Sin restricciones regresan los festejos de la virgen; salud y trabajo piden en Saltillo
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Flores, veladoras, trenzas y milagritos fueron colocados en el altar de la Reina del Tepeyac como parte del fervor guadalupano que emanó el Santuario desde las primeras horas del día en cada celebración litúrgica
Tras dos años de restricciones, la fiesta patronal de la Virgen de Guadalupe invadió las calles aledañas del Santuario, como antes de la pandemia.
Desde la calle Perez Treviño y hasta la calzada Emilio Carranza, las vialidades fueron tapizadas con puestos de colores que ofrecían dulces, artesanías, antojitos mexicanos, ropa y hasta zapatos.
La fiesta patronal, considerada la segunda más importante luego la del Santo Cristo de la Capilla, representa para los comerciantes una oportunidad de ventas con utilidades de hasta 10 mil pesos.
“Nos dijeron que sí nos podíamos poner y luego luego nos organizamos para la venta que, además del trabajo que nos da, es un honor venir a ver a la Virgen”, expresó el comerciante de juguetes José de la Luz Galindo.
Imágenes impresas de la Virgen en ropa, llaveros, papel, dulces, almanaques y otros tantos artículos decorativos inundaron las calles aledañas al Santuario, donde los visitantes disfrutaron de la verbena popular..
“Los traemos de León, Guanajuato, otros de México, pero ya están bendecidos”, aseguraron los vendedores de rosarios y almanaques con precios de entre 30 y hasta 70 pesos.
En el atrio, también se ofertaron flores y veladoras, los artículos más buscando para ofrecer a la Virgen, acompañados de un “ruega por nosotros”.
Más alejados del Santuario, la venta de juguetes, ropa y demás artículos también se unió al comercio del día, siendo parte de la fiesta patronal que regresó, luego de dos años de pandemia.
Tamales, gorditas, pollo asado, champurrado o refresco, fue el manjar que disfrutaron los asistentes luego de escuchar misa.
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FERVOR GUADALUPANO
“Desde el cielo una hermosa mañana, la Guadalupana bajó al Tepeyac”, cantaban miles de feligreses para rendir homenaje a la Virgen Morena en su morada este 12 de diciembre, ahora sin restricción alguna.
Flores, veladoras, trenzas y milagritos fueron colocados en el altar de la Reina del Tepeyac como parte del fervor guadalupano que emanó el Santuario desde las primeras horas del día en cada celebración litúrgica.
Son ofrendas que traen los feligreses como una manera de comprometerse a cumplir sus mandas, ofrecer algo que les pertenecía o como signo de cuidado y protección.
En papeletas con manuscritos se leen plegarias que piden salud para los suyos y dan gracias por las bendiciones recibidas.
También colocaron brazaletes de recién nacidos y medallistas, algunas fotografías enmohecidas y listones con nombres de enfermos que dejan al cuidado de la Virgen.
Los feligreses manifestaron su fervor hacia la Virgen Morena arrodillados frente a su imagen y elevaron plegarias para recibir salud y trabajo, principalmente.
Alguno devotos derramaron lágrimas durante la oración por los suyos y ante el gozo de las bendiciones recibidas.
“Pedir porque nos siga dando salud porque nos permita seguir con vida y tener trabajo”, comentó María del Refugio, quien aprovechó parte de la mañana para acudir a su fiesta patronal.