Héctor Bonilla: Galán singular de telenovelas
Al protagónico de “Viviana”, le siguieron en Televisa a Bonilla desde principios de los años 80 una serie de personajes que no necesariamente eran protagónicos
La tarde del pasado viernes 25 de noviembre se dio a conocer la triste noticia de la muerte del primer actor Héctor Bonilla a los 83 años de edad a consecuencia del cáncer que padecía.
Actor multifacético tanto en cine, teatro y televisión, en este último medio se convirtió a finales de los años 70 en un galán singular de telenovelas al protagonizar el clásico “Viviana”, de 1978, como pareja de la actriz Lucía Méndez desde los créditos iniciales donde aparecía prácticamente en tanga en una playa donde corría hacia la heroína de la historia, pero desde el momento en el que el galán de la historia resultó ser un patán, bígamo que la engañó por casarse por ambición con una rica heredera (la primera actriz Maricruz Olivier) el productor Valentín Pimstein lo destinó a vivir el resto de sus días unido a la mujer que él había escogido para hacerse rico por sobre el amor que le ofrecía Viviana, quien termina casándose con un doctor interpretado por Juan Ferrara.
Al protagónico de “Viviana”, le siguieron en Televisa a Bonilla desde principios de los años 80 una serie de personajes que no necesariamente eran protagónicos (en “Soledad”, de 1980, también producción de Pimstein, tuvo el segundo crédito después de la protagonista, Libertad Lamarque, como un joven intelectual inválido que tras enamorarse si bien “cambia de look” y es más galán de una enfermera interpretada por Nuria Bages sus convicciones y personalidad original no cambian) y tras completar una trilogía de proyectos con el productor de nuevo como galán junto a Rogelio Guerra de Lucía Méndez en “Vanessa”, de 1982, formó equipo con otros productores de la televisora con los que dejó honda huella antes de emigrar a TV Azteca a mediados de los años 90.
Las telenovelas en cuestión fueron la telenovela de época “La pasión de Isabela” (1984), producida por Carlos Téllez (“Cuna de Lobos”), como galán de Ana Martín; la épica campirana “La gloria y el infierno” (1986), su primera colaboración con el productor Juan Osorio protagonizando junto a otra primera actriz como Ofelia Medina y la segunda, “La casa al final de la calle” (1989), de la que hablamos hace un par de meses al fallecer su director de escena, el cineasta Jorge Fons (con quien filmó de forma paralela el clásico de cine “Rojo amanecer”), compartiendo créditos con la primera actriz Angélica Aragón, para en 1991, como galán de quien en “Soledad” fue su hermana, Christian Bach, en la combinación de thriller con telenovela “Atrapada”, producida por Ernesto Alonso.
A mediados de los 90, insatisfecho con las propuestas dentro del género de telenovelas que le hacían en Televisa, emigra a TV Azteca no como actor sino como director de la telenovela “Con toda el alma”, protagonizada por Andrés García y Gabriela Roel en 1995, para posteriormente volver a protagonizar en la misma televisora “Señora” (1998), como pareja de la primera actriz Julieta Egurrola y en 1999, bajo la coproducción de Argos, hacer la versión masculina del personaje de Margarita Gralia en “Mirada de mujer” (1997), en “La vida en el espejo”, protagonizada por el también desaparecida Gonzalo Vega, Rebecca Jones, Sasha Sokol, Jose María Yazpik y Diego Luna.
El nuevo milenio lo inicia en telenovela Bonilla protagonizando la telenovela también de Azteca con tintes de humor “Tío Alberto” (2000) compartiendo créditos con Verónica Merchant y Mark Tacher; e el 2008 emigra a Telemundo para participar en otra versión del clásico “La mentira” conocida entonces como “El juramento”, protagonizada por los venezolanos Osvaldo Ríos y Natalia Streignard, televisora en la que realiza su último proyecto en el 2018 como parte del serial “El señor de los cielos” pero un año antes, en 2017, regresar a Televisa, otra vez como director ahora invitado por Juan Osorio, del exitoso refrito coreano que en México se conoció como “Mi marido tiene familia”, protagonizada por el colombiano Daniel Arenas, Zuria Vega, Diana Bracho, Rafael Inclán y Silvia Pinal, entre otros. Descanse en paz y gracias por su legado.
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