Otro strike en Nuevo León

El Nuevo Nuevo León ya superó en todo lo agrio al pasado. Sus policías estatales están infiltrados por los grupos del crimen organizado. El gabinete del buen gobierno es improductivo.

Simpleza en las conductas del gobernador. Un día aclama por las bendiciones al cielo. Luego descubre la zona de guerra del área metropolitana.

Samuel Alejandro, no su medio hermano Samuel Orlando, quien pasea por Egipto con el padre de ambos, goza de la impopularidad de todos los municipios, incluyendo Monterrey.

Las bajas de personal, la rotación, en la curva de aprendizaje, le fastidia. Debe recurrir a personajes impresentables. Frank González fue por décadas el sinónimo de trabajo férreo y buenos resultados.

Hasta el despido y auditoria por parte del estado. Frank pensó en dirigir el deporte como lo hizo con los borregos del ITESM. Con el estilo de sus jugadas, defensivas, ofensivas y con la consigna de atraer de otros campos, a todos aquellos jugadores universitarios. Ofrecer becas del sistema y construir dream teams por lo menos en el futbol americano. Piratear a jóvenes hambrientos de porvenir, no solo en canchas, sino en la formación estudiantil.

Frank aún no ha salido de la ratonera abierta de sus malas decisiones administrativas en Deporte del Gobierno de Nuevo Nuevo León. Su relevo, la extenista Melody Falcó, también representa ese fenómeno whitemexican power grrrl.

Melody, quien fue despedida por Rodrigo Medina, acusada del mismo factor de caída de Frank. Todo proceso empantanado en los tribunales.

Sin olvidar el segundero contra la secretaria de Participación Ciudadana, Ximena Peredo. Acusada de difamación y amparada para no ser destituida por el congreso del estado, a fin de no perder fuero para una posible encarcelación.

Lastres de un sexenio tan lento y de poco relumbrón.