La esperanza del futbol
COMPARTIR
TEMAS
Elecciones y Mundial, inevitable cruce de caminos
Un triunfo cambia el ánimo, pero no la realidad
A media mañana -por ahí de las 11:00 horas-, ya sabremos el rumbo de las emociones colectivas de millones de mexicanos.
Sabremos si continúa vivo el sueño -en caso de una victoria sobre Uruguay-, si la fiesta resulta limitada porque el once mexicano habrá pasado de "panzazo" -en caso de un empate-, o si habremos de reeditar "la decepción nacional".
Todos, o casi todos, apuestan a la primera y segunda opciones -sea por clarividencia, por conocimiento del futbol; mera puntada, o por elemental reflejo de supervivencia-, en espera de que "el sueño continúe" hasta el quinto partido. Luego, "Dios dirá", dicen.
Está claro que nadie sabe a ciencia cierta lo que pasará a partir de las 9:00 horas de hoy y en los siguientes 90 minutos. Lo que sí sabemos es que en ese lapso de tiempo -en realidad son 100 minutos, tomando en cuenta el descanso de medio tiempo-, estará en juego parte fundamental del ánimo colectivo mexicano que, en los días por venir, podría ser influenciado para decisiones harto vulgares -por terrenales-, como el ejercicio del derecho al voto.
Tampoco nadie sabe bien a bien el nivel de influencia que en el ánimo colectivo tiene un resultado positivo, como un triunfo de México en un espectáculo como el futbol. Lo que saben a la perfección los expertos y conocedores de la conducta humana, es que un éxito en un deporte global como ese, tiene un fuerte impacto en los niveles de "felicidad" y "satisfacción", y hasta suele convertirse en bálsamo para hacer más soportables las frustraciones, calamidades y, en general, los malos momentos.
Es un lugar común decir que una victoria mexicana en el Mundial de Sudáfrica -como ocurrió en el caso del México contra Francia-, produce una alegría que merecíamos los mexicanos; que es una de las pocas alegrías en tiempos de frustración. Lo que pocos dicen; sin embargo, es que más allá de las "alegrías" y "satisfacciones" colectivas que producen espectáculos como el futbol, la realidad no cambia.
Es decir, está claro que ante una satisfacción colectiva como un triunfo del once mexicano en el Mundial de Sudáfrica, cambia el ánimo de los ciudadanos, los electores, los mandantes. Luego de un triunfo como esos y como el que muchos esperan esta misma mañana en el México contra Uruguay, todos o casi todos ven de otra manera la realidad, los problemas, las calamidades.
Pero esa realidad sigue siendo la misma. Los malos gobiernos siguen siendo los mismos de siempre, los gobernadores tramposos en tiempos electorales siguen siendo los mismos de toda la vida, los depredadores del poder siguen iguales; el crimen, el narcotráfico, la mala educación, el desempleo, la corrupción. todo sigue igual. Cambia el ánimo colectivo de los ciudadanos, se modifica la lente a través de la cual percibe la realidad, pero no cambia la realidad.
Y parte de esa realidad estará a prueba el domingo 4 de julio próximo, cuando deberán acudir a elegir gobernador la nada despreciable cantidad de 25.2 millones de votantes; es decir, 32% del padrón nacional, en 12 elecciones estatales concurrentes. Vale el tema, porque ante la hipótesis de que hoy el equipo mexicano pase a la segunda ronda -sea mediante un triunfo, sea a través de un empate con Uruguay-, será necesario calcular "el choque de trenes" entre el futbol y las elecciones del 4 de julio próximo. ¿Y qué tiene que ver una cosa con la otra? Precisamente todo lo anterior.
En la hipótesis de que México pase a la segunda ronda, se abre la posibilidad inmediata de que llegue el ansiado "quinto partido". ¿Y eso qué? Bueno, que ese quinto partido se estaría jugando el viernes 2 de julio, poco más de 48 horas antes de las elecciones del domingo 4 de julio. Como está claro, existen sólo dos escenarios posibles, como resultado; el triunfo y la derrota.
¿Cuál será el ánimo con el que llegarán a la elección de ese domingo 4 de julio, los 25.2 millones de electores potenciales que deberán elegir a 12 gobiernos estatales y en muchos casos Congreso local y municipios de sus respectivos estados? Una derrota en el quinto partido, hará coincidir la elección con el desánimo general, si no es que hasta el enojo y la decepción. Eso se podría traducir en ausencia a las urnas. Un triunfo, en cambio, podría inyectar ánimo y, posiblemente, mayor participación.
Como sea, la realidad no cambia, a pesar de los triunfos o las derrotas en el fútbol.
En el camino
Una buena en el IMER; Nora Patricia Jara fue designada como encargada de la Dirección de Noticias.
aleman2@prodigy.net.mx