Crisis de gobernabilidad en Parras. ¿Y el Congreso?
COMPARTIR
TEMAS
La situación en la que se encuentra en estos momentos el municipio de Parras es de una auténtica crisis institucional
Parras de la Fuente es el nombre de una población que suele evocarse como sinónimo de principios democráticos, porque allí nació Francisco I. Madero, una de las figuras señeras de la historia mexicana y a quien se suele conocer como “El apóstol de la democracia”.
De espaldas a su herencia histórica, por desgracia, la tierra de Madero pareciera estar condenada por una suerte de “maldición” que le lleva a colocar en el máximo cargo local, la Presidencia Municipal, a individuos impresentables cuya conducta está divorciada de los valores republicanos.
El más reciente episodio de esta historia deplorable, de acuerdo con el reporte que publicamos en esta edición, lo ha protagonizado el actual alcalde, de extracción morenista, Ramiro Pérez Arciniega, quien decidió arrogarse el derecho de destituir a los integrantes de su propio Cabildo, algo para lo cual carece de facultades constitucionales y legales.
Pero no solo eso: Pérez Arciniega también decidió convocar a los regidores suplentes y tomarles la protesta de ley para presuntamente investirles de la autoridad necesaria para tomar decisiones en representación de la ciudadanía.
La situación en la que se encuentra en estos momentos el municipio de Parras es de una auténtica crisis institucional provocada por el desafuero de un alcalde que, todo hace indicar, considera que cuenta con poderes para tomar todo tipo de decisiones, entre ellas destituir de sus cargos a funcionarios electos por el voto popular.
Lo más grave de esta situación, sin embargo, no es que en aquella demarcación despache un individuo que desprecie la ley, sino que las instituciones públicas estatales, dotadas de facultades para intervenir, se limiten simplemente a instalarse en el papel de observadores.
Señaladamente el Poder Legislativo tendría que actuar de forma expedita para impedir que la crisis institucional que vive Parras de la Fuente pueda desbordarse y provocar consecuencia aún más graves.
Pero incluso si el Congreso actúa en este momento es preciso señalar que lo hará en forma tardía, pues el proceso de deterioro institucional en aquel municipio ha sido de su conocimiento al menos desde mediados del año pasado, de acuerdo con diversas fuentes.
La confrontación entre el alcalde Pérez Arciniega y su Cabildo es conocida por el Poder Legislativo que incluso ha recibido solicitudes de juicio político de ambas partes y ha escuchado de forma extraoficial los señalamientos que se hacen mutuamente los ediles, pese a lo cual se ha abstenido de intervenir.
Los actuales integrantes de la Legislatura no son responsables de la omisión de sus antecesores, justo es decirlo, pero el hecho de que apenas tengan 40 días en el cargo no debe ser pretexto para que actúen de inmediato y restauren el orden constitucional en el municipio.
El origen partidista del Ayuntamiento parrense tampoco debe ser obstáculo para actuar, pues por encima de las consideraciones políticas debe estar el respeto al orden institucional. Esperemos que no haga falta una escalada en el conflicto para que quienes tienen el poder de restaurar el orden utilicen sus facultades en beneficio de aquella población.