Casa de Baile, Pasos Firmes de Saltillo logra sobrevivir a pandemia de COVID-19
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Conoce esta academia de baile que aprendió a sobrevivir a la pandemia y continuar con su labor cultural y formativa
Dos espejos y una bocina al centro de dos cuartos que antes fueron una sala comedor, se convirtió en la Casa de Baile llamada Pasos Firmes, una academia dispuesta a lograr que cada niño que sea capaz de mover su cuerpo al ritmo de la música, también sea capaz de manejar sus emociones.
“En medio de una pandemia, la danza nos mostró su esencia inmortal”, asegura su directora Ana Luisa Casas, quien antes de su apertura fue capacitada para un adecuado manejo de la nueva normalidad.
Pasos Firmes, relata la directora, surgió ante la necesidad de ofrecer un espacio para la formación en la danza a niños, niñas y adolescentes que no pueden costear los precios de academias privadas pero su objetivo va mucho más allá.
Pues además de mantener los precios más bajos de las 70 academias en Saltillo, su principal propósito es ofrecer un espacio donde además de su formación en la danza, los niños, niñas y adolescentes se adueñan de su cuerpo, de su espacio y de sus sueños.
“Nos inspiramos en la fortaleza y la luz interior de cada niño, niña o adolescente, en sus sueños y aspiraciones. Buscamos la formación integral para que ellos y ellas se apoderen del escenario de la vida”, asegura Ana Luisa Casas.
Queremos que la danza derribe muros, ir tras el talento de quienes no pueden absorber el costo de una academia regular y que adquieran las fortalezas que nos da la danza, aseguró la directora durante la entrevista.
Señaló que Pasos Firmes, fue un proyecto pensado desde hace muchos años pero materializado hasta el 2020, que inició el 13 de julio en medio de una pandemia, adherido a reactivación económica de la danza junto al Comité Estatal de la Danza en Coahuila.
“Nuestra casa de baile es además un sitio donde se procura la salud física y emocional, un espacio abierto a charlas, emociones y celebraciones en medio de la formación en la danza, que involucra a sus integrantes en causas sociales para que el sufrimiento ajeno nunca les sea indiferente”, agregó Casas.
La “Casa de baile” también se suma a esas causas, actualmente mantiene un programa de becas expresamente dirigido a niños sacudidos por las expresiones de violencia que más vulneran a la sociedad, atendiendo a hijos e hijas de víctimas de feminicidios, de mujeres que atravesaron violencia de género o acaban de salir de un refugio, así como de mamis qué enfrentan cáncer o se encuentran privadas de la libertad.
Además se incluyeron becas para niños, niñas y adolescentes que hayan atravesado violencia sexual, omisión, maltrato, víctimas secundarias de desaparición forzada o negligencia parental.
Lo anterior gracias al patrocinio de “padrinos” y “madrinas” amantes de la danza, aunque muchos de ellos tras un período como becarios, se mantienen con nosotros como alumnos regulares.
“Ofrecemos clases de danza moderna que incluye jazz funk y técnica de jazz, danza Folklórica y danza aérea, pero le entramos a todo ritmo que le interese a nuestros integrantes”, señaló la Directora.
Aunque esta labor ha resultado algo demandante, por lo que ella ha tenido que capacitarse en temas de educación socioemocional y fortalecer los lazos con otras organizaciones civiles que permite canalizar a los niños, niñas y adolescentes para que reciban atención especializada como Psicología de la UAdeC, Colegio de Pediatría, Centro de Integración Juvenil, entre otras.
“Te cuento que Ted Shawn, se acercó a la disciplina de baile para rehabilitar su cuerpo por consejo médico y se convirtió en pionero de la danza moderna, dijo que este es el único arte en el que nosotros mismos somos el material del que está hecho.
En Pasos Firmes, así lo creemos y además de adueñarse de su cuerpo, los niños tienen mayor control de sus movimientos, equilibrio, concentración, memoria y muchas más fortalezas que te da la danza”, expresa la también bailarina.
Las niñas comienzan a caminar derechitas y a pararse frente al espejo con mayor seguridad, eso es lo que más me gusta de la danza, agregó, que además permite tener más seguridad personal que nace desde el control sobre sus movimientos y su cuerpo.
Involucrarse con sus alumnas es indispensable, considera la directora, lo suficiente para conocer de qué manera puede alcanzar una mejor versión de cada integrante de Pasos Firmes.
“De entrada, durante la inscripción se llena una hoja con datos personales pero tenemos un plan de trabajo que incluye entrevistas a profundidad al inicio. Eso nos permite conocer un poco de lo que las niñas y jovencitas piensan o cuáles son sus principales retos a vencer, cómo viven y cuál es su dinámica fuera de la casa de baile”, expresó.
Pero como me han enseñado en diferentes cursos de SIPINNA, PRONNIF y en talleres sobre intervención en crisis, añadió, el acercamiento siempre está basado en la protección de los integrantes de Pasos Firmes, pues hay una línea muy delgada en transgredir su espacio personal o sus procesos familiares y protegerlos de tomar decisiones desinformadas”, comentó.
Sus integrantes, ven en Pasos Firmes un lugar seguro, lloran, ríen, se divierten y aprenden. “Es un lugar en donde puedes ser tú mismo y expresarte libremente sin sentirme mal, al igual que descubres tus propias habilidades y cualidades que te hacen sentirte especial y único en todo, también haces buenas amistades”, comentó Mónica de 14 años.
Quien coincidió con Rosita de 12 años, sobre que además de aprender a bailar, se divierte, crece como persona y se convierten en bailarinas felices, orgullosas y con seguridad de dar cada paso en su vida.
Alexia, de 14 años, señaló que además de aprender a bailar, se aprende a expresarse de mejor manera y conoce otros escenarios, en referencia a la visita de las colonias en la periferia para llevar la coreografía de “Pasos Firmes contra el Abuso Sexual Infantil”.
“Me gusta porque el bailar me es liberador y la casa de baile es mi lugar seguro”, comentó Linda junto a Andrea Michelle quien aseguró que sus clases le han ayudado en el aspecto emocional, “es un lugar seguro con ambiente divertido y dónde el baile se convierte en una forma de expresión”, dijeron las jovencitas de 14 años.
Por su parte, madres de familia como Rocío y Ericka, consideran que sus hijas forjan una disciplina, reciben consejos e información útil para la toma de decisiones y les enseña que ellas también pueden ayudar a otros.
“Es una academia que busca crear conciencia, habla de los problemas que hay en la actualidad y crea en sus alumnos una mejor seguridad personal”, comentaron las madres.
Ana Luisa Casas, reconoce que aunque su sueño por mucho tiempo fue pertenecer a una de las grandes compañías de danza, hoy Pasos Firmes es la Casa de Baile a la que ella siempre soñó acudir.
“Quería ir a sitios donde las bailarinas dedican la vida entera a ensayos arduos para luego presentarse en teatros de talla nacional. Ese, como el de muchas bailarinas, era mi sueño.
Pero hasta hace meses descubrí que para vivir la danza no siempre se necesita pertenecer a una de ellas.
Descubrí que más allá de pisar un escenario, la danza es fuerza, es unión, amistad, cooperación, energía, agradecimiento. Que así también se vive la danza”, finalizó la Directora.