Frida sufrida: 110 años
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En Coahuila la cultura es letra muerta, usted lo sabe desde siempre, estimado lector. La obesa Secretaría de Cultura estatal, al frente Ana Sofía García Camil, en seis años ha navegado con la bandera de la indolencia, la mediocridad, la ignorancia y el olvido. El olvido –o ignorancia, que es lo peor– de los grandes acontecimientos y aniversarios históricos, culturales, literarios, pictóricos, que merecen atención porque nos han moldeado como País, así de simple y rápido. Una y otra vez en este espacio le he platicado de lo anterior. No voy a repetirlo, para entrar de lleno en el aniversario 110 del nacimiento de la pintora mexicana Frida Kahlo (1907-1954).
Aniversario que se está celebrando en varias partes de México y del mundo; menos aquí, claro. En fin, nada nuevo. Leo por ejemplo: en Dallas, Texas, en su Museo de Arte y el Centro para el Desarrollo del Liderazgo Latino, se desarrolló, el pasado 6 de julio, el llamado “Frida Fest”, con el cual impusieron un récord por la mayor concentración de personas vestidas o disfrazadas al estilo de la pintora mexicana que levanta pasiones y es amada en todo el mundo. A la par, el Museo lleva récord de entradas para admirar la exposición “México 1900-1950: Diego Rivera, Frida Kahlo, José Clemente Orozco and the Avant-gard”.
Con sorna e ironía, la aguerrida actriz y activista social Jesusa Rodríguez dijo alguna vez que la pintora Frida Kahlo era la “Barbie del tercer mundo”. Para la novelista y periodista Elena Poniatowska, “Frida Kahlo pasó de un objeto de culto a ser mercancía, un arte que después de 50 años se degrada a materia de consumo como un logotipo para vender pashminas”. Sin duda, tienen razón. La pintora mexicana, quien fuera militante en la liga comunista mexicana en la década de los años 20 del siglo pasado, en sus 110 años de nacimiento, se ha convertido en producto “exótico y sofisticado”, según la voz de Jesusa Rodríguez.
Hoy arrecia la comercialización de su figura en llaveros, estampas, afiches, tenis, tequila, camisetas, bolsos, muñecas, y se le rinde tributo y pleitesía de las formas más ortodoxas: una de ellas, ir disfrazada de Frida a ver su obra y la de sus pares.
Frida sufrida. La temática de sus retratos es una: agobiada por sus padecimientos físicos y numerosas intervenciones quirúrgicas debido a un accidente, la pintora aborda el dolor desde todas sus ramificaciones posibles. De aquí, entonces, sus impresionantes cuadros que la retratan de cuerpo entero, entregada a los rictus de dolor y la flagelación como manera de exorcizar sus demonios cotidianos y su infierno diario.
ESQUINA-BAJAN
En el año 2006, y a invitación expresa de un corporativo hotelero norteamericano con intereses en México, fui invitado una semana a todo tren al DF (bueno, ahora la Ciudad de México). Como parte de las amenidades de diversión que tuvieron a bien dispensarnos a varios periodistas del País, nos llevaron a dos lugares, dos museos harto socorridos por turistas nacionales y extranjeros: el Museo Frida Kahlo y el Museo Dolores Olmedo: un deslumbramiento. El primero ubicado en Coyoacán, el segundo en la Delegación Xochimilco. El primero es también conocido como La Casa Azul y se ubica en el número 247 de la calle Londres, en la colonia Del Carmen Coyoacán. Todo mundo lo sabe: lo que hace especial este museo es que La Casa Azul es el lugar donde nació, vivió y murió Frida.
Otra cosa es el Museo Dolores Olmedo. Aquí se encuentra mucho Diego Rivera (150 0bras), 50 grabados de Angelina Beloff, arte prehispánico (900 piezas), arte popular (alrededor de 3000 piezas, estos fragmentos, doña Dolores Olmedo decía que eran “chácharas”), arte virreinal (11 santos estofados) y la que ahora se ha convertido en la joya de la corona: la colección Frida Kahlo, 26 cuadros que la hacen colección única y la más grande en el mundo. Y claro, los cuadros de la Kahlo, la gran mayoría, son del tamaño de una hoja de máquina tamaño carta…
En lo personal, no comparto el furor que causan los cuadros más famosos de Frida (aquí están “La Columna Rota”, “Unos Cuantos Piquetitos”, “Mi Nana y Yo” y otros), pero no me pude sustraer al embrujo y energía que éstos transmiten al enfrentarme a ellos apenas a centímetros de distancia y con los sabios comentarios de la curadora del Museo, que en aquella ocasión nos hizo una visita guiada a los periodistas convocados. Arte emparentado con la patología, nada más. 110 años sin Frida Kahlo son muchos años. Y como siempre, la vida del artista es ingrata y las obesas autoridades culturales nunca estarán a la altura. La Kahlo sólo una vez en su vida expuso su obra individual (1953).
LETRAS MINÚSCULAS
Lo repito, aquí en Saltillo estuvieron colgados cuadros originales de FK. Los trajo don Armando Castilla Sánchez al “Centro Cultural Vanguardia.” Otros tiempos, mejores tiempos. Fin.