Cuba utiliza técnica mexicana para casas dañadas por el huracán Matthew
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El huracán Matthew de categoría cuatro en la escala Saffir-Simpson, con un máximo de cinco, pasó el 4 de octubre de 2016 y afectó a más de 46,700 viviendas en el este de Cuba, de las que más de 8,000 sufrieron un derrumbe total.
Un arquitecto mexicano enseña en Cuba la técnica centenaria de techado de viviendas con bóvedas de ladrillo cerámico, para la recuperación de cientos de casas afectadas por el huracán Matthew, publicaron hoy medios locales.
La técnica consiste en cúpulas de ladrillos de cinco centímetros de ancho, diez de alto y 20 de largo, con un peso de 1.5 kilogramos, que son más pequeños que los usados habitualmente en la isla.
"Ese menor tamaño y peso favorece la edificación de los arcos y el sostén de un ladrillo con otro", explicó Ramón Aguirre, director del Instituto de las Bóvedas Mexicanas y Tecnologías Regionales (IBOMEX).
Además, la técnica no necesita encofrado ni tampoco acero y hormigón, por lo que resulta más económica que las cubiertas realizadas con placas, las más usadas en el país.
El método se emplea exitosamente desde hace más de 200 años en los estados mexicanos de Jalisco, Michoacán, Morelos, Guerrero, Querétaro y Oaxaca.
La técnica está siendo utilizada en la oriental provincia de Guantánamo donde abundan los productores de ladrillos cerámicos y existe una industria estatal de materiales, lo que debe facilitar la extensión de esta práctica, señaló el periódico oficial “Granma".
La capacitación mexicana está promovida por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), y busca acelerar la reconstrucción de cientos de viviendas en la provincia de Guantánamo que quedaron dañadas tras el paso del huracán Matthew el año pasado.
Guantánamo fue la provincia cubana más afectada, donde causó daños materiales por 97 millones de dólares aunque sin pérdida de vidas humanas por la fuerte movilización de la Defensa Civil de Cuba.
El huracán Matthew de categoría cuatro en la escala Saffir-Simpson, con un máximo de cinco, pasó el 4 de octubre de 2016 y afectó a más de 46,700 viviendas en el este de Cuba, de las que más de 8,000 sufrieron un derrumbe total.