son los niños, la cosa es que no teníamos remedio la cosa está muy mal en Venezuela”, dijo una mujer que viaja con su esposo y sus dos hijos pequeños.
CON NIÑOS Y EMBARAZADAS
Detrás de una ambulancia y custodiados por patrullas, empujando carriolas con sus hijos recién nacidos, niños, adolescentes y mujeres embarazadas, encabezan la caravana de aproximadamente 250 migrantes con destino a Coahuila.
Entre los cantos de los niños para aminorar el viaje, se escuchan canciones como: “la cucaracha, la cucaracha, ya no puede caminar, porque no tiene, porque le falta, una pata para andar”. “Es que ya hemos recorrido México entero, y las canciones de aquí tienen son”, dicen las madres de los niños que entonan una y otra vez el mismo canto.
En el segundo bloque del contingente, que emprendió su camino con la esperanza de llegar a la capital coahuilense y abordar un autobús con rumbo a Piedras Negras, también viajan adultos mayores, son al menos cinco parejas de tercera edad; personas con alguna discapacidad, personas enfermas o con lesiones que se hicieron durante el viaje desde Centroamérica.
“Acá hay una muda, un cojo y un marica que camina de milagro porque se cayó del tren que no sabemos cómo sobrevivió, pero no lo pensamos dejar”, cuentan en el camino algunos de los migrantes que provienen de Chile, Guatemala y Ecuador.
A mediación de la caravana viajan hombres solos, que se rotan cada tanto chalecos fluorescentes de seguridad para hacer una valla humana y delimitar el carril izquierdo del boulevard Licenciado Díaz Ordaz, entre Monterrey y San Pedro, hasta dónde habían caminado los migrantes hasta las 21:00 horas.
Hasta el otro extremo, al final del contingente, viajan las familias y niños que por el cansancio no pueden seguir el paso de los demás, con ellos va Gabriel, el paramédico del grupo, que llegó hace dos semanas a México con el objetivo de llegar a Estados Unidos para dar una mejor vida a su esposa y sus papás, a quienes dejó en Guayaquil, Ecuador.
Desde el fondo de la caravana, Gabriel dirige a sus compatriotas para que disminuyan el paso, porque a cuatro horas de caminar con una temperatura superior a los 35 grados centígrados, ya hay personas con golpes de calor, luxaciones y bebés que presentan signos de deshidratación, además de hambre, cansancio y la incertidumbre de saber si viajan por el camino correcto a Saltillo o Piedras Negras.