Periodistas desplazadas
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Imagina que de un día para otro tienes que dejarlo todo. Familia, hijos/as, pareja, escuela, amistades y familiares. Todo. La razón: una amenaza. Y así debes comenzar de nuevo, en otro país o ciudad, con poco dinero, nostalgia, miedo, impotencia y tal vez culpa.
Te preguntarás si el trabajo habrá valido la pena, si tienes que abandonar esos anhelos profesionales, si has sido demasiado egoísta -porque eso te han dicho-, si pudo haber ocurrido de otra manera. Has perdido la confianza en tu círculo más cercano y en ti. Comienzas a experimentar un aislamiento, una soledad que poco a poco consume tus energías. Los que ofrecen ayuda te han olvidado y los que por obligación deben hacerlo están sumergidos en una burocracia institucional que no parece tener salida.
¿Qué sigue? ¿De qué vas a vivir? ¿Cómo vas a contactar a tu familia? ¿Cuándo volverán las cosas a la normalidad? Todo se ha movido.
De acuerdo a la investigación Herencia de un sexenio: simulación y desplazamiento Violencia contra las mujeres periodistas 2012-2018 de la asociación civil Comunicación e Información de la Mujer (CIMAC) el desplazamiento es apartarse del hogar y del contexto, y “es la salida que tienen las mujeres periodistas después de tener una pistola apuntándoles en la cabeza, de ser golpeadas y torturadas, de ser interceptadas por sujetos armados y retenidas durante horas o días”.
Además el desplazamiento es una especie de exilio que surge de la impunidad del Estado al no investigar ni sancionar la violencia y los crímenes contra las personas dedicadas al periodismo. Esta situación ha provocado que los perpetradores continúen y las acciones violentas para acallar a la prensa vayan en aumento.
De acuerdo al estudio de CIMAC, Coahuila ocupa el cuarto lugar de casos de violencia contra las periodistas con 25 incidencias que representa 5.94 por ciento. La entidad en sólo un año triplicó el número de agresiones hacia mujeres periodistas al pasar de 5 casos en 2017 a 17 en 2018.
A nivel nacional el panorama es poco alentador. De diciembre de 2012 a septiembre de 2018, años en los que gobernó Enrique Peña Nieto, CIMAC documentó 422 casos de agresiones contra mujeres periodistas. Durante la gestión de Felipe Calderón Hinojosa se contabilizaron 131 casos. Es decir, de un sexenio a otro las agresiones contra las periodistas incrementaron 222 por ciento.
PARA TENERLO PRESENTE
Cierro este texto con dos testimonios que deben conocerse en Coahuila y que cobran voz en la investigación de CIMAC.
“Lo que más me duele del desplazamiento es mi hija. Mi hija bloqueó mi número. Cambió el teléfono de su casa. Me reclamó dejarla sola. Yo digo: No les puedo decir donde estoy pero no es que no puedan hablarme”, periodista desplazada.
“Fue una tontería. Se enojó por una información que no se publicó. Su secretaria me llamó, me dijo incompetente. Él me acusó de querer dinero. Me dijo ‛es la última vez y me voy a ocupar de usted, otra periodista desplazada.