‘Código de tiempo’: El arte de Roy Carrum en el espacio imaginario
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La exposición virtual estará disponible a partir de este jueves 10 de diciembre en las redes Liquen - Agencia de Arte y en ella se reúne gran parte de la obra de artista visual
Los “Lugares imaginarios para obras reales” de Liquen - Agencia de Arte, serie de tres exposiciones virtuales, ahora darán la bienvenida a otra perspectiva sobre la realidad, con el trabajo pictórico de Roy Carrum en la exposición “Código de tiempo”.
El artista visual, que trabaja temas cotidianos en sus obras, retomando en lo contemporáneo géneros como la naturaleza muerta, el bodegón, vánitas y marinas, ahora presentará décadas de labor en este recorrido que estará disponible a partir del jueves 10 de diciembre a las 18:00 horas a través de las redes de la agencia, así como de la Secretaría de Cultura de Coahuila, a través de cuyo programa Arte Resiliente fue posible este proyecto.
“Roy es un artista que busca a través de su trabajo estas formas contemporáneas de los bodegones, de las naturalezas muertas, de los momentos y la cotidianidad y que de una forma u otra también, a través de su trazo, lo ha llevado a otras disciplinas: hacia la escultura, hacia la gráfica, entonces para mí fue muy claro que Roy era el artista perfecto, digamos, para este espacio, por el dinamismo de su obra”, comentó Talía Barredo, curadora de la exposición y directora de Liquen, en entrevista con VANGUARDIA vía Zoom.
El artista, con quien también conversamos, explicó que aunque la exposición abarca décadas de trabajo no se trata de una retrospectiva, aunque sí ofrece un vistazo a sus inquietudes artísticas y evolución a través de los años.
Al respecto de la selección, Barredo explicó que la muestra se organiza principalmente en tres líneas: espacios abiertos, bodegones —con sus subdivisiones— y una serie de obras recientes “de espacios y momentos que parecerían como bodegones, sin propiamente serlo, son una especie de escaparates o vitrinas”.
“Las formas en las que se adaptó la obra al espacio no fue pensando en la cronología, sino pensando en las temáticas”, agregó, “entonces tenemos cuatro salas y de esas cuatro salas hay una de espacios y retratos, dos salas de bodegones y una sala donde vamos a encontrar gráfica y la última línea de temas de Roy”.
La selección de 93 piezas se tomó de todo el registro de obra de Carrum, y aprovechando el beneficio de la virtualidad, en la muestra estarán presentes pinturas que ya son partes de colecciones privadas y que de otra manera sería muy complicado llevar a una galería real.
Al poder revisar años de trabajo, el creador pudo reflexionar sobre su propia obra y, agregó, le permitió ser testigo del proceso de Barredo y cómo es que ella abordó décadas de propuestas artísticas para la exposición.
En el aspecto musical, mientras que las dos propuestas previas del proyecto de exposiciones virtuales contaron con canciones de Jorge Rangel, en este caso fue el propio Carrum quien prestó piezas ambientales para el video.
“Muchas de mis escenas en mis pinturas son justo eso, escenarios que encuentro en lugares propios o ajenos pero de música al fin, es uno de mis intereses y lo hago casi desde el momento en que empecé a pintar”, explicó y compartió que, como fanático del compositor Brian Eno, ahora tendrá la oportunidad de estrenar una de sus piezas de género “ambient” en esta exposición.
Por otro lado, una de las reflexiones de Carrum al ver su obra en un entorno virtual fue el contexto en que su generación se relacionó con la exhibición de obra, pues comentó que para ellos exponer en lugares alternativos fue la norma, ante la dificultad de hacerlo en recintos institucionales.
“Verla montada, acá con una buena iluminación, es extraño e interesante, vine a ver mi obra reunida en un espacio virtual”, expresó y a esto Barredo agregó que “los espacios de las tres exposiciones son muy diferentes, pero se me hizo curioso que Roy al principio me dijo que quería una galería chica, porque la costumbre es esa”.
Con “Código de tiempo” culmina “Lugares imaginarios para obras reales” —hecho en colaboración con Ángel Bosquez y Daniel Bates—, un proyecto que explora el potencial de las herramientas digitales para la curaduría y museografía, así como la difusión del trabajo de los artistas y la posibilidad de crear espacios reales que alberguen las propuestas de los artistas contemporáneos.