CARTA DE UN CHOFER
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“Unos me dicen cafre, hay quienes también me llaman gorila, otros se ahorran tanta imaginación y simplemente me dicen que soy un desgraciado. A pesar de todo, yo tengo mi dignidad y me la he ganado en cada minuto que permanezco trepado en este horrible camión que suena como tortillería de los setentas. Así es que a través de esta carta le exijo que me respete y me trate como lo que soy: como un honorable chofer de ruta urbana.
“Tal vez usted se ría de mi exigencia, así como muchos se han reído de mí. Sin embargo, no voy a tolerar que sigan burlándose de este pobre hombre que día a día se parte el lomo, y las asentaderas también, para transportar a miles de saltillenses por todita la ciudad.
“Seguramente usted pensará que una persona como yo no merece ningún respeto, pero está muy equivocado. Al igual que usted, yo trabajo todos los días para lograr el sustento de mi familia. No estoy sentado en una oficina en la que toda la gente te saluda con amabilidad; no tengo un aire acondicionado que alivie el cansancio que causa el calor; en mi trabajo no existe la tranquilidad, por lo que me he convertido en una persona que siempre anda con los nervios de punta; el ser chofer me obliga a exponerme a múltiples peligros, y todo para que personas como usted me digan gorila, cafre o desgraciado, o me recuerden a mi jefecita con el claxon de sus coches. ¿No cree que merezco aunque sea una pizca de su respeto?
“Hay quienes aseguran que para mí es divertido estar manejando en mi autobús, al grado que me doy el lujo de jugar carreritas con mis colegas. En realidad soy una persona tranquila y prudente, pero es tanta la lana que le debo pasar a mi patrón, que tengo que hacer de todo con tal de subir al mayor número de pasajeros, pues si manejara como un angelito, mi familia se moriría de hambre.
“Aunque usted lo dude, todos los días me enfrento a muchos peligros. En una ocasión un méndigo pandillero me puso una navaja en el cuello para que le diera mi dinero. Otro día, una bola de estudiantes salvajes se apoderaron de mi camión y me dijeron hasta de lo que me iba a morir, todo porque a unos señores se les ocurrió subir el costo del transporte público en la ciudad. ¿Por qué tengo que sufrir por la ambición de mis patrones?
“Algunos presidentes municipales han dicho que el principal problema del transporte en la comunidad se debe a nosotros, los choferes, pero están bien equivocados. Ellos creen que la comunidad está en peligro debido a nuestra falta de educación, pero aquí entre nos, los problemas ocasionados por los camiones y microbuses de ruta se deben principalmente a los concesionarios. Recuerdo que en una ocasión hasta nos querían uniformar para dar mejor impresión a los usuarios. ¿Puede existir una manera más inútil de tratar de solucionar un problema?
“Muchos se quejan de que los choferes somos muy groseros al no saludar siquiera a los pasajeros que se suben a nuestras unidades, pero usted dígame, después de más de 8 horas de estar al volante, de soportar que decenas de automovilistas se empeñen en recordarte que tienes madre, que colegas tuyos te estén robando a los pasajeros, que los policías vengan a fregar con tal de que les des un mordisco, y que ya estés hasta el gorro del ruido y del humo que saca el camión, ¿se va a acordar uno de saludar a los pasajeros? Con esas jornadas y con esas condiciones de trabajo, uno no es educado ni con el Papa.
“Si el próximo Alcalde quiere solucionar el asunto, de una vez le digo que ni se preocupe en buscar culpables entre los conductores. Aunque no puedo negar que nosotros muchas veces causamos problemas con nuestra forma de conducir, todo es consecuencia de la manera en que nos tratan los dueños de las rutas. Mientras sindicatos y servidores públicos sigan solapando las actividades de los concesionarios al permitir que exijan cuotas diarias de pasajeros. Para alcanzarlas muchas veces tenemos que arriesgarnos y arriesgar también la vida de los pasajeros.
“Si se repite la misma historia de siempre, en Saltillo seguirá habiendo microbuses volteados, peatones atropellados, y, sobre todo, choferes que se preocupen solamente por subir al mayor número de pasajeros y no por ofrecer un buen servicio a la comunidad y por cumplir las leyes de tránsito”,
aquientrenosvanguardia@gmail.com