1 billón de pesos a seguridad y ordenan liberar a Ovidio
COMPARTIR
TEMAS
En vez de libertad de creo que suena mejor liberar a ¿Te parece bien?
El Congreso de la Unión autorizó al gobierno federal gastar $6 billones -sí, con "B" de burros- en el 2020, un 4.6% más que lo ejercido en el 2019.
Para seguridad, el presupuesto de éste año es superior a los $200,000 millones que están siendo destinados por la 4T en sueldos, equipamiento y otros misceláneos de las fuerzas nacionales del orden, llámense militares, marinos, Guarida Nacional y policías federales.
Si a esto le sumamos los gastos de todos los Estados y municipios del País más lo que invierten las empresas en equipos y personal privado de seguridad, la suma rebasa el $billón -otra vez, con “B” de burros- para el tema de seguridad.
Les platico: Con mucho menos que ese dineral, México podría comprarse el más avanzado sistema de inteligencia para sacar de circulación y meter al bote a las bandas de narcos y criminales -terroristas, como les llama Trump- sin poner el riesgo la seguridad de la población mediante tiroteos o guerras infructuosas como la de Calderón.
Para ilustrar nuestra ignorancia o darle luz a la asamblea -como decía mi abuela la financiera- Alemania destinará este 2020 el equivalente a ¼ de billón de pesos al tema de seguridad nacional.
Israel, medio billón de pesos.
Francia, un tercio del billón de pesos y aquí les va una bomba estadística que obtuve gracias a los benditos cruces de mi plataforma de BigData: el gobierno de Estados Unidos -con 328 millones de habitantes a los que tiene qué cuidar- destinará el mismo presupuesto que México a la seguridad nacional.
Nomás que México tiene una población de 126 millones y además, allende la frontera norte la seguridad es de a deveras para beneficio de sus habitantes, y en México… NO.
¿Dónde creen ustedes que se vive con la peor percepción de seguridad? ¿En Alemania, Francia, Israel, EUA o en México? ¡¡¡Acertaron!!! Y resulta que somos el país que más dinero público y privado gasta en seguridad nacional de todos esos.
Gracias a los mismos cruces del BigData, averigüé que en todos esos países -excepto México- los gastos en equipos y sistemas de inteligencia superan a los del armamento.
La inteligencia es información que permite tomar decisiones. Y si éste principio se aplicara en México, no hubiera sido “necesario” que durante los incidentes de Culiacán de octubre pasado, Ovidio el hijo del Chapo Guzmán fuera puesto en libertad para “evitar muerte de civiles”, después de que marinos y militares arriesgaron su vida copándolo en una casa de seguridad.
Como no quise imaginar la frustración que sintieron los elementos del ejército que lo apresaron y luego fueron obligados a liberarlo, en un viaje que hice ex profeso a aquella ciudad, no entrevistamos con varios de los elementos castrenses que participaron en ese operativo.
Solo dos quisieron platicar con nosotros; ninguno accedió a que lo identificáramos por su nombre y uno de ellos autorizó a que publicara su cargo: “Cabo 2º Guardacaballos” y lo hizo porque -sonriendo- nos dijo que fácil hay más de 400 elementos con ese rango en aquella zona.
Su versión de los hechos es escalofriante. Les hicieron rodear dos manzanas desde donde se escondía Ovidio sin darles ningún detalle. No había con ellos ningún juez o abogado que portara la respectiva orden de aprehensión.
Y después de arriesgar sus vidas al recibir la orden de allanar el domicilio donde se escondía el narco y de salir éste pidiendo que no dispararan pues se iba a entregar, resulta que recibieron por el radio de uno de sus comandantes, la orden de retirarse del lugar… SIN OVIDIO.
Todo esto sumió a las tropas en un ambiente de frustración que ha provocado hasta ahora, que cinco elementos de los que participaron en el operativo se hayan dado de baja.
“Están encabronadísimos”, me dijo el Cabo 2º Guardacaballos, “con quienes eran sus jefes y con los mandos de la Guardia que montaron todo eso.”
Alfonso Durazo declaró el 7 de febrero de este 2020, que no había orden de aprehensión contra el hijo del Chapo.
“Solo está sujeto a una orden de extradición, por lo que el gobierno federal debe consolidar la judicialización del caso para evitar decisiones que lo dejen nuevamente en libertad”. Cito textualmente sus palabras, publicadas en “El Financiero” del 7 de febrero de este año.
Abogados a quienes consulté (*) para este artículo me dijeron que a una orden de extradición, le antecede una de aprehensión y entonces, una de dos:
1.- Las fuerzas federales y militares -Durazo principalmente- violaron la ley al detener a Ovidio sin una orden del juez para aprehenderlo porque eso sería un delito que se llama privación ilegal de la libertad.
2.- Sí había tal orden de detención -aunque Durazo lo hay negado- y en este caso, López Obrador cometió un delito al ordenar su liberación, tal como lo dijo ayer en su conferencia del Estado de Morelos.
Tal delito se llama “evasión de reos” y solamente queda por ver si en las facultades del presidente está la de ordenar que se libere a un detenido.
CAJÓN DE SASTRE
“¿De qué sirve gastar $1 billón al año en seguridad, si para no arriesgar las vidas de 200 personas sueltan a un peligroso criminal? La 4T es un atajo de buenos para nada y como cada pueblo tiene los gobiernos que merece, parece que los mexicanos merecemos uno peor, por seguir viendo los toros desde la barrera y defender con las uñas nuestras zonas de confort. A ver cómo nos va si seguimos escondidos en los calabozos de la cuarentena o peor aún, a ver cómo les va a nuestros hijos, nietos y choznos”, dice la irreverente de mi Gaby, ya medio encabronada.
(*) Entre otros, Luis Gerardo Treviño; más de 30 años como abogado postulante y presidente de la ONG “Fortaleza Ciudadana”.