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Abuso psicológico, comida podrida y violencia física: la condena de los Centros de rehabilitación en Coahuila
El 63% de los centros de tratamiento de adicciones registrados ante la SS de Coahuila incumplen con la norma oficial que regula la operación y funcionamiento de estos giros
- 26 septiembre 2022
Un día “El Güero” se fugó. Ya no aguantó más el maltrato del centro de rehabilitación donde estaba.
Comer alimentos podridos, dormir entre insectos y ser golpeado física y psicológicamente no sirvió para que superara su adicción a las drogas. Por el contrario, recaía.
“Me di cuenta de que uno de los motivos por los que reincidía en las drogas era el maltrato”, narra.
“El Güero” volvió a las calles cargando a la espalda con un morral de odio y resentimiento hacia su familia, pues lo ingresaron a la fuerza.
“Por eso muchos salen, llegan y golpean al papá, a los hermanos, enojados, molestos, ‘eh, ¿por qué me metió allá?’”.
Él es uno de los enfermos de adicción a las drogas que vivió las condiciones irregulares de estos centros de rehabilitación, que con frecuencia no cumplen la norma oficial que pone las reglas para las condiciones dignas de rehabilitación.
El 63 por ciento de los centros que se dedican al tratamiento y rehabilitación de adictos al alcohol y drogas, registrados ante la Secretaría de Salud de Coahuila, no cumplen al 100 por ciento con lo que ordena la NOM-028-SSA2-2009, la cual regula la operación y funcionamiento de estos giros.
La constante es la reincidencia en condiciones insalubres en las que someten a personas enfermas de una adicción.
En total son 47 de los 74 centros de rehabilitación y grupos de autoayuda para personas con problemas de adicción, los que presentaron fallas en el cumplimiento de los requisitos que marca la Norma Oficial Mexicana para la Prevención, Tratamiento y Control de las Adicciones.
“Recordemos que ellos han perdido la salud, desde el punto de vista biopsicosocial, y si se van a encargar de matar ratas o chinches o cucarachas, pues...”, cuestiona Vargas Domínguez.
“Deben de tener la calidad de vida adecuada, eso de que ‘para que valores lo que perdiste allá afuera’, es algo que a alguien se le ocurrió, pero no tiene fundamento”.
El CALDO DE OSO Y EL AMOR ADULTO
De acuerdo con la respuesta a la solicitud de información hecha por Semanario a la SSA, en las 99 visitas de verificación sanitaria realizadas de 2018 a 2022 en los centros y grupos de adicciones en el estado, se encontraron diversas irregularidades.
Entre las principales destacan:
–La carencia de manual de procedimientos aprobado por la Comisión Nacional Contra las Adicciones (Conadic).
–Falta de aviso de funcionamiento.
–Falta de programas de erradicación de plagas.
–Inexistencia de tarjetas de control sanitario.
–Malas condiciones de higiene y limpieza.
–Contaminación cruzada de alimentos.
-Nula ventilación.
–Ausencia de áreas de dormitorios
–Abasto insuficiente de agua.
–Sobrepoblación.
Además de la falta de expedientes clínicos actualizados, programa de protección civil, reglamento interno y apoyo psicológico.
Así como, sobrecupo de camas, fauna nociva, falta de consultorio médico, ausencia de personal para la atención (médico, enfermeros) y falta de mantenimiento.
Y aunque en la mayoría de los casos las observaciones fueron corregidas en su momento, 17 centros volvieron a presentar anomalías en verificaciones posteriores.
Todo esto es traducido por “El Güero” como un infierno. Lo avala su estancia en tres anexos para adictos en los que le ha tocado estar a lo largo de su vida. Hasta que llegó a uno donde si le ayudan a superar su adicción.
La primera vez, y las que siguieron, su familia lo había ingresado a la fuerza tras años de un consumo de drogas que iba in crescendo.
“El Güero” había probado todas las sustancias ilícitas que le había ofrecido la calle, cambiado la casa familiar por un arroyo y su vida normal de esposo y padre por la de indigente.
Platica que, a su ingreso en uno de estos centros, el llamado el 4 de Agosto, en Saltillo, no lo recibió médico alguno ni siquiatra.
Fue el padrino y los encargados quienes le dieron la bienvenida despojándolo de su ropa y rapándolo.
Luego fue conducido a unas duchas sin división donde lo obligaron a bañarse con agua helada, mientras le tallaban el cuerpo con una escoba, método que suelen usar en los anexos de trato rudo con los internos nuevos.
“Te dicen que para que valores, que para que cuando salgas le eches ganas a la vida”.
Después lo llevaron a un dormitorio donde no había camas y le dieron para que se cubriera del frio una cobija sucia, rota y maloliente.
“Haz de cuenta que era la cárcel municipal”.
Según la respuesta de la SSA entre las agrupaciones más reincidentes se encuentran:
–Casa de Rescate Cristo Vive.
–Libérate Laguna.
–Luz de Vida.
–Centro de Sanación Nace.
–Fundación Jóvenes Saltillo.
–Grupo Ermita Saltillo.
–Granjas Jóvenes Oceanía “Fundación Manuel Manzo”.
–Grupo Sobriedad.
–Morir para empezar a vivir.
–Regreso al Rebaño.
–Grupo Serenidad.
–Centro Integral en Lucha de Adicciones. Grupo Esperanza y Nueva Vida.
–Esperanza de Vida.
–Grupo Nueva Vida. Adicciones y Codependencia.
–Oasis de Luz y Fe.
–Reencarnados en Cristo.
“Hay que estarles dando vistas porque se descuidan. Es una labor permanente”, dijo Sergio B. de la Parra Juambelz, subsecretario de Regulación y Fomento Sanitario en Coahuila en julio durante entrevista con medios locales.
Y añadió que aproximadamente 40 por ciento de los centros de rehabilitación en el estado no cumplen a cabalidad con las especificaciones de la norma.
“Estamos hablando de situaciones de insalubridad de los baños, de las cocinas, fauna nociva. Eso es lo que hemos encontrado”.
Tales omisiones, a decir de especialistas en consejería y terapéutica en adicciones, atentan contra la dignidad de las personas con problemas de alcoholismo y drogadicción, que llegan a estos lugares en busca de rehabilitarse.
Al respecto, el Artículo 75 de la Ley General de Salud estipula que el internamiento de (...) las personas con consumo de sustancias psicoactivas, y de adicciones, como último recurso terapéutico, se ajustará a principios éticos, sociales, de respeto a los derechos humanos y la dignidad de la persona.
Pero para “El Güero” el Artículo 75 de la ley no llegó. La dieta en el primer centro al que fue internado en contra de su voluntad consistía en dos tortillas lamosas y un plato de sopa de verduras con tres fideos, platillo que en el ambiente de los llamados anexos o centros de adicción se le conoce como caldo de oso.
El psicoterapeuta, cuenta, era uno de los mismos, adictos, modalidad que en el argot de los anexos de puerta cerrada se le conoce como psicoterapeutas líricos.
Ahí el padrino y los encargados comenzaron a insultarlo, que siempre iba ser un drogadicto, que él estaba interno mientras su esposa estaba con otro hombre, que era un irresponsable, un bueno para nada, un perro.
Que iba a morir siendo un adicto, que sus hijos iban a ser igual que él, que no había una solución, que no había esperanza, en un ritual que en los centros de rehabilitación se le denomina “Amor Adulto”.
“Eran puras palabras de muerte”, narra “El Güero”. Se sintió una piltrafa.
Cayendo su primera noche, “El Güero” entró en el dormitorio general y se tendió a dormir en el suelo con otros 50 internos. Fue una pesadilla entre las hordas de garrapatas y cucarachas que reptaban por las paredes. En la cocina proliferaban las ratas.
“Por fuera se miran bien y los dueños te dicen que está muy bien, te dicen ‘tenemos una terapia espiritual, nutriólogos, escuela’, y en realidad son puras mentiras, es la fachada que presentan y como la familia no entra, no sabe del infierno con el que te vas a topar adentro”.
En este centro, donde el tiempo transcurría lento, los días eran exactamente iguales: una rutina de castigos y maldiciones.
“El Güero” recuerda la penitencia a la que fue sometido por rebelarse contra un encargado del anexo.
Lo hincaron a sol con dos corcholatas de refresco en las rodillas y dos ladrillos, uno cada mano, las manos en alto, sin probar alimento.
En otra ocasión otro de los servidores lo cacheteó por desobedecer una orden.
Y frecuentemente recibía patadas o zapes cuando lo pillaban durmiéndose en la terapia.
“Por lo regular los adictos somos rebeldes, hablamos malas palabras, no tenemos respeto hacia la genta hacia la autoridad y entonces vienen los golpes”.
Apenas cometía una falta era sometido y llevado por cinco o seis hombres a un pieza del anexo donde le lanzaban una cobija encima y lo empezaban a golpear a puñetazos.
“Decían ‘nomás maquíllenlo bien cuando venga su familia’”.
Un día que “El Güero” ya no aguantó más, se fugó.
“SE LES DEBE TRATAR CON TODA DIGNIDAD”
Norma Alicia Pérez Reyes, directora del Centro de Integración Juvenil Saltillo, psicóloga y terapeuta familiar con 35 años de experiencia en el tema de adicciones, advierte que los consumidores de sustancias son enfermos y por ende sujetos de derechos.
“Y se les debe de atender y tratar con toda dignidad... Cuando hablamos de consumo de sustancias sabemos que hay una dependencia física y una dependencia psicológica, para lo cual debe de haber una atención integral, donde se vea la parte psicológica y emocional del paciente, pero también la física”.
Según un boletín elaborado por la Subsecretaría de Regulación y Fomento Sanitario de la SSA de Coahuila, en lo que va del año se han efectuado 13 suspensiones a centros y grupos de rehabilitación en todo el estado por no cumplir con la legislación sanitaria vigente.
Esto como resultado de las más de 47 visitas de verificación sanitaria que durante 2022 y de manera aleatoria realizó la Secretaría de Salud en diferentes centros y grupos de rehabilitación para adictos a las drogas y alcohol en Coahuila.
Sergio B. de la Parra Juambelz, subsecretario de Regulación y Fomento Sanitario en la entidad, detalla que, a principios de agosto, como parte de una acción que se ha venido realizando estratégicamente en varios estados por parte de la Federación, en coordinación con los gobiernos estatales, se llevó a cabo un operativo en cinco centros de adicciones de Francisco I. Madero, de los cuales dos fueron suspendidos.
“Es sobre todo sus condiciones de insalubridad en baños y cocinas”, precisa de la Parra.
En dicho operativo habrían participado la Conadic, la CNDH y la Cofepris.
De acuerdo con la información proporcionadas por la SSA al menos en los últimos 7 años se han aplicado 38 sanciones a centros de rehabilitación radicados en Saltillo y Torreón.
El monto total de dichas multas fue de apenas 132 mil 812.1 pesos.
Entre algunos de los centros sancionados destacan:
–Casa de Rescate Cristo Vive.
–Grupo sólo por la gracia de Dios.
–Casa del Adicto.
–Restauración del Hogar A.C.
–Crread.
–Grupo Esperanza y Nueva Vida.
–Fundación Jóvenes Saltillo.
–Oasis de Luz y Fe A.C.
–Esperanza de Vida.
–Centro de Integración de Lucha contra Adicciones.
–Grupo Reencarnados en Cristo A.C.
SE CARECE DE EVALUACIONES DE RESULTADOS: ESPECIALISTA
Mario Alberto José de los Santos, médico psiquiatra que ha dedicado gran parte de su vida profesional al estudio y tratamiento de las adicciones, lamenta que no haya una regulación, una certificación ni una evaluación de resultados adecuadas, por parte de las autoridades sanitarias, sobre estos centros.
“No garantizan a nadie que las personas se vayan a recuperar, pueden pasar meses o años internadas, salen y recaen”, advierte.
En este sentido la Ley Estatal de Salud en su Artículo 148 establece que la prevención, atención, control y combate contra las adicciones, particularmente del alcoholismo, tabaquismo y farmacodependencia, tiene carácter prioritario, por lo que el Gobierno garantizará, a través de la Secretaría, servicios integrales de salud para la atención de las adicciones.
“No nomás es poner un anexo o una granja”, señala Carlos Vargas Domínguez, consejero y terapeuta en adicciones, avalado por la Universidad Veracruzana.
Al respecto la Norma Oficial Mexicana NOM-028-SSA2-2009, para la Prevención, Tratamiento y Control de las Adicciones, dispone los requisitos que para que todo centro público, social o privado dedicado a la rehabilitación de personas con uso, abuso y dependencia al alcohol y otras drogas, pueda operar.
Entre estos requisitos se encuentran la obligación de contar con un programa general de trabajo aprobado por el Conadic, que contemple el tratamiento médico y/o psicosocial basado en principios científicos, sociales y éticos.
También, instalaciones y equipo apropiado para el desarrollo de sus funciones, de acuerdo con el tipo de modelo de atención que brinde.
Además de personal capacitado y suficiente para llevar a cabo las funciones del establecimiento; ambiente físico apropiado, limpio y seguro, así como alimentación balanceada, de buen aspecto, en cantidad suficiente para una adecuada nutrición y servida en utensilios higiénicos, de acuerdo con el estado de salud del usuario.
“La mayoría de estos centros son tratados por ex adictos en recuperación y que obviamente tienen la experiencia de la recuperación sesgada por su propia experiencia, que no es la misma que la de todos. El problema es que los lineamientos de la norma no se cumplen y parece que las autoridades tienen más interés en otros temas que en estos centros”, dice el psiquiatra Mario Alberto José.
¿HAY CIFRA NEGRA?
Un boletín informativo difundido por la Secretaría de Salud revela que hasta agosto de 2022 esta dependencia contaba con un padrón actualizado de 64 centros y grupos de rehabilitación de consumidores de alcohol y drogas en todo el estado.
Sin embargo, hay quienes aseguran que existe una cifra negra de establecimientos dedicados a la “rehabilitación” de adictos que pululan en cada barrio de cada municipio de Coahuila y escapan al ojo de la SSA.
Centros en los que, eventualmente, concuerdan los especialistas entrevistados por Semanario, pudieran cometerse toda clase de violaciones a los derechos humanos, dada la falta de supervisión y regulación por parte de la autoridad sanitaria.
“Centros en los que se da como un adoctrinamiento, un maltrato, sacrificios, hacer trabajos denigrantes y muchas veces violaciones graves a los derechos humanos, hasta un riesgo de mortalidad”, dice el psiquiatra Mario Alberto José.
Y advierte que otra característica de estas organizaciones es que son muy herméticos y trabajan con sistemas como de alta seguridad, lo cual dificulta la salida de los internos.
“Las rejas son como una constante en la mayoría de ellos, cosa que se me hace ofensiva. Cambian de lugar o se hacen unos nuevos, se cierran, es complejo...”.
Acciones éstas que, advierte Carlos Vargas Domínguez, consejero y terapeuta en adicciones, avalado por la Universidad Veracruzana, abonan poco a la reinserción social del adicto en recuperación.
“Ese es el motivo de cualquier tratamiento: que él trabaje, mantenga a su familia, siga siendo papá, esposo, hijo”.
Cristina Aileen de la Torre Lazalde, psicoterapeuta especialista en adicciones, psicología gestalt y corporal, dice que es importante, en este contexto, hablar de la radiografía del adicto.
“Viene de una familia en donde hay desamor, abuso psicológico, hogares donde hay mucha violencia o física o psicológica, es una persona que trae muchos traumas, muchas heridas internas psicológicas. Y, por ejemplo, en un anexo en donde no hay médico las desintoxicaciones se las avientan de que los amarran en una silla, les ponen una chancla en la boca cuando están convulsionando para que no se vayan a ahogar, los amarran a la cama.
“El paciente sale más resentido con la sociedad, más resentido con los padres, recordemos que es una personas que viene del desamor y luego si el papá o la esposa lo ingresa en un lugar de estos en donde el trato es inhumano, la herida va creciendo y creciendo y creciendo. Es muy triste que una persona con tantas heridas que uno no ve, heridas psicológicas, llega a un lugar como estos, en donde el trato es de hacerte sentir todavía más culpable por existir, ya ni siquiera por consumir...”.
Sobre el particular el apartado 9.2.2.4.4 de NOM-028-SSA2-2009 dice que en los centros de rehabilitación como en los grupos de autoayuda para adictos no deben ser utilizados procedimientos que atenten contra la dignidad, así como la integridad física y mental del usuario.
De ahí dice Norma Alicia Pérez Reyes, directora del CIJ, institución con más de 50 años de existencia, la importancia de que los centros de rehabilitación para consumidores de sustancias cuenten con un modelo científico.
“No sé si sean los intereses de ayudar a una persona o vayan por otro lado esos intereses. Es importante una atención profesional, científica que aquí en Saltillo no todos los centros que atienden adicciones la ofrecen. Las adicciones son una enfermedad y cuando estamos hablando de una enfermedad hablamos de un modelo biopsicosocial que aborde la parte física, la parte mental y la parte de la reinserción. Se requiere más allá de buena voluntad”.
VIOLACIÓN Y GOLPES, MOTIVO DE DENUNCIAS EN LA FGE
En su respuesta a la solicitud folio 050096900046522 enviada por Semanario, la Fiscalía General del Estado informa que entre 2017 y 2021 recibió siete denuncias por irregularidades en la operación de centros y grupos que atienden a personas con problemas de adicción, mismas que se judicializaron.
Una de estas denuncias fue por el delito de abuso sexual, una por acoso y cuatro por violación.
En cuatro denuncias se dictó sentencia: una por acoso sexual y cuatro por violación.
Everardo Lazo, delegado de la Fiscalía en la región sureste, añade que en lo que va de 2022 se han presentado en la entidad al menos tres reportes y una denuncia en contra de centros de rehabilitación por presuntos delitos de violación sexual y golpes.
Y añade que recientemente se determinó incluir dentro de los operativos permanentes de la Fiscalía en la región, a los lugares que se dedican al tratamiento de las adicciones.
Habla Hugo Morales Valdés, presidente de la Comisión de Derechos Humanos de Coahuila.
“Hay mucho trabajo que hacer ahí porque se han presentado casos de violación a los derechos humanos y el lado más oscuro de la situación podrían ser aquellos lugares o centros que ni siquiera cuentan con una autorización para desarrollar este tipo de rehabilitaciones, personas que con poco profesionalismo ofrecen ese tipo de servicios...
“Las familias no tienen el conocimiento adecuado de dónde encontrar apoyo para poder resolver la problemática de las drogas y de eso se aprovechan algunas personas que se hacen pasar por profesionales o que dicen contar con el conocimiento para poder apoyar al enfermo que debería rehabilitarse”.
LOS PRECIOS DE LA PROMESA DE RECUPERACIÓN
De acuerdo con un sondeo realizado por Semanario, la inscripción a uno de estos centros que ofrecen servicios de rehabilitación para adictos en barrios y colonias de Saltillo puede variar entre mil y 18 mil pesos, más una cuota o aportación semanal que va de los 700 a los 3 mil pesos.
Generalmente dichas agrupaciones se anuncian en folletos como albergues, clínicas de adicciones, centros de rehabilitación, comunidades terapéuticas y casas de rescate.
Y presumen de ofrecer servicios de valoración psiquiátrica, consejería, asesoría, orientación, acompañamiento, terapia psicológica personal y familiar, actividades y talleres.
Sus planes de recuperación van de los tres meses, medio año y hasta un año completo.
“No hay una supervisión de ellos, pero no es fácil hacer una supervisión porque de repente aparecen en un lugar y de repente en otro, en el clandestinaje, con pequeños letreros al exterior”, comenta Mario Alberto José, psiquiatra.
Ignacio G. quien es miembro de la comunidad de Alcohólicos Anónimos desde hace 30 años, coincide que se trata de negocios, grupos de puertas cerradas en donde el respeto a la integridad humana no es una prioridad.
“Se escucha que golpean, humillan al enfermo alcohólico, drogadicto. Es una mala imagen para los grupos que sí estamos trabajando con los tres lineamientos que son: la estancia voluntaria, respeto a la integridad humana y servicios gratuitos”.
La abogada constitucional Diana Isabel Hernández Aguilar, dice que, si bien estos establecimientos suplen la función del estado de brindar atención y tratamiento a los consumidores de sustancias, deben hacerlo en apego irrestricto a los derechos humanos.
“El detalle es cuando ese particular no está respetando los derechos de las personas y aquello se convierte en humillaciones, en vejaciones”.
El director del Centro Integral en Lucha de Adicciones, un ex adicto que desde hace tres décadas llegó al movimiento de Alcohólicos Anónimos, declara que estos lugares constituyen ante todo centros de contención que contribuyen a la prevención de delitos.
“Contribuimos a la prevención del delito, en nuestro caso tenemos a 80 personas que están dejando de buscar drogas y dejando de hacer desmanes en sus casas”, dice.
La directora del CJ, Norma Alicia Pérez Reyes, subraya que antes de que una familia decida internar a una persona con problemas de consumo de drogas en un centro de rehabilitación, ha de verificar que lugar sea seguro, que cuente con atención médica y con un modelo de tratamiento basado en evidencia científica.
“Un buen ambiente de salud mental, caras amigables, un buen trato. Se trata de darles una esperanza, un aliento a esas personas”.
¿HAY SOLUCIÓN?
El psiquiatra Mario Alberto José de los Santos dice que una posible solución a la falta de espacios dignos para la atención y tratamiento de personas con uso, abuso y dependencia a las drogas es que el gobierno construya y ofrezca lugares para su internamiento.
“Tampoco el Estado ofrece un servicio de atención hospitalaria para los pacientes con adicciones y yo creo que eso es lo primero que tendríamos que tener, cuando menos”, asienta.
Hoy “El Güero” tiene ya 6 años de estar internado en una casa cristiana de rescate donde, asegura, ha conseguido rehabilitarse y sentirse útil sirviendo y testificando a otros jóvenes sumergidos en el abismo profundo de las drogas.
“Dios cambió mi vida y mi corazón”.