Queta Medellín
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Esta mujer, de ojos grandes y expresivos, cuando exponía sus puntos de vista era escuchada no sólo por su potente voz, sino porque siempre tenía razón
Aguascalientes tanto como Tlaxcala me parecen ciudades estado, más conociendo a sus actores sociales y políticos y a sus entes económicos. Según es su gente, son sus ciudades. Una persona muy emblemática de Aguascalientes fue Enriqueta Medellín Legorreta quien, aunque no nació allí, fue una persona que abanderó desde la sociedad civil en este lugar la causa de un medio ambiente sano y limpio.
Los hidrocálidos por nacimiento, o por avecindarse allí, son cautelosos en dejar entrar a sus círculos de amistades a personas foráneas, pero cuando lo hacen se convierten en amigos verdaderos, ese fue el caso de Queta Medellín para con mi persona, pero lo importante del caso siempre fue que ella tenía muy claros los intereses que existían en el sector empresarial y en el sector público para omitir situaciones básicas en cuanto al manejo de los residuos sólidos urbanos y al manejo de los recursos hídricos.
Afortunadamente esta mujer, de ojos grandes y expresivos, cuando exponía sus puntos de vista era escuchada no sólo por su potente voz, sino porque siempre tenía razón. Gracias a su liderazgo se detuvo la creación de empresas contaminantes, pero además fue desarrollándose una generación de ciudadanos conscientes del cuidado del medio ambiente. Digamos que Queta fue la primera mujer que se esforzó en dar a conocer los temas globales de carácter ambiental en Aguascalientes y también quien impulsó desde principios de este siglo la iniciativa internacional de la Carta de la Tierra.
Cuando existían los consejos consultivos ciudadanos de desarrollo sustentable de la Semarnat, ella llegó a presidir la región centro occidente haciendo equipo con la consultora ambiental Shafía Súcar en una amalgama humana liderada por mi amigo Mateo
Castillo Ceja, punto focal en México de la mencionada iniciativa. A decir verdad, educar a la
ciudadanía por medio de los valores y principios de una carta iluminadora.
Conviví con ella en el 2005 gracias a una invitación del movimiento de la Carta de la Tierra que cumplía cinco años de existencia, allí saludé a Leonardo Boff, uno de los más importantes ideólogos del documento. Fue en Ámsterdam, Holanda, donde conocí a la extraordinaria Queta Medellín y entonces platicamos sobre el valor de alfabetizar a la gente. Eso lo recordé hace unos días cuando la bióloga Eglantina Canales, secretaria de Medio Ambiente del Gobierno del estado de Coahuila, mencionó en una reunión que sostuvimos en días pasados el término analfabetismo ambiental.
Hace un año, a petición de Queta, le hice llegar el libro de mi autoría “Bordados Para Ser Contados” que escribí en el año 2006 sobre historias de la región lacustre de Michoacán y basadas en el trabajo textil de Teófila Servín Barriga, mi comadre purépecha. Me llamó agradeciendo el envío y me hizo comentarios halagüeños, ella ya padecía el cáncer que lamentablemente la venció apenas el jueves pasado.
Hermana del cantautor Mario Pintor, situación que nunca presumía, era creativa en su manera de interactuar porque traía a la charla comentarios de actualidad de manera divertida y casual; Queta Medellín, quien tenía la profesión de médico, hacía fácil el entendimiento de los temas ambientales pues era una educadora innata.
Luego de recibir el mensaje sobre su muerte me comuniqué con el educador ambiental Salvador Morelos Ochoa, quien reside en la ciudad de Aguascalientes. Me dijo llanamente: perdimos a una gran mujer. Afortunadamente, el 28 de octubre del año pasado, se le entregó a esta dama de sonrisa amplia el Premio Aguascalientes en la categoría “Agua Clara”, en una ceremonia en la que se bautizó con su nombre al Centro Ecológico Estatal. Los ambientalistas de México estamos de luto por Queta Medellín.