Lagartijas: Las vigías del desierto

COMPARTIR
TEMAS
¿A quién le importan las lagartijas?. Parece que a nadie. Coahuila es de los estados con mayor variedad de especies y a pesar de que están en peligro de extinción no hay el mínimo esfuerzo por revertir el futuro. Su desaparición podría traer plagas y un descontrol al ambiente.
Torreón, Coahuila. La región Laguna de Coahuila y Durango es una de las zonas de todo México con la mayor riqueza de endemismos entre lagartijas, y entre las especies que se hallan en la región, ocho son micro endémicas, es decir, no existen en ninguna otra parte del mundo. Y están en peligro de extinción.
El calentamiento climático, agresivos cambios de uso de suelo y falta de políticas públicas para preservar la biodiversidad, están contribuyendo a la erosión de estas especies; mismas que son desconocidas para la mayoría de los habitantes.
Según un estudio realizado por la prestigiada revista Science, el sobrecalentamiento global ha provocado la extinción del 12 por ciento de las lagartijas en México. En el estudio, publicado en 2010, se consideró inevitable la desaparición del 6% de las especies para el 2050 y si continúa el planeta calentándose al nivel actual, serán 20% las especies extintas para el año 2080, lo que, se cree, alterará el control de plagas de insectos y la alimentación de las aves.
Y La Laguna es un foco de atención: De acuerdo a un estudio realizado en 2013 por el investigador de la Universidad de California, Cameron Barrows, y otros colaboradores, la región Laguna cuenta con la mayor riqueza de lagartijas endémicas en el norte árido de México, incluyendo el suroeste de Estados Unidos.
En la Comarca Lagunera las ocho especies micro endémicas son: la lagartija de arena de Coahuila (Uma exsul), localizada en las dunas de Viesca; la lagartija proscrita de Chihuahua (Uma paraphygas), en las dunas del Bolsón de Mapimí; la lagartija nocturna del Bolsón de Mapimí (Xantusia bolsone); la lagartija nocturna de Durango (Xantusia extorris), recientemente encontrada también en la Reserva Ecológica Municipal Sierra y Cañón de Jimulco; la lagartija maculada (Sceloporus maculosus), presente en varias montañas de Torreón, Lerdo y Pedriceña; la lagartija ornamentada (Sceloporus ornatus), presente en cerros de roca caliza de Viesca, y la lagartija de parches azules (Sceloporus cyanostictus), así como la lagartija venerable de collar (Crotaphytus antiquus), ambas presentes en Matamoros y San Pedro de las Colonias. Todas están en peligro de extinción sin que ninguna autoridad haga nada al respecto y sin que la sociedad se preocupe por preservarlas.
Héctor Gadsden, Doctorado en Ciencias Biológicas, Investigador del Instituto de Ecología, miembro del Sistema Nacional de Investigadores y colaborador del Estudio publicado en la revista Science, profundiza, en entrevista con Semanario, en que La Laguna alberga esta riqueza de especies porque confluyen aspectos como su ubicación geográfica: está situada entre la sierra madre oriental y la occidental. Es una zona limítrofe del desierto chihuahuense. Además, la dinámica del tiempo le favoreció a La Laguna. Hace 11 mil años se acabó lo que se conoce como la última glaciación wisconsiniana. Lo que sucedió fue que, según explica el doctor Gadsden, al terminar la glaciación las especies que habitaban el norte de México se refugiaron en la meseta central, específicamente en la Comarca Lagunera.
Acaba la glaciación pero quedan aisladas las especies. Es una dinámica histórica, orográfica. Los grandes lagos se conjuntan y dan la posibilidad de crear islas desérticas. La Laguna es de alta relevancia porque no hay ningún otro sitio en ningún otro desierto que tenga esta biodiversidad. Es como una especie de Galápagos pero aquí son islas rocosas, rodeadas de vastos desiertos, ahonda.
El especialista compara que Chihuahua tiene 145 especies de lagartijas en todo el estado, Coahuila, cerca de 140, pero La Laguna, en un espacio de cinco mil kilómetros cuadrados, alberga a 33 especies de lagartijas, ocho de ellas únicas en el mundo. De ese tamaño es la riqueza de la biodiversidad, afirma.
Gamaliel Castañeda Gaytán, investigador de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED) plantel Laguna, doctorado en Ciencias Biológicas y experto en herpetofauna, describe como singular la historia evolutiva de las lagartijas laguneras, pues asegura que las mismas se adaptaron a condiciones hostiles.
Castañeda explica que las lagartijas son organismos de vida corta y tienen procesos generacionales elevados, por lo que son susceptibles de cambios en la forma, color o genética de la especie. Además, por su vida corta, las lagartijas presentan un modelo ecológico más fácil y práctico de evaluar que en especies más longevas. Las lagartijas te pueden dar mucho avance en la ciencia, en la teoría.
Extinción por cambio climático
El especialista en herpetofauna, Héctor Gadsden, explica que las lagartijas de La Laguna tienen características pre adaptativas, pues la mayor parte de estas especies micro endémicas son vivíparas, es decir, paren como mamíferos. De tal forma que las crías de las lagartijas de esta región, nacen vivas y el hecho que los embriones estén protegidos todo el tiempo dentro de la hembra, da la posibilidad de proteger a los embriones ante climas agresivos.
Sin embargo, estas especies vivíparas son vulnerables al estar calentándose la atmósfera, pues una lagartija tiene que reducir el número de horas de actividad en el día, lo que provoca que no puedan lograr sus actividades ecológicas completas. Entonces las abundancias de estas poblaciones se reducen hasta que se extinguen, asegura el especialista Gadsden.
Las especies más vulnerables son las vivíparas porque las hembras necesitan tener una temperatura más baja para que se desarrollen los embriones y eso afecta en la reproducción o se la muerte de los embriones.
- ¿No pueden surgir fenómenos como la migración?
- No, porque hay un aspecto importante que es la distribución y la extensión de donde se encuentran. Estas especies necesitan hábitats muy particulares como dunas o cerros rocosos, si quisieran emigrar tendrían que pasar por partes bajas y no están adaptados. Están confinados a estos cerros. Lo que se necesitan son estrategias de conservación. Son especies insulares, viven aisladas, en islas rodeadas de desierto y no pueden bajar ni sobrevivir en las partes bajas.
Héctor Gadsden, quien trabaja en las especies de lagartijas desde 1986, ha presenciado la reducción de las especies y en esos sitios donde han desaparecido las lagartijas, el promedio de temperatura se ha incrementado gradualmente.
Investigadores como el doctor Gadsden y Castañeda, realizan estudios de termorregulación para conocer la respuesta de las especies ante el calor. Estos estudios consisten en una combinación entre campo y laboratorio. Primero, se acude al campo a tomar una muestra de la población y colocarle un termómetro digital. En el lugar donde viven se colocan unos aparatos que toman la temperatura del ambiente de los diferentes micro hábitats y estos empiezan a registrar la temperatura durante varios días. Se toman registros por GPS para devolver la especie al lugar donde se halló. La muestra es llevada al laboratorio para medirle la temperatura y se introduce en un gradiente térmico. Las conclusiones son evidentes: las lagartijas están reduciendo sus horas de activación e incrementando las horas de restricción de actividades.
Se ha deducido que algunas especies han reducido su tiempo de actividad de 10 a tres horas, lo que desencadena en que una lagartija no pueda cumplir con sus funciones ecológicas y por ende desaparezcan. Según los especialistas, si una especie de lagartija supera las 3.8 horas de restricción, la especie puede empezar a extinguirse, si es menos, existe la posibilidad de adaptarse.
Un ciclo normal de una lagartija empieza a las nueve de la mañana. Los animales están refugiados y si se considera la temperatura cuando están refugiados, explica Gadsden, tienen 20 grados en el cuerpo, y cuando sale el sol y abandonan sus refugios, en una media hora se incrementan 10 grados centígrados en el cuerpo.
Los reptiles no tienen mecanismos para regular su temperatura como los mamíferos y las aves, es decir que las lagartijas son completamente dependientes de la temperatura de su entorno. Si hace mucho calor, deben cambiar su color para absorber menos, incluso pueden jadear para perder calor por evaporación; sin embargo, esto tiene un costo elevado, pues desperdician mucha humedad durante el jadeo, lo que es un problema en un ambiente con poca disponibilidad de agua como es el desierto.
Si con estos mecanismos no logran reducir su temperatura, deben buscar sitios más frescos para enfriarse. A diferencia de los mamíferos que sudamos cuando tenemos un exceso de calor, estos reptiles se retiran bajo una sombra para poder enfriarse y por ende pierden horas de activación.
Es un cambio brutal. Salen y entran de arbustos. Están jugando con el ambiente para mantenerse en 30 grados. Cuando en el ambiente la temperatura del cuerpo es de 32 grados pero el ambiente tiene 36 ó 37 y eso permanece mucho tiempo la atmósfera y los animales reducen sus horas de actividad. No pueden alimentarse, copular, y por eso están en peligro, explica el especialista.
El investigador Gamaliel Castañeda expone el caso de una lagartija diurna en La Laguna, la cual, describe, se veía antes de nueve de la mañana a seis de la tarde. Estaba en todas las horas del día. Tenía una actividad bimodal. Ahora la vemos que se concentra muy tarde en la noche y es diurna. Una lagartija como esta, ahonda Castañeda, no tendrá las mismas capacidades para ver a sus presas o por el contrario, serán más vulnerables para el depredador.
Para Castañeda el problema es severo, sobre todo que se habla de especies que se adaptaron a condiciones muy puntuales. Explica que la adaptación de una especie lleva tiempo y que hoy en día la presión, al ser muy agresiva, ha impedido la adaptación y se vuelve inviable. Se espera un declive masivo de muchas especies, anticipa.
Afectaciones antropogénicas
El calentamiento global no es la única razón que está llevando a las lagartijas a desaparecer. En La Laguna, como en otras partes del mundo, las actividades del hombre están destruyendo con la biodiversidad.
Cambios de uso de suelo sin control, destrucción de cerros sin ordenamiento, falta de límites en áreas protegidas, el crecimiento y las demandas demográficas, también están afectando en la desaparición de las lagartijas endémicas.
En el Cañón de Fernández, por ejemplo, hay especies de lagartijas que se han reducido porque la calidad del hábitat se ha visto mermado por la intromisión de vehículos motores. A las afueras de la Reserva de Mapimí, existe un cinturón de áreas agrícolas que le ha tumbado hábitat a reptiles y han fragmentado la distribución original de la especie. En las Dunas de Viesca, donde habita una especie micro endémica, la misma se ha reducido palpablemente de 30 años a la fecha. Esa reducción tiene como factor el cambio del uso del suelo por cultivos. Aquí ya solo quedan manchones donde hay lagartijas, asegura Héctor Gadsden.
Esta situación hace que los reptiles sean más susceptibles a los cambios que enfrenta su entorno. Si se pierde vegetación, entonces es menos probable que puedan encontrar refugios adecuados para regular su temperatura durante el día.
En la Sierra de Texas, en Matamoros, Coahuila, viven dos especies micro endémicas que a decir de Héctor Gadsden, están sufriendo mucho por la destrucción del hábitat como por el calentamiento global. Asegura que en este lugar abundaba la especie y cada vez se observan menos.
A la lagartija Uma exsul, ubicada en las dunas de Viesca, además del calentamiento global, también las grandes extensiones de manchas agrícolas están reduciendo la especie. En la reserva Sierra y Cañón de Jimulco, en Torreón, afortunadamente se tiene una montaña poco accesible que se convierte en una defensa natural.
Así mismo, en la región se registran muchas extracciones en los cerros, por mármol u otros materiales, y están destruyendo a las especies sin que nadie regule. No hay un ordenamiento de decir aquí se vale y aquí no. No hay estrategias puntuales para evaluar la población, critica Gamaliel Castañeda.
Además, Castañeda resalta que mientras la demanda de recursos por parte de las personas, no se controle, la posibilidad de beneficiar los sistemas ecológicos será muy difícil. Las tasas de crecimiento son muy desmedidas y descontroladas. Vamos a seguir demandando espacio, comida.
Beneficios de las lagartijas
Gamaliel Castañeda Gaytán, investigador de la UJED plantel Laguna, explicó que las lagartijas, evolutivamente hablando, son un factor muy interesante porque son un reflejo de la capacidad de mantenerse bajo condiciones ambientales hostiles. En un ambiente donde los recursos son escasos (desierto o semidesierto), las lagartijas suelen ser de las especies más importantes porque representan la biomasa disponible para el siguiente nivel. Es decir, que si tienes un conjunto de aves como aguilillas, correcaminos, búhos, etcétera, estos animales requieren de un recurso, en este caso las lagartijas, y mientras esté disponible el recurso, pues se tiene el siguiente nivel estable y así sucesivamente. Forman parte muy importante de la trama alimenticia, recalca.
En México viven 417 lagartijas y se han descrito 864 especies de reptiles. En el mundo existen nueve mil 547 especies de reptiles, por lo que se considera a México como el segundo país con la mayor diversidad de este grupo después de Australia. Gamaliel Castañeda asegura que muchas especies como las lagartijas, reflejan la historia evolutiva de un país. Nos ayuda bastante a entender los procesos ecológicos evolutivos durante muchos miles de años.
Además, las lagartijas pueden reducir enfermedades y son indicadores de la estabilidad del hábitat. Las especies están ahí por un factor, recalca Castañeda.
En regiones donde hay ácaros, estos pueden transmitir enfermedades a los humanos, como la rickettsia de las garrapatas. Está comprobado que algunos tipos de lagartijas reducen la capacidad de virulencia de algunos agentes que viven en el ácaro; es decir que cuando se alimenta de la lagartija, la sangre de este reptil reduce la virulencia de los agentes patógenos y convierte a un ácaro que puede en algún momento picar a un humano, en un agente menos infeccioso. De hecho, en Estados Unidos destacan este beneficio de las lagartijas, como un servicio ambiental.
Además, el investigador Gamaliel Castañeda cree que especies como las lagartijas deberían de destacar por su identidad, es decir, decir soy de La Laguna, una de las regiones más ricas en lagartijas endémicas.
Posibles consecuencias
A decir de Gamaliel Castañeda, las lagartijas, como otras especies, fungen como termómetros dentro de la biodiversidad. Ante la ausencia de estas especies, asegura, se comienzan a detectar problemas en la productividad primaria, como es la presencia de insectos o en las condiciones físicas de un hábitat.
Nuestros sistemas dependen de la estabilidad de los factores ambientales. Esos factores pueden ocasionar enfermedades, plagas, otros factores, comenta.
Las lagartijas, asimismo, fungen como presa para otros organismos y tienen una presión muy fuerte sobre muchos invertebrados, particularmente las arañas, que son un grupo de lo más controladores de plagas e insectos; es decir, que si se desestabiliza el sistema, puede favorecer más a una especie y afectar a otra y por ende generar problemas en la biodiversidad.
Héctor Gadsden, del Instituto de Ecología, entiende la biodiversidad como un muro de ladrillos, donde cada ladrillo es una especie. Si removemos uno y empezamos a remover más de esos ladrillos, la barda se cae.
Especialistas en biodiversidad y en lagartos, estiman horizontes catastróficos de no corregir el camino: una extinción masiva de lagartijas que se alimentan de insectos y son comida de pájaros, podría tener efectos devastadores en toda la cadena alimenticia. Aunque aún el alcance es difícil de predecir.
En La Laguna, por ejemplo, según el doctor Gadsden, hay especies de lagartijas que comen hasta 17 diferentes tipos de insectos, por lo que si se llegara a extinguir una especie, podrían abundar plagas y se ligaría a las cadenas alimenticias. Son controladores de plagas que pueden dañar la productividad del hombre, insiste.
Lo que no se conoce no se respeta
Para el investigador Gamaliel Castañeda, el sector ambiental está menospreciado. La investigación, dice, es muy poca y se invierte menos. Critica que se desconozcan las especies de un área y que no existan registros ni de avistamientos ni nada parecido. Llevamos un retraso, un rezago en la investigación. Tenemos recursos muy limitados, agrega.
Opina que como sociedad (gobierno, academia, comunidad), detecta una falta de responsabilidad porque no se hace nada por evitar las extinciones, aunque apunta que una causa importante es la falta de conocimiento.
Lo que no se conoce no se respeta, dice Héctor Gadsden. Es el desconocimiento de la naturaleza, subraya. Y ejemplifica el caso de estudio de la lagartija Uma exsul, especie micro endémica de Viesca, Coahuila. Expone que en trabajos de campo, han contabilizado hasta 22 madrigueras de lagartijas en una hectárea, es decir, se podía deducir que había al menos 11 lagartijas de una especie exclusiva del mundo, viviendo ahí. Y la gente lo desconocía.
La gente no sabe que fueron hechas por las lagartijas al no haber vegetación. Tienen estructuras y la gente pasa y las pisa, sin querer, quizás. Es un ejemplo del desconocimiento de la gente, donde hace destrucciones que ni siquiera sabe que está haciendo, explica.
En Estados Unidos, por ejemplo, existen modelos de conservación más eficientes, pues cuando se encuentran especies endémicas, los poblados aprovechan, ponen quioscos de información y muestran la biodiversidad âquizás a un costo-. Entonces se les enseña a los visitantes la importancia de los organismos y se preserva la naturaleza; pero aquí no se hace, se queja el especialista Héctor Gadsden.
Se requieren estrategias más holísticas, más amplias. Se necesitan estrategias de conservación. Que se conjunten fuerzas. Tiene que haber un esfuerzo del gobierno. Lograr recorridos ecológicos, enseñar a la gente. Uno ni se imagina las coloraciones de las lagartijas: son verdes, azules, amarillos, esmeralda, son bonitas, expone Gadsden.
Para Gamaliel Castañeda es indispensable orquestar acciones más coordinadas, pues opina que la biodiversidad está desvinculada y no se le da el peso que requiere.
Héctor Gadsden remata: La sociedad está basada en sobrevivir y lo que busca es conservar más los aspectos de la economía con el equilibrio político en el área.
.