Caen narcos que usaban bebés para transportar droga
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Los agentes detuvieron a 21 personas: ocho españoles, cinco marroquíes, cinco franceses, dos británicos y un chileno. Otras 13 personas están imputadas por presunta implicación en los delitos de robo y narcotráfico
Madrid.- La Guardia Civil española desarticuló un grupo de narcotraficantes que, entre otros delitos, introducía al país hachís oculto bajo el colchón de carritos de bebés y cocaína en chocolatinas comestibles, informó hoy el Ministerio de Interior.
Los agentes detuvieron a 21 personas: ocho españoles, cinco marroquíes, cinco franceses, dos británicos y un chileno. Otras 13 personas están imputadas por presunta implicación en los delitos de robo y narcotráfico.
La Guardia Civil incautó 300 gramos de cocaína, más de mil 600 kilogramos de hachís, numerosos teléfonos celulares, ordenadores portátiles y otros aparatos electrónicos, así como 11 vehículos y 56 mil 500 euros en efectivo (unos 80 mil 696 dólares).
La operación se desarrolló en las provincias andaluzas de Málaga y Cádiz, al sur de España, así como en la ciudad autónoma de Ceuta, en el norte de Africa, y dio al traste con una de las organizaciones más activas del narcotráfico y robo de vehículos.
El grupo estaba compuesto por tres células perfectamente organizadas y estructuradas que actuaban de manera independiente para dificultar la labor policial.
Uno de los grupos utilizaba bebés recién nacidos o de pocos meses para transportar hachís oculto en sus carritos. La droga se escondía bajo el colchón y para evitar ser detectados pasaban la aduana con los niños dormidos.
Una vez la droga en España, los narcotraficantes acondicionaban dobles fondos de vehículos robados para su posterior traslado a Francia.
Otra célula se dedicaba a la introducción de cocaína oculta en tabletas de chocolate comestible que eran enviadas por correo postal desde Chile a España, para burlar de ese modo los controles aeroportuarios.
El tercer brazo de la organización se dedicaba al robo de vehículos en la Costa del Sol española y, tras maquillarlos o desmontarlos totalmente, los enviaban a Marruecos, vía Ceuta, haciéndolos pasar por carros de segunda mano o piezas de desguace.