Temor y desconfianza
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Frecuentemente los políticos, la sociedad en general e incluso los mismos medios, realizan afirmaciones que no resisten un riguroso análisis económico. De manera reiterada el presidente López Obrador ha declarado que la economía mexicana muestra fortaleza y señales de estabilidad, toda vez que no se han observado grandes devaluaciones de la moneda en su administración.
Más allá del desconocimiento que a todas luces muestran estas palabras, al ignorar que no es la paridad cambiaria la que determina la fortaleza de una economía, o peor aún, que las épocas de devaluaciones en sistemas de tipos de cambio fijo ya son parte de la historia, llama la atención que las cifras publicadas recientemente puedan provocar que nos topemos contra pared.
Como sabemos, el pasado miércoles el Banco de México divulgó la información de la Balanza de Pagos correspondiente al segundo trimestre del año. Seguramente alguna de esta información fue opacada por el dato revisado del PIB del segundo trimestre, el cual fuera publicado al día siguiente por el Inegi.
No obstante, hay un par de cosas que vale mucho la pena detenernos a analizar con sumo cuidado e incluso con preocupación, en caso de que la tendencia que se viene registrando se confirme para los siguientes meses.
Por una parte, el tema de la Inversión Extranjera Directa, que en dicho período experimentó una contracción del 18.1% frente al mismo trimestre del año pasado. Si lo enfocamos desde una perspectiva semestral, resulta que en los primeros seis meses del año recibimos 23% menos de recursos por este concepto en comparación con el mismo período del 2021.
Cabe destacar que uno se esperaría justo lo contrario, toda vez que al inicio de la pandemia se paralizaron las cadenas de suministro, lo que eventualmente detuvo de golpe los flujos de IED alrededor del mundo.
Por otra parte, en el tema de la Inversión Extranjera de Cartera el temor y la desconfianza no pueden ser menores, al contabilizarse un monto de 6,621 millones de dólares de salidas de capital en los mercados financieros por parte de extranjeros. En lo que va del año esta fuga alcanza un monto de 12,573 millones de dólares.
Solo para poner en contexto esta cifra, dicho monto es mayor que toda la salida de capitales extranjeros registrada el año pasado que fue de 8,832 millones de dólares.
Sin lugar a duda la menor entrada de capitales en IED y la fuga en la inversión de cartera son señales evidentes de la desconfianza que existe en nuestro país. De continuar esta tendencia, más temprano que tarde terminará pegándole al mercado cambiario y el discurso de la estabilidad del peso tendrá que cambiar... o bien buscar culpables a quien transferir responsabilidades.
Economista y Catedrático de la Universidad La Salle Saltillo