Acuérdate de Acapulco, la tragedia que rebasó al gobierno de AMLO
“Todo es una mentira. Pregunte usted a la señorita. Pregunte usted al joven. No puede ser, estamos abandonados. Es mentira. ¿Cree usted que tendremos una alegre Navidad? Acapulco está destrozado en su totalidad y aquí no hay autoridades. Nos estamos levantando los acapulqueños solos. Mucho run run de que viene la ayuda nacional e internacional y no la dejan pasar. Con mucho trabajo estamos teniendo despensas. Todo es una sarta de mentiras, es mentira. Acapulco no está de pie, Acapulco está destrozado y los acapulqueños estamos cayendo en depresión porque no vemos a la autoridad. Obrador ha de andar volando en el helicóptero porque yo no sé de nadie que lo haya visto aquí en Acapulco, donde hay rapiña, donde se necesita orden y auxilio. Por donde usted vaya, Acapulco huele a muerto”.
Estas son las palabras de un ama de casa que sufrió en carne propia el azote del huracán Otis así como de la irresponsabilidad de un presidente que ofreció un torpe espectáculo al convertirse él mismo en un damnificado más al aferrarse a ir a Acapulco por tierra pese a las advertencias de su propio equipo.
Ante una tragedia de dimensiones inimaginables, se ha dejado al descubierto la falta de sensibilidad de un presidente que piensa y actúa en torno a un solo interés: las próximas elecciones presidenciales. Todo lo demás para él es lo de menos. Nada para él es más importante y esto se evidenció cuando a cuatro horas de la llegada del huracán sólo se dignó a publicar un mensaje en la red social X. No hubo mayor advertencia ni se establecieron albergues, ni se alertó a turistas ni a pobladores del peligro inminente, siendo que desde las 2 de la tarde del día anterior a la tragedia, expertos en Estados Unidos alertaron de la urgencia de evacuar Acapulco para salvar vidas.
A las horas siguientes de la llegada del ciclón vino lo peor, y no me refiero al saqueo de los negocios, sino al mensaje del presidente para “no politizar” la tragedia: “Queremos que la distribución de las despensas las haga la secretaría de la Defensa y la secretaría de la Marina, no las autoridades civiles, ni el gobierno estatal, ni el gobierno municipal, y mucho menos organizaciones sociales llamadas no gubernamentales o de la sociedad civil, para que nadie se aproveche”.
Si vamos a hablar de aprovechar la tragedia hablemos de la ayuda entregada en bolsas que llevaban impresa la silueta de Claudia Sheinbaum, con todo y chongo, y que decían #Es Claudia. Y hablemos también del retén instalado antes de Acapulco en donde al principio se confiscó la ayuda civil, para empacarla en cajas con el logotipo del gobierno federal y entregar así la ayuda a los damnificados. Eso es sacar raja política de una tragedia.
Durante su presidencia si en algo ha tenido éxito López Obrador ha sido en desunir al pueblo de México. Antes de su llegada no había mexicanos de primera o de segunda, pero siguiendo al pie de la letra el manual del perfecto dictador creado por Hugo Chávez, López logró insertar en la mente de muchos la existencia de fifís y de chairos, de conservadores y de pueblo bueno y sabio. Ahora con la tragedia de Acapulco ¿por qué inicialmente quería que sólo su gobierno repartiera la ayuda? Lo mejor que tiene México, y la que ha salido al quite heroicamente en los momentos de las grandes tragedias nacionales, ha sido justamente una sociedad civil unida y solidaria.
Hoy, cuando la tragedia rebasó a su gobierno, López hace un llamado a empresarios para que lo ayuden en las labores de reconstrucción la ciudad que hace dos semanas era un paraíso turístico. Mañana seguramente enviará un mensaje también a todos los mexicanos para que ahora siempre sí nos unamos en la ayuda al pueblo guerrerense.
Según estimaciones de calificadoras como Moody’s y Fitch Ratings, los daños que provocó Otis en Acapulco rondan los 280 mil millones de pesos, es decir 4 veces más de lo que estimó el gobierno. La recuperación será lenta y parcial. A diferencia de lo que afirmó el presidente, los acapulqueños lejos estarán de tener una alegre Navidad.
Quizás peque de ingenuo, pero así como la caída de unos vagones de la línea 12 del metro provocó que la oposición ganara las elecciones de 2021 en más del 50 por ciento de las delegaciones de la Ciudad de México, la insensibilidad y negligencia del gobierno de la República y del presidente ante la tragedia de Acapulco harán que Morena tenga un amargo 2024. Los mexicanos no somos ya como antes éramos. Ahora sí nos acordamos de las tropelías que hace el gobierno, y para desgracia de Morena, ahora sí nos atrevemos a alzar la voz ante cualquier injusticia social. Muy pronto veremos que el clavo en el ataúd político de Morena lleva por nombre: “Acuérdate de Acapulco”.
aquientrenosvanguardia@gmail.com
Encuesta Vanguardia
https://vanguardia.com.mx/binrepository/1202x802/0c0/1200d801/none/11604/AHOD/955492-basura-acapulco-6-web_1-7457103_20231108233924.jpg
$urlImage