Desean demócratas superar diferencias
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Proclamada como "grandiosa" y "única", la Convención Nacional Demócrata que inicia hoy en Denver no será en realidad la gran fiesta de Barack Obama que se esperaba hace unas semanas
Colorado, EU.- Proclamada como "grandiosa" y "única", la Convención Nacional Demócrata que inicia hoy en Denver no será en realidad la gran fiesta de Barack Obama que se esperaba hace unas semanas: el senador por Illinois llegará a la cita tras haber visto cómo se evaporaba poco a poco la considerable ventaja que disfrutó hasta hace no mucho tiempo sobre John McCain.
El gran espectáculo de la convención, levantado con más de 150 millones de dólares, es equiparable a los desafíos que Obama enfrentará en los siguientes días: resolver lo antes posible las heridas aún expuestas que lo separan de Hillary Clinton y sentar los cimientos de una coalición demócrata como la que llevó a Franklin Roosevelt a alcanzar la Presidencia en 1932, tras 12 años de gobiernos republicanos.
En aquellos años Roosevelt logró unificar a los trabajadores sindicalizados, los negros, los intelectuales, los liberales, los habitantes de las grandes ciudades y los blancos sureños. Obama ha logrado atraer a una combinación distinta de votantes formada por blancos profesionales, votantes independientes, republicanos fastidiados, mujeres, jóvenes que votarán por primera vez y ejércitos de estadounidenses que se han aproximado al candidato demócrata a través de internet.
Si algo parecen tener claro los delegados demócratas que ungirán a Obama el próximo jueves, es la urgencia de extender esa coalición para alcanzar a otros segmentos que se resisten a creer en Obama. Hay sectores del Partido Demócrata que piensan que se han encendido los focos rojos y que es necesario hacer reajustes para evitar que en las siguientes 10 semanas las encuestas continúen por el mismo sendero: Obama en descenso y McCain en franco repunte.
Es comprensible la preocupación de algunos sectores del partido: un sondeo realizado por Zogby que en julio le otorgaba siete puntos de ventaja, ahora favorece a McCain a razón de cinco puntos porcentuales. Otro de Gallup que hace un mes ubicaba a Obama adelante por seis puntos, ahora lo muestra liderando por sólo un punto de diferencia.
Por si esa realidad no fuera suficiente para trastocar los planes de una gran fiesta alrededor de Obama, en la alegre ciudad de Denver comenzaron ayer a desfilar miles de manifestantes; un grupo de unos 500 jóvenes protestaba contra la guerra en Irak, a dos calles del Centro de Convenciones, y también hacían bulla y una presencia importante otros grupos inconformes con la candidatura de Obama.
Varias agencias vinculadas con la organización de la convención demócrata estiman que más de 50 mil manifestantes desfilarán durante cuatro días. Una réplica o algo parecido a lo que ocurrió hace cuatro años en Nueva York -la policía detuvo a miles de manifestantes durante la convención republicana- enviaría una señal distinta al mensaje de esperanza, cambio y una idea distinta de hacer política enarbolado por Obama.
Hay varios que se frotan las manos por ver ese escenario. Ben Yager, portavoz de Unconventional Denver, dijo a los periodistas que su agrupación hará todo lo posible por perturbar la convención.
Será el martes cuando comience la verdadera fiesta, con la esperada intervención de Hillary Clinton y un acto simbólico cuya única misión será contener los ánimos aún elevados de miles de sus simpatizantes que no se hacen a la idea de ver a Obama en la boleta. Al término de ese acto muchas cosas se aclararán, para bien o para mal, y el jueves tocará el turno a Obama: cómo reunificar a los demócratas a tiempo en sólo 10 semanas.
En este marco, el candidato presidencial republicano John McCain emitió un nuevo anuncio televisivo el domingo donde insinúa que Obama desairó a Hillary Clinton al escoger al senador Joe Biden como candidato a vicepresidente.
El anuncio es una nueva maniobra para dividir a los demócratas y causar tensión entre Obama y la ex primera dama, después de que ambos se enfrentaran para lograr la nominación demócrata a la Presidencia.