Un decreto esperanzador
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Con la creación de la Reserva Natural Estatal ‘Ecosistema Sierra de Picachos’, que tiene en su polígono territorial una extensión de 99, 432. 49 hectáreas, se evitará la devastación
Los seres humanos somos muy complejos, eso es algo innegable, y cuando de por medio están nuestros intereses económicos el grado de complejidad es mayor aún, pues perdemos el sentido del respeto por lo que está fuera de nuestra conveniencia.
Cuando se trata de proteger los ecosistemas que nos rodean tampoco es del interés general hacer algo por ello. ¿Cuántas construcciones existen a la vera de los ríos y hasta a unos metros de ojos de agua, como en el caso de los lastimados ojos de agua que existen en el noreste mexicano? ¿Cómo ha sido posible la muerte de los ríos en nuestro País ante la escasez de conciencia planetaria de los propietarios de la tierra?
Necesitamos entender la irrestricta necesidad de mantener vivos y en orden los ecosistemas del planeta empezando con el territorio que nos rodea. Es lastimoso ver al otrora limpio río Sabinas a la altura de Muzquiz, Coahuila, lleno de residuos generados por las familias que los tiran sobre su lecho o en las orillas de su cauce.
Es inconcebible que luego de haber cabildeado con 70 munícipes de municipios tlaxcaltecas y poblanos por donde pasa el río Zahuapan- Atoyac para iniciar su limpieza y restauración; a nivel gobiernos estatales se haya detenido la iniciativa porque se iba a presentar una propuesta a nivel entidades federativas. Ese tema es realmente urgente a la luz de tratados internacionales de carácter comercial.
En Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, el río Sabinal, también muestra los despojos humanos de un lugar que fue bellísimo y que ahora muere lentamente ante el letargo de los ciudadanos y
de las autoridades. En la Península de Yucatán muchos cenotes están contaminados por el
tema de los desechos de la producción de puercos que afecta los mantos acuíferos que están en el subsuelo.
¿Qué decir de la laguna de Bacalar, en Quintana Roo? En este sitio de importancia biológica mundial no se ha encontrado el punto de equilibrio entre la convivencia del turismo con la naturaleza, ya que existe una afectación real de la laguna por los combustibles que usan las lanchas y botes en los que se pasean los visitantes, así como la contaminación propia de los habitantes del Pueblo Mágico de Bacalar que, como el grueso de los lugares con este distintivo, no cuenta con un manejo integral de residuos sólidos urbanos, lo que afecta por supuesto a la biodiversidad de los ecosistemas en donde se localizan.
En Nuevo León existe una luz de esperanza que han detonado asociaciones de la sociedad civil. En Bustamante, con la iniciativa de la fundación Mundo Sustentable A.C. y con apoyo de las autoridades municipales, estatales y los legisladores locales, se logró un decreto que declara el Cañón y la Sierra como Área Natural Protegida en la categoría de Monumento Natural bajo la égida del municipio.
Ahora me entusiasma que Alfonso Barragán, con su tozudez y reconocido trabajo en el campo de la conservación, haya detonado partiendo de la sociedad civil, desde la Asociación Ecológica de la Sierra de Picachos, A.C., un decreto de mayores alcances porque beneficiará a los municipios de Agualeguas, Cerralvo, Doctor González, Higueras, Marín, General Zuazua, Sabinas Hidalgo y Salinas Victoria.
Con la creación de la Reserva Natural Estatal “Ecosistema Sierra de Picachos”, que tiene en su polígono territorial una extensión de 99, 432. 49 hectáreas, por fin se evitará la devastación de la Sierra de Picachos, bello conjunto de elevaciones montañosas que mis ancestros Higueras y Marín contemplaron desde el siglo XVII y que se ha visto mermada en algunas de sus laderas por la explotación no sustentable de los recursos pétreos.
Decretado el 26 de febrero de 2021 y publicado el 22 de septiembre de este mismo año, el atinado decreto pasará a ser una responsabilidad de Parques y Vida Silvestre de Nuevo León. Imagino las demandas y amparos que este decreto podría provocar. Pero pienso que conservar y fortalecer el patrimonio natural será un propósito común de los munícipes electos de esta región que podrían hacer un frente común para proteger la sierra y su ecosistema. Siempre en todo gobierno hay acciones destacables, como lo es este decreto.