¡Gracias, Celso!
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“La música popular da rostro y trascendencia a las comunidades que la generan. Monterrey tiene para siempre a Celso como voz y promotor internacional”
1.- De manera inesperada, el pasado miércoles falleció a los 66 años de edad el acordeonista, compositor y cantante regiomontano Celso Piña. Nacido en la colonia Independencia, un barrio antiguo y popular de Monterrey, llegó con su propuesta musical muy lejos y traspasó fronteras. Hace unos treinta años en una zona llamada Cerro de la Campana de su ciudad natal, se estaba gestando un movimiento musical en el que se mezclaban ritmos colombianos como la cumbia y el vallenato.
2.- Fue justamente en aquel tiempo que Celso Piña empezó a hacer música, fuertemente influenciado por las tendencias de esos momentos. Armado con el acordeón que su padre le regaló, se convirtió en un músico de gran calidad y completamente autodidacta pues jamás acudió a ninguna escuela o conservatorio para aprender a ejecutar el instrumento que le daría fama internacional. Infinidad de serenatas, bailes y fiestas fueron los espacios que le brindaron práctica constante para perfeccionar su técnica.
3.- Ya metido de lleno en la composición, creó una fusión musical cuyo sonido es muy identificable y lo llevó a obtener el título de ‘El Rebelde del Acordeón’. Ya para finales del siglo pasado, Celso Piña se convirtió en uno de los miembros más destacados de un movimiento musical que se conoció como Avanzada Regia y de donde surgieron otros grandes intérpretes como El Gran Silencio, Control Machete, Cabrito Vudú, Zurdok, Panda y hasta propuestas indiscutiblemente pop como Plastilina Mosh, Kinky y Jumbo.
4.- Con el tiempo, Celso Piña adquirió gran prestigio e hizo asociaciones musicales con figuras que, en otros tiempos, se hubieran antojado no compatibles son su estilo. El Tri, Lila Downs, Julieta Venegas, Alejandro Marcovich y hasta Natalia Lafourcade fueron sólo algunos de la larga lista con quien hizo colaboraciones. La obra de Piña caló tan hondo en la cultura popular que grandes pensadores como Carlos Monsiváis y Gabriel García Márquez escribieron sobre él. Con éste último incluso estableció una sólida amistad.
5.- Muchas personas sumamente elitistas o francamente snobs, trataron de ignorar o minimizar la obra de Celso Piña, en estos días posteriores a su desaparición. La verdad es que la música popular dá rostro y trascendencia a las comunidades que la generan. Monterrey tiene para siempre a Celso como voz y promotor internacional. Independientemente de los gustos musicales de cada quién, hay que escuchar y conocer la música popular. Es allí donde están las raíces de nuestra identidad.
6.- Un detalle que me pareció grotesco y de muy mal gusto, en estos días en que la música mexicana está de luto, es el video que filtró desde el Hospital San Vicente de la ciudad de Monterrey, lugar donde Celso Piña falleció. Alguien no identificado del personal de ese nosocomio, grabó un video desde el quirófano donde minutos más tarde, el cantante sufrió el infarto que le arrebató la vida. En esas imágenes Piña, ya entubado, ofrece unos saludos al público, evidentemente solicitados por quien está grabando el video.
7.- Este video terminó siendo el último registro de la vida de Celso Piña quien había acudido al mencionado hospital para atenderse de un malestar. ¿Dónde está la ética del personal de ese lugar? ¿Acaso las figuras públicas no tienen derecho a momentos de intimidad? ¿Ni siquiera minutos antes de morir? Además ¿quién autoriza la entrada de un celular al quirófano? ¡Son los dispositivos más sucios del mundo! Esperemos que este incidente sea el último de su tipo. Por lo pronto, celebremos la vida y obra de Celso Piña. Descanse en paz.
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