Alberto López Gómez, el diseñador indígena que triunfó en Nueva York impartió taller en la Escuela del Sarape
El maestro tejedor y diseñador estuvo en Saltillo, donde compartió su experiencia con los aprendices de “La Favorita”
Alberto López Gómez es un diseñador tzotzil originario de Magdalena Aldama, Chiapas. En 2020 participó en la Semana de la Moda de Nueva York, convirtiéndose en el primer diseñador de modas con raíces indígenas en presentarse en uno de los eventos más prestigiosos de la moda a nivel mundial. Poniendo el nombre de México y de los artesanos chiapanecos muy en alto, con tan solo 31 años, el joven ha logrado crear una marca de ropa artesanal “K’uxul Pok “y es fundador de una red de 150 tejedoras en seis municipios de Chiapas.
Uno de los aspectos más importantes para Alberto en su profesión, es trasmitir sus conocimientos a las nuevas generaciones de tejedores, tanto de su comunidad, como de otras partes del país, por ello visitó recientemente La Escuela del Sarape “La Favorita”, perteneciente a la Secretaría de Cultura de Coahuila, donde impartió un taller con el objetivo de compartir todo lo que ha aprendido y también se llevó un poco de las técnicas de los tejedores de “la ciudad del sarape”.
“Soy agricultor y también soy artesano, y hace varios años cree un proyecto que tiene como objetivo dar a conocer el arte que tenemos en México y en Chiapas, esta marca “K’uxul Pok” también trata de apoyar a las compañeras tejedoras de las comunidades y compartir ideas, proyectos, para que se den cuenta de la gran riqueza cultural en materia textil que tenemos en México”, compartió en entrevista con VANGUARDIA.
“El proyecto ha crecido mucho gracias a las personas que nos han apoyado, nosotros llevamos participando desde hace tres años en las pasarelas de moda más importantes de Estados Unidos, también hemos estado en Boston, en Harvard y tuvimos la fortuna de participar hace casi dos años en la semana de la moda de Nueva York con nuestras creaciones”, agregó.
El joven diseñador relató que lleva poco más de 10 años trabajado en el telar de cintura, en el que es pionero, rompiendo estereotipos de género relacionados a la idea de que el bordado, el tejido, son actividades solo para las mujeres.
“Cuando tenía 20 años aproximadamente comencé a tejer en el telar de cintura, mi mamá fue la que me enseño a tejer, a teñir, a hilar los hilos, a montar, me enseñó todo el proceso del telar. Y aunque se cree erróneamente que el tejido es solo para las mujeres, yo creo que ser tejedor no tiene ningún género”, relató.
“Relacionado a esta idea me he enfrentado a muchas cosas a lo largo de mi oficio, criticas en su mayoría sobre ser un tejedor joven y hombre, pero he aprendido a enfrentarlas, me gusta luchar porque si no lo hago nunca voy a saber si era posible lograr mis sueños, hasta la fecha creo que hemos logrado muchas cosas importantes”, agregó, “aquí en Saltillo estuve dos días impartiendo este taller y el ver otros diseños, otros materiales, sentirlos, tocar las texturas que son muy diferentes a las nuestras y también compartir con grandes maestros de Saltillo fue una experiencia muy bonita y enriquecedora. Además los colores que manejan, ver cómo trabajan con la lana, yo estoy encantado con los sarapes que hacen aquí, los gabanes, jorongos, es algo que también quiero incluir en mi trabajo, quiero mezclar Saltillo y Chiapas en las piezas que realizamos”.
Por otro lado, habló sobre el trabajo de los artesanos mexicanos, el cual es muy poco reconocido y también toco temas como la apropiación cultural, uno de los uno de mayores problemas que enfrenta México, cuando firmas reconocidas llegan a nuestro país y se llevan diseños en los que los artesanos plasman la cosmovisión de los pueblos originarios, sin recibir ningún beneficio.
“Creo que nosotros como maestros artesanos tenemos el deber de levantar nuestra voz, quiero que se nos empiece a valorar el trabajo, que nos respeten nuestro tejido. Yo también entiendo a los grandes diseñadores que tienen un alto nivel, pero nosotros somos los creadores, los maestros, los artistas que merecemos respeto, deben pagarnos un precio justo y darnos el crédito por nuestros diseños, porque ellos podrán diseñar, pero no saben tejer, no saben hilar, no pueden crear ningún textil, eso lo hacemos nosotros”, concluyó el diseñador, quien aparece en el libro de la SEP del estado de Chiapas, ilustrando a un hombre que trabaja el telar de cintura.