El aporte del migrante
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Lo invito a hacer un ejercicio de comparación. Observe el medio de comunicación de su preferencia o los mensajes que circulan en redes sociales. Repase las noticias de contenido social y económico. Podrá usted verificar muchísimas noticias y datos sobre importantes inversiones que se hacen en nuestro País. Verá usted a gobernadores y alcaldes que se lucen en eventos que anuncian nuevas inversiones. Al Presidente, hasta ahora, sólo lo he visto en un anuncio de la trasnacional Nestlé en Palacio Nacional.
Predominan los anuncios de inversiones en la industria y suele predominar el sector automotriz, el energético donde domina el petróleo, aunque nos guste hablar de la importancia de las fuentes de energía renovable. También destaca el turismo, orgullo nacional, gracias a nuestras playas y destinos arqueológicos y coloniales. En este rubro México es privilegiado.
En cambio, cuando queremos encontrar una mención al significativo aporte de los mexicanos que migran, tendremos que buscar con la linterna de Diógenes en las secciones de política, seguridad y, recientemente, en las alarmas de las redes sociales. Esa es la cara del migrante que quieren imponernos. En lugar de conmoverse por la tragedia humana de estas personas, cada vez son más numerosos los que se encierran en un caparazón de egoísmo. En vez de hurgar en las causas profundas de esta tragedia, ponemos por delante nuestra comodidad y nos hacemos sordos al dolor ajeno.
Hace pocos días se publicaron las cifras de las principales fuentes de divisas a nuestro País. Las notas suelen enfocarse a los rubros que aportan mayores ingresos y se enfocan en las tres mayores. La industria automotriz no aparece. Gracias a la Madre Naturaleza y a la Historia, el turismo conservó su tercer lugar, reportó un ingreso anual de 23 mil 87 millones de dólares. El segundo lugar, la siempre codiciada gallina de los huevos de oro, el petróleo. Las ventas de crudo ascendieron a 30 mil 572 millones de dólares. Atribuyen a un Rockefeller este dicho: “el mejor negocio del mundo es una empresa petrolera y el segundo mejor negocio del mundo es una empresa petrolera mal administrada”.
Finalmente, el primer lugar, el mayor aporte en divisas. El campeón no es, ciertamente, los multibillonarios mexicanos de Forbes, tampoco el inversionista estadounidense, japonés o alemán que tanto caravaneamos para que traiga sus inversiones a México; no, el principal ingreso del País proviene del bolsillo de millones de mexicanos, en su gran mayoría mujeres y hombres humildes que cruzaron a Estados Unidos como indocumentados; de otros que son profesionistas que viven y trabajan allende el Río Bravo. Estos campeones aportaron al País 33 mil 480.6 millones de dólares.
Esta cifra histórica no pudo superarla ni el petróleo, con todo y reforma energética. Histórica, pese al discurso de odio a uno y otro lado de la frontera. Histórica a pesar de los muros físicos y mentales de la sociedad que los rodea.
Los datos y las estadísticas son fríos, claros, precisos y exactos. Con frialdad nos dicen que los trabajadores migrantes, que solemos menospreciar y algunos temer bajo el influjo de los medios, son uno de los motores económicos más importantes de nuestro País. Su valor es más importante hoy, por la incertidumbre económica que genera la polarización mediática e informativa que vive nuestro País.
No pretendo menospreciar la inversión extranjera, ni el esfuerzo de millones de mexicanos que salen a trabajar todos los días, o el aporte de la micro, pequeña y mediana empresa, principal fuente de empleos en nuestro País. Sólo pretendo transmitir la importancia de nuestros hermanos migrantes para México. Muchos poblados, ciudades y estados salen adelante gracias al esfuerzo de estos mexicanos. Muchos arriesgaron hasta la vida en su desesperación frente a la pobreza en sus lugares de origen.
Los políticos y los medios de comunicación caravanean a los dones del dinero, no estaría de más agradecer, celebrar, dignificar y reconocer a quienes, hoy por hoy, son la fuente de ingresos más importante de nuestro País: los trabajadores migrantes mexicanos radicados en Estados Unidos.
@chuyramirez