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Centros de salud rurales: en ruinas y abandonados

En Coahuila hay 133 centros de salud popular y casas de salud rural. Semanario visitó dichas unidades en la región Sureste y se topó con una escena repetida: ruinas, abandono, oficinas cerradas, almacenes vacíos de medicamentos y sin médicos que atendieran.

  • 29 enero 2024

Ausencia de personal médico y de enfermería, desabasto de medicamentos, falta de atención a la población, abandono y mal estado de la infraestructura, son algunas de las condiciones que hoy presentan los principales centros y casas de salud rural de la Secretaría de Salud, ubicados en la región Sureste de Coahuila.

En un recorrido realizado por SEMANARIO en ejidos como Derramadero, San Juan del Retiro, Encarnación de Guzmán, Congregación Gómez Farías y Puebla, en Saltillo; así como La Trinidad, en General Cepeda, San José Patagalana, municipio de Parras de la Fuente, La Leona y Fraustro, en Ramos Arizpe y Huachichil en Arteaga, se pudo observar que la mayoría de estos centros y casas de salud se encuentran cerrados a plena luz del día, mientras que otros están prácticamente en ruinas.

De acuerdo con la versión de pobladores de estas comunidades es frecuente que en dichos centros rurales de salud no haya médicos ni enfermeras con regularidad, se encuentren inactivos la mayor parte del tiempo y registren escasez de medicinas y vacunas.

En el caso de comunidades como el Ejido Puebla y Encarnación de Guzmán, en Saltillo y La Leona en Ramos Arizpe, sus casas y centros de salud, que antes operaban con normalidad y prestaban un servicio de calidad a sus habitantes, hoy se hallan en franca decadencia.

“Eso es de años y años, no hay novedad. En realidad, están descuidados estos centros de salud”, dijo un funcionario de la SS, que prefirió no dar su nombre por temor a represalias.

De acuerdo con la respuesta a la solicitud de información folio 050098800042523 hecha por Semanario a la SS, en la región Sureste de Coahuila existen 16 centros rurales de salud, de los cuales dos, Huachichil en Arteaga y Sabanillas en Parras de la Fuente, están “inactivos”.

En teoría estas 16 unidades, según la misma contestación, brindan servicio en el primer nivel de salud a 10 mil 446 personas del área rural de la región.

“Sabanillas sí trae un tema de infraestructura. Hay muchas unidades que son ya muy antiguas y por cuestión de infraestructura no se pueden abrir al público”, dice Jorge Bill Soto Almaguer, jefe de la Jurisdicción Sanitaria Número 8 de la Secretaría de Salud estatal.

Dicha clínica fue construida en 1972 y ofrecía atención a 209 lugareños.

Pero este no es el único caso, ya que, con base en datos obtenidos vía transparencia, siete de los 91 centros de salud rural que hay en Coahuila tienen una calificación de “mala” en las condiciones de sus inmuebles, 55 de “regular” y sólo 29 de “buena”.

Entre los centros cuyas condiciones de inmuebles fueron catalogados como de “malas” se encuentran los ubicados en Guerrero, Santa Eulalia, en Zaragoza; Palaú, en Múzquiz; Santa María, en San Juan de Sabinas; Congregación Rodríguez, en Abasolo; Esmeralda, en Sacramento y Derramadero, en Saltillo.

“Yo pienso que es falta de presupuesto y falta de interés por la gente que va llegando a los puestos de jefe jurisdiccional, no le ponen ganas”, dice una fuente cercana a la SS que no quiere dar su nombre.

$!Algunos centros rurales se han venido deteriorando sin que existan facilidades a la población.

¿Cuál es su presupuesto?

Semanario preguntó por transparencia, solicitud folio 330026923004046, a la Secretaría de Salud Federal sobre el monto del presupuesto que la SS de Coahuila destina cada año al sostenimiento de todas y cada una de las unidades rurales de salud en el estado, a lo que la dependencia respondió que no cuenta con tal información.

Por otra parte, de acuerdo con Información de esta dependencia, durante 2023 se asignó solamente un presupuesto 78 mil 34.85 pesos a la operación y mantenimiento de los nueve centros de salud rural adscritos a la Jurisdicción 4 ubicada en la Región Centro de Coahuila.

En contraste, por lo que se refiere a la Jurisdicción 6, que abarca 15 unidades situadas en ejidos de municipios como Torreón, Viesca y Matamoros, el gasto asignado a los centros de salud rural en 2023 ascendió a dos millones 378 mil 532.96 pesos.

Sin embargo, en su respuesta a la solicitud 055114270029223 la Secretaría informa que la Jurisdicción 7 que abarca la Región Laguna del estado, los centros comunitarios de salud rural no cuentan con un presupuesto asignado porque “el presupuesto asignado anualmente dividido para los 12 meses de año es un presupuesto que se ejerce en necesidades globales de primeras necesidades diarias de la Jurisdicción, más no viene etiquetado como tal”.

Lo mismo sucede en el caso de la Región Sureste.

Empero, se precisa en dicho documento que durante 2023 se gastaron dos millones 806 mil 181.28 pesos en el mantenimiento de las 16 unidades rurales que integran esta demarcación.

En el caso del centro de salud Huachichil de Arteaga, la segunda unidad que más pacientes atiende en toda la entidad, mil 345, se mantiene cerrada supuestamente por seguridad.

“Tuvimos algún detalle de riesgo de seguridad para el personal de salud y momentáneamente está detenido el servicio. Hubo alguna situación con el personal de salud, con personas que intentaron violentar el centro y por cuestiones de seguridad tuvimos que detener el servicio, mientras garantizamos la apertura, obviamente protegiendo al personal de salud”, señala Jorge Soto Almaguer, jefe de la Jurisdicción 8 en la entidad.

-¿Fue la delincuencia?

-No, fue como que una situación personal, trataron de violentar al personal de salud y mejor se decidió retirarlos por cuestiones de seguridad, pero en breve estamos por reactivar el servicio como normalmente lo estábamos brindando.

No obstante, en esta unidad que, de acuerdo con testimonio de vecinos lleva entre seis y ocho meses sin abrir sus puertas, era común que faltaran los médicos y enfermeras.

También escaseaba el medicamento.

“A veces había doctora y otras no y pos había una que otra medicina, no mucha. Se necesita ahorita bastante; los niños, las chicas que están embarazadas que tienen que ir hasta Arteaga a atenderse. Porque aquí ya es muy grande y no se da abasto ¿Usted cree que no se va a necesitar la clínica?, y más en este tiempo de frío”, comenta Edelmira Romero, una usuaria.

$!La cantidad de unidades médicas o centros de salud rurales que están abandonados o en ruinas, significan activos que están siendo desaprovechados por el gobierno estatal.

Sin medicamento y sin médicos

Cifras de la Jurisdicción Sanitaria Número 8 de la SS, indican que al menos los 14 centros comunitarios de salud que se encuentran activos en la región cuentan con un 60 por ciento de abasto de medicamentos y un 70 por ciento de material de curación.

“Faltan insumos, ya es cosa de Jurisdicción y de Secretaría de Salud, pero sí hemos tenido un poco... no desabasto como tal, pero sí a lo mejor no una cantidad adecuada de medicamentos. Lo feo es que el más común que se pudiera escasear es el paracetamol, por lo general, ciertos antibióticos, que es con lo que a veces batallamos”, declara un médico pasante que estuvo asignado a la unidad rural de Fraustro, en Ramos Arizpe, y que pide sea guardada su identidad.

En esta clínica es notoria la ausencia del personal médico a pesar de que tiene la capacidad para realizar consultas gineco-obstétricas, detección de enfermedades, control de padecimientos crónico–degenerativos, planificación familiar y charlas sobre salud.

“Lo que no hay son doctores, los doctores fallan mucho, casi no asisten. Hace 15 días que se fueron de vacaciones y el anterior falló todo el año. De que faltan, faltan los doctores, allí póngale en el periódico”, detalla una vecina del ejido Fraustro.

Los 14 centros activos son atendidos por 50 trabajadores de salud, entre los que se cuentan 13 médicos pasantes, 22 enfermeras pasantes, ocho enfermeras auxiliares, cinco odontólogos pasantes, un médico general y una enfermera general titulada.

Sin embargo, habitantes de ejidos como Derramadero, en Saltillo, que atiende un volumen de población de 880 personas y cuyas condiciones de inmueble son catalogadas como de “malas” por la propia SS, se quejan de que su centro de salud rural seguido está sin personal y con las puertas cerradas, situación que fue corroborada por Semanario durante el recorrido.

“Los doctores vienen un día sí, dos no. Abren a las 10:30 y cierran a la 1:00 de la tarde. Últimamente hemos batallado mucho, no, no abren la clínica. Se van un mes de vacaciones, abren 15 días y luego se van otra vez de vacaciones. No cumplen con el horario que deberían”.

De acuerdo con el testimonio de una madre de familia oriunda de Derramadero, antes los doctores llegaban, por ejemplo, el martes a las 10:30 de la mañana y cerraban a las 2:00 de la tarde, luego de 4:00 a 6:00 y se quedaban en la clínica a dormir, ya se iban hasta el viernes.

“La clínica tiene todo para que la gente pueda ser atendida, pero los doctores son los que no llegan ni las enfermeras”.

Lo mismo sucede en comunidades como San Juan del Retiro y Congregación Gómez Farías, también en Saltillo, y San José Patagalana, en Parras.

“Los centros se dejan a cargo de pasantes de medicina que van de lunes a jueves, se toman sus vacaciones, cumplen años, simplemente fallan. Hace falta ser más estrictos”, advierte un jubilado de la SS que en algún tiempo tuvo a su cargo la supervisión de dichas unidades.

-¿Cuál es el horario que deben cubrir los pasantes de estas unidades?

Habla Jorge Soto, jefe de la Jurisdicción 8:

-La unidad la tienen en horario de 8:00 de la mañana hasta 7:00 de la tarde, pero ellos pernoctan ahí, habitan ahí y obviamente en alguna situación de urgencia dan la atención del paciente.

Según números de la Secretaría de Salud el apoyo económico que percibe un médico pasante va de los mil 350 pesos a los cuatro mil 600 pesos mensuales. Mientras que una enfermera pasante recibe entre 300 y 800 pesos al mes.

“Una miseria”, suelta Jesús Pérez, enfermero que ha trabajado en la Secretaría desde hace décadas desempeñando diversos cargos.

$!El consultorio médico en el ejido Puebla tiene todavía el sello de gobierno de hace tres sexenios.

El puro cascarón

En los márgenes de la carretera Saltillo-Zacatecas, a 70 kilómetros de la capital, justo a la altura del ejido Encarnación de Guzmán, municipio de Saltillo, se levanta la “Unidad Médica y Urgencias”.

Es uno de los centros rurales de salud que, de acuerdo con el padrón de la SS, se encuentra “inactivo”.

De lo que antes era una clínica que contaba con consultorios para médicos y enfermeras; farmacia; salas de partos; área de observación con cuatro camas, almacén, habitaciones para médicos; área de curaciones, baños, acceso techado para ambulancia, farmacia, sala de estar para personal, lavandería, cocina y comedor, áreas verdes y calle de acceso, estacionamiento, obra exterior con alumbrado y plazoleta, no queda más que el puro cascarón.

Fue hace unos cuatro o cinco años que esta clínica rural, construida en tiempos del gobernador Humberto Moreira sobre una superficie de 348 metros cuadrados de construcción y cuya inversión alcanzó los siete y medio millones de pesos, dejó de operar a consecuencia de los abusos de la delincuencia organizada.

El objetivo de esta clínica se lee en una nota periodística de la época, era beneficiar a cientos de familias campesinas de más de 40 ejidos del sur de la capital del estado, así como a quienes transitaban por la carretera de Saltillo a Zacatecas, y sufrían algún accidente o imprevisto médico.

No obstante, la SS determinó darla de baja, retirar sus insumos y equipo médico para aprovecharlos en algunas otras unidades.

Desde entonces el edificio luce saqueado: sin puertas, sin cableado eléctrico, sin accesorios de baño, sin ventanas y con el techo a punto de venirse abajo.

“Cuando hubo situaciones de violencia hubo algunas unidades que se cerraron por amenazas de grupos del crimen organizado. En ese tiempo sí se protegió a los muchachos porque era su integridad física, a veces las personas buscaban jeringas, les llegaron a quitarles medicamentos. Se apoyó mucho a los muchachos para traerlos a la ciudad, mientras pasaba la situación”, dice un ex funcionario de la SS que visitó por años las unidades de medicina rural.

$!El centro de salud rural en la Leona, en Ramos Arizpe quedó desde hace varios años cerrada y abandonada y no existe hasta ahora ningún plan por reactivarlo.

Casas de salud, en ruinas

Una mañana a la entrada del Ejido La Leona, municipio de Ramos Arizpe, doña María Elena Echavarría Rodríguez, muestra una tira de pastillas de losartán, para el control de la hipertensión, María Elena padece hipertensión, que consiguió regaladas con un primo suyo.

Cuenta que la noche anterior una taquicardia de las buenas le espantó el sueño.

“Mire que ando bien mala. Aquí siento el corazón, muy feo”, se duele.

Amaneciendo fue donde la encargada de la casa de salud para que le diera medicina, pero no le encontró, que se había ido a Ramos, le dijeron y ella tuvo que peregrinar de casa en casa de sus vecinos y familiares para conseguir el medicamento.

Y siempre le pasa lo mismo porque desde hace varios años la casa de salud de La Leona se cerró y quedó abandonada.

Al respecto la Secretaría de Salud Federal registra en su estadística la existencia de al menos cinco casas de salud en Coahuila, dos de ellas ubicadas en Francisco I. Madero y Cuatrociénegas, las cuales están en operación.

El resto, dos en Saltillo, una Torreón, no funcionan.

En su respuesta a la solicitud de información folio 055114270029223 la Secretaría de Salud indicó que en el caso de la Jurisdicción 2 hasta 2017 funcionaban dos casas de salud, una en el ejido Tepeyac, del municipio de Jiménez, y otra en el ejido Los Álamos, de Morelos, sin embargo, dejaron de operar, así como las técnicas en salud que las atendían.

Ni la de La Leona, en Ramos Arizpe, ni la de La Trinidad, en General Cepeda, ni la del Ejido Puebla, en Saltillo, así como algunas otras.

A diferencia de los centros rurales de salud, las llamadas casas o casitas de salud surgieron como parte del Programa de Extensión de Cobertura, y eran los puntos a donde llegaban las unidades médicas móviles de salud para dar atención médica a los habitantes de comunidades alejadas de los núcleos urbanos.

Empero, a decir de la gente de las localidades donde hay casas de salud, tales brigadas hace mucho que no llegan.

María Elena platica que después que cerró la casita de salud, sus instalaciones fueron convertidas en ciber, luego cambiaron el ciber por el rumbo de la iglesia, después se desbarató el ciber y ni ciber ni clínica en el pueblo.

Hoy la unidad que según los habitantes de La Leona, fue construida con fondos de una organización llamada Visión Mundial y el municipio de Ramos Arizpe, se ve desteñida, tapizada de yerba y cerrada con candado.

“¿Pues qué le digo?, ya tenemos mucho tiempo ahí con esa clínica, pero pues como puede ver está ahí nada más de adorno. Han venido los políticos en campaña y ahí se ha quedado la propuesta, la gestión de que traigan medicamento, de que haya doctor, pero nada más no”, declara Alma Dávila, una lugareña.

Y entonces la gente de La Leona tiene que ir de raite o pagar para que la trasladen a la clínica de Fraustro, si está cerrada la unidad rural de salud de Fraustro a Paredón, y si en Paredón no está abierta la unidad, van hasta Ramos.

“Hay muchos que padecen de la presión, de diabetes, de mala circulación, hay señoras que necesitan que les chequen la vista... De perdida que nos traigan un botiquín hombre”, reclama Óscar Guerra, vecino del lugar.

$!La mayoría de estos centros fueron creados en tiempos del exgobernador Humberto Moreira, hoy muchos de ellos están sin funcionar.

¿Curarse en salud?

En La Leona como en otras comunidades, llámese Derramadero y Fraustro, hay gente del pueblo que se dedica a la compra y venta de medicamentos, o negociantes que llegan de fuera a instalar su farmacia particular.

Y en el caso de algunas localidades, como Huachichil, San Antonio de las Alazanas y El Tunal, en el municipio de Arteaga, han instalado dispensarios médicos en los que se ofrece consultas gratuitas, medicinas a bajo costo y servicio de ambulancia.

“Sin embargo, tanto en Huachichil, como en Sabanillas, estamos dando la atención a través de las unidades médicas móviles. Llega la unidad móvil al centro de salud, ahí pernoctan, dan la atención y regresan. Es acercar a la población más alejada a este tipo de servicios, mejorar la atención, el acceso a la salud”, ataja Jorge Soto, jefe de la Jurisdicción 8.

Sin embargo, las estadísticas dicen otra cosa.

De acuerdo con información de la Jurisdicción Sanitaria Número 8 de la SS, en la región Sureste se cuenta sólo con cuatro unidades médicas móviles de salud que recorren los 134 ejidos, congregaciones y anexos que conforman los cinco municipios de la entidad.

“Son algunas camionetas que están aquí, otras están en ruta, generalmente todos los días andan en ruta. Vamos cubriendo las unidades o lugares donde se requiere la atención”, precisa Jorge Soto, jefe de la Jurisdicción 8.

Con base en las últimas estadísticas de la Secretaría de Salud Federal hasta el año pasado había en Coahuila 59 unidades médicas móviles de salud, de las cuales 43 estaban fuera de operación.

Aun así, Soto Almaguer insiste en que Coahuila ocupa el primer lugar a nivel nacional en atención médica de cero rechazos.

“Tenemos un éxito en el acercamiento de los servicios de salud. Tenemos una política de cero rechazo. Cualquier centro de salud rural, urbano u hospitales, recibe a todo tipo de población, independientemente si tiene afiliación o no al IMSS o al ISSSTE, recibimos a todos los pacientes”.

Empero, la gente de las comunidades rurales no opina lo mismo.

Antonio Hernández es el delegado de Congregación Gómez Farías y de vez en cuando debe viajar a Saltillo para, con el apoyo económico de la comunidad, comprar medicamento cuando en la clínica no hay.

El dinero proviene de actividades como la realización de palenques para avenirse de recursos destinados a varios fines, entre ellos la compra de medicinas.

“El año antepasado, en diciembre, me dice un enfermero, ‘oiga señor delegado, pos no hay medicamento y los niños pos traen tos, traen calentura’, y le digo ‘no pos tenga pa que compre medicamento’”, relata Antonio.

$!Jorge Soto, Jefe de la Jurisdicción Sanitaria 8, dice que las atenciones se suplen con las unidades móviles.

¿Y en una urgencia?

Es un martes como a las 3:00 de la tarde y la unidad de medicina rural que fue construida en 1963 por Servicios Médicos Rurales Operativos del Área Ixtlera, organización ya extinta, está cerrada con llave.

“En una urgencia te vas a Saltillo y a Concha. En una urgencia rápida a Guadalupe Victoria, pero también se va la doctora y en la de San Juan del Retiro pos está igual que aquí, a la hora que quieren abren. O sea que, ¿estén de tiempo completo?, no. Vienen nomás los días que quieren”.

Después de un rato Francisca Bustos, la veterana enfermera auxiliar de la clínica quien lleva más de 60 años trabajando aquí, muestra el interior de la unidad: la recepción, los archivos, la farmacia, el refrigerador de medicamentos, los estantes de medicamentos, el área de medicina preventiva, de citología, de curaciones, el consultorio médico.

-¿Se atienden partos?

-Antes sí se atendían aquí partos, ahorita ya no.

-¿Por qué?

-Porque no hay suficiente medicamento ni auxilio, para en caso de alguna emergencia.

En el centro del Ejido Puebla, municipio de Saltillo, se alzan las ruinas de lo que hasta hace algunos años fuera la casa de salud, una nave de concreto, con ventanas sin cristales y el techo volado.

Los moradores de este ejido cuentan que fue edificada durante el periodo del gobernador Humberto Moreira, que contaba con médico pasante, el cual visitaba la casita cada ocho días, daba una plática sobre salud y consultaba.

Eso sí, el medicamento fallaba.

“Lo que pasa que el medicamento sí fallaba mucho. Unas cosas que ocupábamos sí las tenían y otras no”, recuerda Sandra Ramos, una vecina.

Pero vinieron las lluvias, una tempestad muy grande que estalló los vidrios, voló parte del cielo de la casa y así se quedó.

“Nos tumbó todo el techo, se mojó el cemento, todo se mojó”, narra don Pedro, un poblano.

Esta unidad como el resto de las casas de salud, tenía su consultorio, sala de espera, baños y bodega.

Los ejidatarios de Puebla hicieron por arreglarla, pero el gobierno ya no los apoyó, tampoco volvió a mandar médico, medicinas ni nada.

Todavía desde afuera se puede ver la camilla de exploración, la báscula, mesa, unos bancos y una veintena de bultos de cemento echados a perder.

Viendo el deterioro en el que se encontraba la casa de salud, los de Puebla decidieron que harían otra clínica al lado de la escuela y consiguieron construir un cuarto de block.

Pero luego surgieron los desacuerdos y las inconformidades, algunos vecinos no daban la cuota y el proyecto abortó.

La gente de Puebla se quedó sin atención médica.

-¿Y a dónde van a consultar entonces?

-Nosotros, a un ranchito de aquí cerca que se llama La Rosa o a Saltillo, al Seguro, o con doctores particulares.

$!La unidad rural de Fraustro en Ramos Arizpe tiene niveles de desabasto de medicamentos que afecta a la población.

¿Ya es epidemia?

En la Trinidad, municipio de General Cepeda, hay otra casa de salud que también permanece cerrada, sin médico ni medicinas

Tal unidad, según los habitantes de este ejido, fue edificada hacia 1974 en el centro del pueblo por medio del Programa Procede que también construyó las casas de alrededor y una plaza.

Aquí era hasta donde llegaban las brigadas o unidades médicas móviles de salud de la SS, que a decir de los de Trinidad, ya no volvieron.

“Hay muchas comunidades que se han quedado en el olvido y que no se les está atendiendo”, dice un ex funcionario de la SS que en un tiempo coordinó las unidades médicas móviles cuando estas llevaban medicamento, vacunas, control del embarazo, de diabéticos, hipertensos, y hacían recorridos de tres o cuatro comunidades diarias.

En esta casita hace mucho que no hay médico, solo una auxiliar de salud, María Cruz Serrato, que lleva 30 años atendiendo voluntariamente esta unidad.

“Tiene el medicamento más básico, para la gripa, la presión y como General Cepeda está cerquita se van allá a las consultas. Me gusta atender a la gente y con lo que aprendí lo hago de corazón. Que una inyección, que una curación, ya si se requiere médico los envío, no estoy autorizada para atender algo más grave, los envío. Me preguntan ‘¿qué puedo hacer?’, les digo ‘váyase al centro de salud’.

-¿Viene acá la unidad móvil?

-De repente teníamos la unidad móvil con médico, pero todo eso se retiró.

-¿Por qué?

-No sé.

La historia de la Casa de Salud Santa María 3, en Parras de la Fuente, es la misma que la de las otras unidades.

De pronto las autoridades ya no mandaron médicos y el centro cerró con su equipo dentro.

Esta casa, ubicada a una hora de Parras por un mal camino de terracería, fue el resultado de una gestión hecha por la organización Antorcha Campesina ante la SS.

Todavía hace 10 años iban médicos y enfermeras pasantes que daban consulta a pobladores venidos de localidades cercanas como San Isidro, San José y Providencia.

“Cuando iba a entrar el gobernador Riquelme dijo que la iba a echar a jalar, pero ya hasta se fue”, recuerda doña Mary Ramírez, la encargada.

Ahora la gente de acá debe pagar 800 pesos por un traslado al centro de salud de Parras para una curación o una consulta médica.

“En el centro de salud de Parras sí te consultan gratis, pero todo el medicamento lo tienes que comprar. Sí tienes que internar a alguien ahí tienes que comprar hasta el catéter, el suero, o sea todo. Hay traslados de ahí a Saltillo o a Torreón, pero tienes que pagar mil 800 de la ambulancia porque no tienen ni para la gasolina”, dice Maricela Gómez, una vecina del ejido San Isidro.

$!El gobernador Manolo Jiménez prometió rehabilitar los centros de salud de los ejidos, una meta comprometedora dado el nivel de deterioro.

Prometen cirugía mayor

El pasado 4 de diciembre durante la presentación del Programa de 100 Días, el gobernador de Coahuila, Manolo Jiménez Salinas, anunció la rehabilitación de los centros de salud del estado.

“Vamos a rehabilitar la infraestructura de 133 centros de salud popular”, prometió.

Y habló de equipamiento y mejor atención médica.

Uno de los proyectos más ambiciosos de este programa es la instalación de la telemedicina, a través de la cual los centros de salud de ejidos ofrecerán consultas con especialistas vía internet a pacientes que lo requieran.

“En los centros de salud es difícil tener especialista. Una porque no son suficientes, pero también no hay presupuesto que alcance para tener especialistas en cada centro de salud, entonces vamos a recurrir a la tecnología”.

La intención, agrega Jorge Soto, jefe de la Jurisdicción 8, es mejorar el acceso a los servicios de salud de la población, y que no solamente sean consultas médicas generales, sino especializadas.

El proceso de reestructuración que incluirá la telemedicina se está iniciando, aunque se reconoce que hay unidades que necesitan mejorar sus condiciones. “Ya tienen muchos años...”.

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