Mirador 13/05/22
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Desde su retrato oval con vidrio cóncavo nos mira el coronel don Ignacio de la Peña y de la Peña, patriarca del Potrero.
Mis nietos se asombran, porque si están del lado izquierdo de la fotografía el coronel los mira, y si están del lado derecho los mira también.
Don Ignacio dejó su familia y sus tierras para ir a luchar contra el francés. Participó en ocho batallas; en seis de ellas recibió heridas de bala o sable.
Al triunfo de la República don Benito Juárez le ofreció una diputación.
-Perdone usted, señor Presidente –declinó él su ofrecimiento-. Yo sé de patria. De política no sé.
Regresó al Potrero el coronel. Venía pobre: todo su dinero lo había gastado en la campaña. Su esposa le dio sus joyas para que las empeñara en el Saltillo y pudiera pagar el jornal de los labriegos. Cuando se dio la primera cosecha de maíz potrereño don Ignacio rescató las prendas y se las devolvió a su mujer con otras joyas que compró para ella en muestra de agradecimiento.
Veo el retrato del coronel don Ignacio de la Peña y de la Peña y recuerdo la frase de aquel buen militar:
-Yo sé de patria. De política no sé.
¡Hasta mañana!...