Juicio eclesiástico; impunidad garantizada
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Históricamente, los intereses de la Iglesia católica como institución, siempre han prevalecido. Ha manipulado a reyes, magnates, gobernantes y a millones de ovejas. El obispo Raúl Vera López explicó que en los 14 años que lleva al frente de la Diócesis de Saltillo, solo dos presbíteros han sido cesados de sus funciones. La Santa Sede autoriza a sacar del ministerio, antes del veredicto final, a los sacerdotes pederastas. El juicio eclesiástico termina con la expulsión.
Este señor obispo, tan aguerrido ante las injusticias; tan preocupado por construir la justicia se reunió con los padres de las víctimas y ellos toman la decisión de no denunciar. Vera emite una explicación complementaria: la víctima, en el momento que tenga la (mayoría de) edad y ya no esté bajo la tutela de los papás, puede perfectamente (denunciar). La Iglesia tiene un juicio eclesiástico y le da a la muchacha 20 años para entablar el juicio penal.
Así que el juicio eclesiástico termina con la expulsión del pederasta y cuando la víctima decida iniciar un juicio penal, hay grandes probabilidades que le digan que el caso ya prescribió. (Así la libró Marcial Maciel) las víctimas quedan atrapadas por un lado: ego te absolvo, podeis ir en paz y por el otro; carpetazo Jurídico. Muchas vidas arruinadas en su ser físico, mental y espiritual. Y muchos depravados gozando de impunidad total.
Se construye la Casa Emaús en el predio San Benito, del poblado El Tunal, en la serranía de Arteaga, donde en estancias de tres a cinco meses los sacerdotes que estén pasando por momentos difíciles recibirán atención psicológica, médica, dirección espiritual y manutención. El fundador de este tipo de estancias, Rodolfo Mora Becerra, dice que en Monterrey se ha dado de alta a 43 sacerdotes, tres de ellos obispos y han salido ya reciclados en su ánimo y esfuerzo.
El paisaje que rodea a La Casa Emaús es bellísimo. Quienes debieran estar en la cárcel estarán en un resort con todo gratis. Pero como la pederastia es incurable, deberían poner a cada huésped un brazalete de localización satelital; así no habría excusa para no detenerlos.
¡Decídete a ser feliz hoy!
Twitter: @_A_lfonsina