Reclutamiento de pandillas, extorsión y abuso sexual obligan a Centroamericanos a huir
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Se rumoreaba que las razones que hay detrás de la creciente migración de las familias de Honduras y otros países centroamericanos en busca de protección en otros países, como México y Estados Unidos, son las amenazas de muerte, el reclutamiento de pandillas, la extorsión y otras formas de violencia selectiva. Ahora, lo confirma la señora Irma Santos.
Procedente de Honduras, narra cómo junto con sus cuatro hijos tuvo que huir hacia México para no ser víctima de la extorsión, el secuestro, al abuso sexual y el reclutamiento de sus dos varones, uno de 18 y otro de 14 años, por las pandillas, porque si se niegan, aseguraron y “prenderán fuego a sus casas”.
“Tuve que sacarlos de mi país porque ya me los buscaban a mis dos varones para ser parte de pandillas que se dedican a robar, a matar, a vender drogas y pues, antes de que a mis hijos me los matara una mano humana, mejor me los traje y que sea Dios con nosotros en este camino”.
Irma, dice que en las comunidades predomina la violencia extrema por la presencia de las pandillas y las actividades delictivas y quienes son más vulnerables son los hombres, las mujeres y los adolescentes.
“Nos dan algún tiempo para definir si nuestros jóvenes se integran a las pandillas y si nos negamos nos meten fuego a nuestras casas; los buscan desde pequeños, apenas de 12 años. Por esto estamos aquí y doy gracias a México y Acuña porque hemos recibió un gran apoyo”.
Irma Santos se encuentra refugiada, desde hace tres meses, en el Centro Comunitario Gámez Sumaran con sus cuatro hijos: dos varones de 14 y 18 años de edad y dos niñas: una de 7 y otra de 10 años, en espera como miles de migrantes que Estados Unidos “les abra la puerta”.