La educación DH
como derecho fundamental
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El derecho a la educación previsto en el artículo 26 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, tiene por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales. Este es el contenido esencial: asegurar que la educación permita transformar a las personas con la finalidad de respetar la dignidad personal.
Este lunes pasado celebramos el Día Internacional de la Educación. La ONU nos recordó que la “educación de calidad puede transformar la vida de las personas, permitirles salir de la pobreza, superar la desigualdad y combatir la discriminación. La educación transforma vidas”.
En Coahuila, además, la educación con perspectiva de derechos humanos es un deber de todas las autoridades educativas. No es una moda. No es una ocurrencia. Es la apuesta generacional a una mejor convivencia social.
En la última década, he sido testigo de una demanda social: las víctimas y sus personas defensoras reclaman que los jueces, los fiscales, las autoridades en general, no conocen del tema de derechos humanos.
No son empáticos. No son expertos. No toman en serio los derechos humanos. La concepción que domina es la arbitrariedad de la autoridad. Los derechos molestan y, por ende, no sólo existe desinterés en su compromiso social sino también una notoria ignorancia de conocerlos, desarrollarlos y hacerlos efectivos en la realidad.
El problema actual es que la crisis institucional pasa en gran medida por la violación estructural de los derechos humanos. Nos guste o no, tenemos el deber de garantizarlos para asegurar una sociedad con mayor libertad, igualdad y fraternidad.
En las audiencias del Parlamento Abierto de la pasada reforma constitucional, las víctimas propusieron que una solución a esta deficiencia de las autoridades es la educación. Si los profesionales del Derecho no se educan en esta perspectiva, las violaciones graves continuarán por la mala formación profesional.
Educar con perspectiva de derechos humanos, por tanto, es una demanda social que el propio Congreso del Estado, por unanimidad, reconoció como el principal deber para trasformar la realidad.
La transformación de las instituciones es una idea clave de la educación. Sin educación DH, no hay justicia centrada en la dignidad de las personas.
El reto, por tanto, es educar a la próxima generación en un nuevo modelo del Derecho para construir los agentes de cambio social que hoy requiere nuestra comunidad para resolver la mayor crisis de los derechos humanos que enfrenta el Estado mexicano.
LA CAVERNA DE PLATÓN
El mito de la caverna de Platón es una alegoría que permite explicar la manera en como las personas, a través del conocimiento que garantiza la educación, podemos liberarnos de las ataduras de la caverna.
La mejor forma de salir de la cueva que plantea las violaciones a los derechos, es con mayor educación de calidad. No hay más.
En lo personal, creo que la educación es el principal instrumento para superar los problemas que enfrentamos en nuestra vida profesional. Sin profesionales de calidad, no hay justicia de derechos humanos.