Raúl Jiménez toma una pausa obligada

MÉXICO.- Raúl Jiménez no quería parar. Desde hace meses utiliza una venda en su mano izquierda retrasando una operación que lo podría alejar de la élite del futbol en la Premier League con el Wolverhampton, respondió a todas las convocatorias de la Selección Mexicana con tal de seguir en ritmo y ahora deberá de reposar por obligación, después de ser sometido a una operación por una fractura en el cráneo y haciendo una pausa al brillo que ha preservado por dos años en el balompié de Inglaterra.

Aún herido, el delantero coquetea con el futbol: “espero pronto regresar a las canchas”, escribió en sus redes sociales, horas después del choque de cabeza con David Luiz, que lo dejó fuera de combate, y sin saber cuánto tiempo se requerirá para su recuperación.

El atacante de la Selección Mexicana se convirtió en dos años en una de las figuras de la Premier League. En tres temporadas anotó casi 50 (48) goles, entre liga y torneos internacionales, además que se transformó en el principal autor de asistencias de los Wolves. Sus registros lo pusieron a competir de frente con los mejores atacantes del campeonato inglés y creó interés en él de todas las partes del mundo.

“No quiero parar, por eso no me he tratado la mano”, aceptó una vez Raúl Jiménez, en una concentración con la Selección Mexicana, cuando se le preguntó por qué la venda en su mano izquierda en todos los partidos.

Su insistencia por no perder el vuelo que tomó en el Wolverhampton, hizo que Jiménez aceptara todas las convocatorias de la Selección Mexicana. “Raúl es mi delantero”, dijo Gerardo Tata Martino, cuando le preguntaban quién era el titular en el Tricolor.

Esa insistencia lo catapultó a goleador del Tricolor en la era del Tata Martino, con 11 tantos, y también lo colocó como el principal asistidor, con ocho pases para gol, con la Selección Mexicana. En los Wolves su rendimiento no quedó desapercibido y por eso el equipo del occidente de Inglaterra lo blindó con una cláusula de 50 millones de euros.

La temeridad de Raúl Jiménez encontró un freno en un cobro de tiro de esquina. Saltó en busca del balón y su cabeza chocó con la de David Luiz, cayó al césped, salió en camilla y fue auxiliado con oxígeno, aún así, horas después de ser operado, y ya consciente, lanzó una señal al futbol: “espero pronto regresar a las canchas”.