Panaderías de Saltillo elaboran la Rosca de Reyes en hornos de más de 70 años de antigüedad
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En las panaderías tradicionales las roscas se hacen sin conservadores ni saborizantes artificiales, además de ser más económicas que en las grandes tiendas de autoservicio
Saltillo, Coahuila.- El fuego vivo eleva la temperatura del horno donde el pan tipo biscocho toma otro color, lo cubren pasta de azúcar, ate, higo, piña y cerezas en almíbar confitadas. Ese horno lleva más de 70 años fabricando joyas de enero.
Son las tradicionales Roscas de Reyes que demandan los saltillenses para beber con champurrado, atole y chocolate; se hornean hasta 30 roscas cada día durante la temporada, todas hechas de forma casi artesanal en la Panadería la Crema.
Don Carlos Lara tiene entre sus manos la magia del sabor, moldea la masa a modo y recubre con huevo el exterior, rocía el azúcar, adorna con los frutos secos y está pendiente de la temperatura del horno. Sus roscas no tienen conservadores ni saborizantes artificiales.
Las roscas en la panadería de la calle de Manuel Acuña, son fabricadas cada día para que “las lleven calientitas y recién hechas”, asegura el panadero. Sus precios están por debajo de los que ofrecen los supermercados, al menos un 20 por ciento más económicas.
“Todo es a mano, es parte de hacerlo de forma tradicional, aunque hagamos muchas, son horneadas el mismo día, no usamos conservadores ni las congelamos días antes para luego hornearlas”, comentó el panadero.
Al cabo de unos minutos reposadas las roscas son decoradas y les colocan el Niño Dios para sorpresa de los comensales, las roscas son decoradas y horneadas ya sin el fuego vivo en el horno sino con el calor que emanan las bóvedas de ladrillos.
El precio de las roscas en la panadería La Crema son de 100 pesos la chica, 190 pesos la mediana y 360 pesos la más grande o familiar; decenas de familias a su alrededor optan por comprar las roscas en panaderías locales.
Vengan a probar nuestras roscas, exhortó José García Cruz, dueño de la panadería que se caracteriza por la variedad de pan, panqués, bolillos, enormes donas, conchas y un sinfín de pan dulce en el Centro Histórico de Saltillo.