Cómo ser feliz; Celebra el Día Mundial de la Alegría con estas seis claves
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Cada primero de agosto se lleva a cabo esta singular celebración; pero ¿de qué se trata? ¿Cómo podemos darle paso a la alegría en medio del caos diario?
El Día Mundial de la Alegría fue instaurado en 2010 por iniciativa del colombiano Alfonso Becerra. Esta jornada sirve para reflexionar sobre la importancia de tener presente ese sentimiento en cada momento de la vida y su poder transformador.
Sin embargo, a pesar de lo socorrido que sea este sentimiento en la vida de cada ser humano, lo cierto es que cada persona tiene una idea bastante particular de aquello que pueda brindárselo.
Comunmente, lo más obvio es relacionar la felicidad y la alegría como si se trataran de una sola cosa, pero aunque el significado de ambas palabras las haga bastante similares, tienen diferencias sutiles.
No obstante, más allá de definiciones exactas o de discusiones filosóficas, la alegría y la felicidad son en esencia dos sensaciones placenteras que vale la pena tener al menos una vez en la vida. Aquí seis tips para lograrlo, de acuerdo con la Universidad de Harvard:
1. Perdona tus fracasos. “Es imposible tratar de vivir sin emociones negativas, ya que forman parte de la vida, y son tan naturales como la alegría, la felicidad y el bienestar. Aceptando las emociones negativas, conseguiremos abrirnos a disfrutar de la positividad y la alegría”, dice Tal Ben-Shahar, experto en Psicología Positiva, que en 1992 encontró que los bajos niveles de perdón hacia uno mismo se relacionaban con la presencia de trastornos como depresión, ansiedad y baja autoestima.
2. No des lo bueno por hecho: agradécelo. No importa que sean cosas grandes o pequeñas. "Esa manía que tenemos de pensar que las cosas vienen dadas y siempre estarán ahí tiene poco de realista", añade el investigador.
3. Haz deporte. Basta con algo suave como caminar a paso rápido medi ahora diaria para que el cerebro secrete endorfinas, esas sustancias que nos hacen sentir drogados de felicidad y que en realidad son opiáceos naturales que produce nuestro cerebro y, entre otras cosas, mitigan el dolor y causan placer, afirma el entrenador Luis Javier González.
4. Simplifica, en el ocio y el trabajo. “Identifiquemos qué es lo verdaderamente importante, y concentrémonos en ello”, dice Tal Ben-Shahar, quien además sugiere centrarse en una sola cosa y no intentarlo todo a la vez, ya sea en las actividades diarias como en el tiempo libre.
5. Aprende a meditar. Miriam Subirana, doctora por la Universidad de Barcelona, asegura que “a largo plazo, la práctica continuada de ejercicios de meditación contribuye a afrontar mejor los baches de la vida, superar las crisis con mayor fortaleza interior y ser más nosotros mismos bajo cualquier circunstancia”.
6. Practica la resiliencia. “Nuestro nivel de dicha lo determinará aquello en lo que nos fijemos y en las atribuciones del éxito o el fracaso”. Esto se conoce como locus de control o 'lugar en el que situamos la responsabilidad de los hechos', un término descubierto y definido por el psicólogo Julian Rotter a mediados del siglo XX. Mientras que los pacientes depresivos atribuyen los fracasos a sí mismos, y el éxito, a situaciones externas a su persona, la gente positiva tiende a colgarse las medallas, y los problemas básicamente los hace a un lado. Sin embargo, esto ocasiona que se pierda la percepción del fracaso como 'oportunidad', que tiene mucho que ver con la resiliencia, un concepto prestado de la Física y de la Ingeniería, con el que se describe la capacidad de un material para recobrar su forma original tras ser siometidos a una presión deformadora.
"En las personas, la resiliencia trata de expresar la capacidad de un individuo para enfrentarse a circunstancias adversas, condiciones de vida difíciles, o situaciones potencialmente traumáticas, y recuperarse saliendo fortalecido y con más recursos”, dice el médico psiquiatra Roberto Pereira, director de la Escuela Vasco-Navarra de Terapia Familiar. No se diga más. A practicarlo.