Quiero suponer que son cosas que nos ocurren a todos, pero ignoro si los demás tienen la sensación de que son los únicos a los que les ocurren, como yo.
No le consta que vayan a llegar a los desharrapados de esos países, a los cuales no conoce: no va a contemplar sus expresiones de alivio o de agradecimiento.
Antes caigan los madrileños como moscas que coartar su libertad de hacer el burro y transmitir el virus, y la de los extranjeros de la peor calaña que nos invaden.