Mirador 02/02/18
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Siete cosas pedimos en el Padre Nuestro.
Parece mucho pedir, pero es que necesitamos mucho. Pedir nos hace humildes y nos enseña a tener confianza en la bondad infinita de quien nos dio la vida.
Pedimos: “Danos hoy nuestro pan de cada día…”.
No decimos: “Dame…”. Quien reza la oración no pide sólo para sí; pide para él y para los demás. Pide por todos. Y no pide el pan para mañana y para los días que siguen. Pide nada más para hoy. Confía en que no le faltará después la divina providencia. A ella se abandona con la tranquilidad del niño que se duerme en los brazos paternos.
El Padre Nuestro es la oración de la fe. Pedimos porque sabemos que vamos a recibir. “Pedid y se os dará…”.
No nos cansemos de pedir.
Nuestro Padre no se cansará de dar.
Este día encenderé una vela pequeñita. Su luz será tan grande que me iluminará el camino y me pondrá en el alma la luz del amor.
¡Hasta mañana!...