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Hace falta Evelyn, adolescente víctima de feminicidio

Evelyn tenía 16 años y siempre prometía regresar a casa. “Mami, yo siempre regreso”, aseguraba a su mamá. Pero un día no volvió. Salió de trabajar y tres días después apareció asesinada en el clóset de una casa en la colonia Rancho las Varas. Evelyn quería ser enfermera para ayudar a la gente y arreglar la casa de su mamá

  • 06 marzo 2023

La entrada son dos puertas de malla ciclónica abiertas de par en par.

Al fondo una cancha multiusos de rojas paredes enanas, acribilladas con las pintas de las pandillas de la colonia y sus alrededores.

Y a la izquierda un campito de tierra sin gradería ni palcos, custodiado por cuatro luminarias, la mitad fundidas.

Es media tarde y ese campito donde los chicos de la colonia Amistad solían venir a jugar beisbol, a media tarde, muestra a lo lejos un semblante vacío y silencioso.

Quedó así, me dirá más tarde alguien, desde que Evelyn, la coach sin título del equipo sin título de la colonia, se fue sin despedidas ni ceremonias y no regresó más.

Ya va para cinco tardes que vengo acá y no he visto gente ni guantes ni pelotas ni bats ni nada.

No pos es que ella era el alboroto aquí. Iba y sacaba a mis sobrinillos, a mis hijos, ‘ándeles vamos a jugar beis’, y ya ellos salían con sus guantes”, me dice Janet Muñoz, una vecina.

$!Le arrebataron la vida a Evelyn, una adolescente de 16 años que le gustaba jugar al beisbol y quería ser enfermera para ayudar a la gente y arreglar la casa de su mamá.

Otras veces eran los chicos quienes bajaban a buscar Evelyn a su casa de la calle 20.

Ya no, después de que Evelyn desapareció el 16 de octubre de 2022, que un desconocido repartidor de comida rápida por aplicación, Alejandro N, 36 años, presuntamente la mató estrangulándola, y los nenes de la colonia no la volvieron a ver más.

Desde entonces los chavalos se quedaron esperando en casa el regreso de Evelyn, la niña de 16 años, chaparrita, delgada, aperlada tez, cara como un óvalo, sonrisa a flor de labios, lacia y pelirroja cabellera, brackets, que les enseñaba a lanzar bolas y a disparar hitazos.

Se quedaron esperándola.

‘YO SIEMPRE REGRESO’

Una noche cerrada de miércoles, a una cuadra del parque, en la sala comedor de su casa estilo Infonavit, Rocío Guadalupe Almanza Lara, la madre de Evelyn, dice que aún aguarda su retorno.

Eran sus palabras: ‘mamá yo siempre regreso, siempre regreso’”.

Sería lo último que Rocío le escuchó decir a Evelyn.

Fue en alguna de esas noches de su desaparición, previas al hallazgo del cuerpo de su hija.

Sucedió en un instante en que sus largos insomnios le dieron tregua y entonces Rocío pudo dormir un poco y entre sueño y sueño oyó una voz meliflua que le decía “mamá yo siempre regreso”, y nada más.

Era la voz de Evelyn, una de las 15 adolescentes víctimas de feminicidio de 2016 a 2022, según respuesta a la solicitud 051259000000323 enviada al Poder Judicial de Coahuila.

De los 15 casos, 10 se resolvieron mediante el procedimiento abreviado, dos a través de juicio oral y 3 se encuentran en trámite.

Rocío me dirá que no aceptará el procedimiento abreviado, quiere para el hoy presunto feminicida de Evelyn 60 años, la pena máxima.

Martha Rosario Rivera Hernández, titular de la Dirección General de Investigaciones Especializadas de la Fiscalía General de Coahuila, (FGC), asegura que en promedio las sentencias que se han obtenido por la comisión de este delito rebasan los 50 años.

Datos de esta Dirección indican que entre 2013 y 2022 se cometieron en Coahuila 165 feminicidios, solo 72 (43.6 por ciento) tienen sentencia.

Andando los días Rocío tomó por devoción ir cada semana al cementerio a dejar un ramillete de flores y otro de lágrimas.

Platico con ella, lloro con ella, que la estoy esperando, ‘no sé qué vaya a pasar’, le digo, ‘si tú vienes por mí o yo voy por ti, porque yo realmente... te extraño mucho’”, cuenta Rocío, la voz entrecortada, el rostro contraído como a punto de llorar, pero no llora.

$!Por momentos Rocío, madre de Evelyn, víctima de feminicidio, espera por su hija. Siente que regresará. La madre muestra el cuarto de Evelyn donde resalta su nombre pintado.

Otras veces que Rocío le concedía el permiso para salir al rodeo o a bailar con sus amigos, otro de sus pasatiempos, Evelyn había regresado.

Rocío da los pormenores del protocolo de seguridad que aplicaba cada que Evelyn se iba de rumba.

Le decía ‘bueno, vas, pero tómame foto de con quién vas, en qué carro. Tómale foto al que va contigo manejando, todo, todo’. Y ya me mandaba las fotos”.

Al rato Evelyn regresaba.

La traían aquí, le tomaba yo foto a la persona que la traía y me decía ‘sí oiga, aquí está Evelyn, muchas gracias, viene completa’”.

El ritual cerraba con los reproches de Evelyn y los regaños de Rocío:

Decía ‘ay amá a mí nunca me va a pasar nada, yo siempre regreso’”.

Ahora estoy con Rocío en el que fuera el cuarto de Evelyn, una pieza mínima con profusión de fotografías pegadas en la pared pintada de luto:

Evelyn de niña, blanco vestido, en su primera comunión, Evelyn vestida de blanco de bebita, en su bautizo, Evelyn a los tres años, en misa de presentación, Evelyn con su papá.

En la esquina una cómoda, en uno de los cajones de la cómoda la ropa doblada de Evelyn, el termo de Evelyn, las cosas de Evelyn, y sobre la cómoda un altar con flores blancas, veladora y más fotos de Evelyn.

Al fondo una cama, la cama de Evelyn, debajo de la cama la pelota verde fosfo y el guante de Evelyn y encima de la cama Michina, la gata gris a rayas de Evelyn que un día llegó de la calle y ya no se quiso ir.

Rocío cuenta que Michina, como ella, como su familia, como sus amigos de la pelota, espera todavía que Evelyn regrese.

Sobre las negras paredes de la recámara resalta el nombre de Evelyn, escrito en letras blancas y abombadas: Evelyn Aidé Mendoza Almanza o Aidelani Almanza, su seudónimo en Facebook.

Que a Evelyn le gustaba mucho rayar las paredes con su nombre, platica Rocío.

De pronto Rocío tiene la vista fija en la pelota y el guante de beisbol de Evelyn.

Venían y la buscaban niños de ocho, 10 años, ‘oiga, ¿no va a salir Evelyn?’, le decía yo ‘Evelyn, te hablan, pareces la mamá de los pollitos, de todos los huercos’”, recuerda Rocío y se ríe con una risa melancólica.

Los nenes no se iban hasta que Evelyn salía.

$!En el campo de beisbol de la colonia Amistad, ya no se oyen los batazos ni los gritos de los niños desde que Evelyn fuera asesinada.

LE FALLAMOS TODOS

A media tarde de un lunes invernal me enfrío en una banca de la cancha 24, frente al campito de beisbol donde jugaba Evelyn, a ver si por azar topo con alguno de sus alumnos, pero nada.

En la Amistad, cerca de la casa donde Evelyn vivía con su madre, hay dos plazas con sus canchas, la de la calle 24, con campito de beis y otra, la de la calle 20, con un centro comunitario que está inactivo por falta de maestros, me dirá después Laura Lozano, la responsable.

Otro día Misael y Francisco, hermanos de 12 y 10 años, dicen que aún les cuesta creer lo que pasó con Evelyn.

Andy Delgado Muñoz, el primo adolescente que se ha unido a la conversación, exhala un recuerdo.

Le gustaba andar ahí con todos jugando, se portaba bien, no era llevada”.

Atardeciendo me encuentro en la acera de la casa fachada índigo de Yamileth, la prima de Evelyn, en el patio delantero con tendederos rebosantes de ropa secándose a la sombra.

Yamileth me dice que no hablará, que no está autorizada para hablar.

De Yamileth, “Yami”, como le nombran en el barrio, cuentan en el barrio que ella y Evelyn eran como hermanas, que eran hermanas.

Evelyn se había conseguido un puesto como cajera en un minisúper de la colonia Postal Cerritos.

Ella era parte de esos 49 mil 242 niños y adolescentes que en Coahuila, según la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (ENTI) 2019 del INEGI, se ven forzados a trabajar.

$!No hubo misa ni velorio de Evelyn, pero días después hubo protestas y manifestaciones. Se trató del feminicidio número 15 de una adolescente.

Y Evelyn estaba entre los nueve mil 800 niños y adolescentes que en Coahuila, además de trabajar, no van a la escuela.

Ariadne Lamont, de Incide Femme, dice que el hecho de que como sociedad tengamos a una niña de 16 años trabajando es suficientemente vergonzoso.

¿Qué no debería estar estudiando? Desde ahí la sociedad y el gobierno le fallamos a esa niña. Es una situación muy dolorosa y vergonzosa para el estado”.

Y pregunta ¿dónde está la Pronnif, el DIF, la Secretaría de Educación Pública, las becas, el cuidado a que esa niña tenía derecho?

A esa vida que ahora nos falta le fallamos todos y todas”, añade.

QUERÍA SER ENFERMERA

Un reporte del Centro de Justicia y Empoderamiento para las Mujeres en Coahuila muestra cómo las atenciones brindadas a mujeres pasaron de 150 mil 730 en 2020, a 187 mil 580 en 2021 y a 192 mil 187 en 2022, es decir que hubo un crecimiento del 22 por ciento en la solicitud de servicios en áreas como trabajo social, jurídico, psicología, atención médica, refugio, estancia infantil, bolsa de trabajo, educación y talleres.

Evelyn se había quedado a dos puntos de pasar el examen de admisión para debutar como alumna de la Escuela de Enfermería de la Cruz Roja Saltillo.

Seguido se soñaba despierta metida en un uniforme blanco, curando enfermos.

Por eso estaba trabajando, dijo ‘pos ya me va a costar a mí, voy a trabajar para pagar el examen’, y decía, ‘quiero ayudar a mucha gente, arreglarte tu casa, que tengas tu carro ma’, siempre andaba con sus pinches locuras, le digo, ‘ay Evelyn’”, cuenta Rocío.

Evelyn tenía sus sueños, sus proyectos, dice José Guadalupe Mendoza, el papá:

Cuando estaba en la secundaria decía que quería ser maestra o doctora para ayudar a las personas”.

En el estacionamiento del Oxxo de la calle 17, esquina con 20, colonia Amistad, muy cerca de la casa de la madre de Evelyn, el frío de la medianoche roe hasta los huesos.

Evelyn había sido una estudiante de primaria obediente y tranquila, dice su padre.

$!La mamá Rocío y la gatita Michina esperan un regreso que no se dará. Evelyn fue asesinada a sus cortos 16 años.

Fue hasta la secundaria, y por efectos de la pubertad -cree José Guadalupe- que empezó a fallar con la escuela, las típicas quejas de un chico o una chica rebelde de secundaria:

Que Evelyn no hacía la tarea, que se portaba mal, que peleaba con sus compañeras.

Le digo ‘¿qué hiciste ahora?’, dice ‘no apá, ellas son las que me dicen cosas y luego no aguantan’, ya le decía yo, ‘si te dicen cosas ve y repórtalas también’”.

Al respecto, la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2021, arrojó que al menos el 8.9 por ciento de las mujeres de 15 años y más, mencionó haber experimentado violencia en el ámbito escolar por parte de sus compañeras en el último año.

Hacía tiempo ya que José Guadalupe y Rocío, los papás de Evelyn, se habían separado.

De vuelta en su casa Rocío dice que en la secundaria le hablaban mucho por Evelyn.

Era un desorden ella, pero porque le gustaba mucho convivir con las amiguitas, estar con ellas, nunca anduvo peleando, pero sí, batallaba yo mucho”, cuenta la madre.

— ¿Se puso de novia?

— Tenía novio, se llama Óscar. Nunca lo conocí. El día que llegó a Fiscalía nos dijo que él era el novio de Evelyn.

NO HUBO PRESENTIMIENTOS

A las 3:30 de un domingo, la explanada exterior del Bosque Urbano incendiada de sol, Isaac Gómez, 18 años, el mejor amigo de Evelyn, prefiere acordarse de cuando venían a la Gran Plaza y Evelyn pedía unos churros y un agua fresca.

Al rato Isaac la miraba montada en los juegos mecánicos, divirtiéndose como una párvula.

Que era chiflada, dice Isaac, que la tenía chiflada.

Entre semana iban a comer hamburguesas, pizza, al cine, de paseo al centro.

La última vez que paseaban por un mercado de Monterrey Evelyn le armó rabieta a Isaac para que le comprara un collar con su nombre. Se lo compró.

$!Después del feminicidio de Evelyn vino la criminalización. Vinieron las culpas. En las imágenes, colectivas protestan por el feminicidio de la menor.

Evelyn lo invitaba a verla jugar sóftbol llanero en unos campos situados a espalda del Hospital General del ISSSTE.

Y algunas noches Evelyn le hablaba por celular para que pasara por ella a la salida de algún baile.

Isaac cuenta que a las 9:00 de la noche de otro domingo, el domingo de la desaparición de Evelyn, Rocío le marcó para preguntarle por su hija, que si estaba con él.

No estaba.

Después de aquella llamada Isaac ya no volvió a ver a Evelyn.

Fue un golpe muy fuerte para mí, me sentí muy mal, muy derrotado. La recuerdo de repente en las noches y lloro, siento feo digo puta madre no pude hacer nada...”.

Isaac fue uno de los que cargó el féretro la mañana que la llevaron a sepultar.

Una noche antes de la tragedia, la noche del sábado 15 de octubre de 2022, Rocío y Evelyn habían estado juntas en casa.

No hubo presentimientos ni corazonadas, dice Rocío.

Estuvimos aquí, acostadas en la cama...”.

Evelyn le preguntó que si la quería y Rocío dijo que sí.

Dice ‘mami, me quieres’, y yo ‘ah ya me vas a pedir permiso’. Así era Evelyn, se ganaba un permiso abrazándome. Le decía, ‘ya sabes que te quiero y todo, pero no vas a salir’, dice ‘ay mami es que me invitaron al rodeo, al baile’, le digo, ‘no vas’”.

La mañana del domingo Evelyn se despidió de su madre y salió rumbo al trabajo.

Eran las 7:00.

Me dijo ‘ya me voy’, ya no la volví a ver yo a ella”.

Semanas atrás José Guadalupe recibió una llamada de Evelyn: que le diera dinero, 200 pesos, que sí, le dijo el papá.

Fue la última vez que se vieron.

De repente Evelyn le mensajeaba para pedirle un gatorade cuando andaba en el beis, un pantalón para una fiesta. José se lo daba.

Siempre llegaba y ‘papá... te quiero mucho’. Quisiera que viniera, me diera un beso y me dijera te amo”.

Después, en las fiestas, la miraban luciendo su pantalón de mezclilla acampanado, como los que usaba Selena, sus botas.

Era la que ponía ambiente a las fiestas, dice José.

Sentí que me arrancaron un pedazo de mi alma, sentí morir ese día”, suelta.

La noche que nos vemos por primera y última vez, Rocío me enseña en la pantalla de su celular los TikTok de una niña posando en playera, pelirroja y lacia melena, grandes arracadas; de fondo música de banda o reguetón: es Evelyn.

Dice que Evelyn llegó a acumular entre seis mil y un millón de seguidores.

Siempre que estaba a punto de monetizar la bloqueaban.

En sus ratos de ocio Evelyn oficiaba de peinadora y maquillista de sus tías, las hermanas de Rocío.

Había aprendido estética con el profesor YouTube.

CRIMINALIZAR A LA MUJER

Poco después que se difundiera la noticia de la localización sin vida de Evelyn, empezó a circular en los medios y en las redes sociales un rumor que a Rocío le disgustó sobremanera.

A mí no me pareció lo que la prensa dijo, que era prostitución. Ella trabajaba en una tienda porque quería ser enfermera”, aclara.

En la ENDIREH 2021, el 13 por ciento de las mujeres de 15 años y más aseguró haber sufrido violencia digital a lo largo de su vida, es decir la publicación de información personal, fotos o videos (falsos o verdaderos).

Yunuen Castillo Menchaca, de la colectiva Furia, opina sobre el caso Evelyn:

Es muy lamentable que nuestra sociedad sea tan doble moral, tan dura, tan cínica y tan hipócrita, que siempre a las mujeres se nos criminaliza, se nos culpabiliza de que si nos violan es porque traíamos falda, que nos asesinan porque íbamos caminando solas, de noche, en la calle, no se trata de eso”.

La misma encuesta señala que el 28% de las entrevistadas opinó que las mujeres que se visten con escotes provocan que los hombres las molesten.

De pronto, dice Yolanda Montes, especialista en prospectiva y perspectiva de género, la sociedad busca la forma de minimizar los feminicidios, de abatirlos, “de hacerlos como que... ‘pero se lo merecía’”, de buscar justificaciones extraordinarias.

Suponiendo que Evelyn se dedicara a esa actividad, eso desde ningún punto de vista la hace una mala persona que mereciera un final como el que tuvo o que debiera ella avergonzarse. Ni siquiera tendríamos que hacer mención de una situación así. El hecho como tal es que ella murió a manos de una persona que no tenía derecho, por ningún motivo, a quitarle la vida”.

Rosa María Salazar, la directora del refugio “Luz y Esperanza”, que atiende a víctimas de violencia extrema, expone la necesidad de un cambio en la cultura para evitar estereotipar a las mujeres.

Cuando sucede un feminicidio viene la deificación de la víctima, es el parámetro que todo mundo espera de una mujer, las personas, medios de comunicación, legisladores, ministerios públicos, esperan que las chicas sean de familia. Que sean niñas que van a trabajar, que regresan a su casa, que no salen con nadie, que su cuerpo no está rayado. A eso se le llaman deificación”, explica Salazar.

Lo segundo es el envilecimiento de la víctima: “es que no era de familia, andaba en el antro, su cuerpo rayado. Ah pos, ¿ya se fijaron cómo andaba?, ¿ya se fijaron a qué se dedicaba?”, añade.

Después la gente califica qué es injusto y qué es justo: “¿por qué dices que injustamente?, ¿porque se dedicaba solo a su casa?, y a la otra que andaba en la calle, que iba de antros, ¿por eso la mataron? Tenemos que cambiar, desaparecer eso de nuestro lenguaje”, pide la directora del refugio.

En 20 años Luz y Esperanza ha rescatado del feminicidio a 600 mujeres, pero no solo a ellas sino también a sus hijos.

Trabajas con una mujer y trabajas para generaciones futuras”, explica Salazar.

EVELYN NO REGRESÓ

Una tarde más en las canchas de la 24 contemplo las bardas firmadas con la impronta de las clicas que traen asolado el rumbo.

Después me entero que la organización Cristo Vive ha contado al menos 20 pandillas alrededor de la colonia Amistad.

Sus nombres: Junior Amistad, Pelones, La Onda, Chacales, Wander y Titanes Morelos, son moneda corriente aquí.

Su recreación favorita: el crico.

Me voy pensando que Evelyn hace mucha falta acá.

Después de su feminicidio no hubo velorio ni misa.

Y a la familia le fue vedado el derecho de abrir el ataúd para despedir a Evelyn, cuyo cuerpo se encontró tres días después de su asesinato.

El domingo 16 de octubre Rocío había esperado hasta la madrugada a que Evelyn regresara del trabajo.

Al final de su última conversación Rocío le preguntó a Evelyn si ya iba para la casa.

No le contestó.

Con las horas creció la angustia de Rocío.

Imagino a Rocío en sus pesquisas frenéticas preguntando por Facebook, por celular a cuantos contactos tenía su hija.

Nadie la había visto.

Con nadie había estado.

El lunes por la mañana Rocío fue a la tienda donde Evelyn trabajaba, tenía la esperanza hallarla, que no sabían nada de ella, le dijeron.

Entonces se presentó a las autoridades.

Horas después rondó las redes sociales una ficha con la fotografía de Evelyn, sus señas particulares y la leyenda “DESAPARECIDA”.

Los días que siguieron fueron de ansiedad y desesperación para Rocío y su familia.

Los de la Fiscalía decían ‘es que la señora parece zombi, le estamos hablando y no está concentrada’”, cuenta Rocío.

Más tarde las cámaras de vigilancia de un Oxxo cercano al lugar de trabajo de Evelyn mostraron la imagen de la niña subiendo a una motocicleta con un desconocido que arrancó a toda marcha perdiéndose en la urbe.

No sabemos por qué Evelyn se fue, porque se fue por su propia voluntad, ya se vio en los videos. No sabemos por qué él hizo lo que hizo, si mi hija conocía al asesino o no, no sabemos si le llevó comida, él era de Rappi, o por qué ella se fue con él, no sabemos nada”, explica Rocío.

$!Otra vez un feminicidio en Coahuila sacude a la sociedad. Un feminicidio de una menor de edad.

El martes 18, Isaac, el mejor amigo de Evelyn, localizó el celular de la chica y a la persona que lo tenía.

Era un estudiante que había encontrado el aparato por casualidad en la azotea del negocio de su padre, situado en Paseo de la Reforma, a la vuelta de unos departamentos de la colonia Rancho las Varas, el lugar donde más tarde hallarían el cuerpo de Evelyn.

Un jueves muy de mañana estoy frente a los apartamentos amarillo canario con enrejado de Rancho las Varas.

Don Pedro, hermano de la propietaria de la privada de dos niveles con cuatro alojamientos, me dice de Alejandro N, el presunto feminicida, que era saludador.

Saludaba a todos aquí, salía en su moto a trabajar, paseaba a su perro, no hacía problemas”, dice.

Y dice señalando los dos departamentos de la planta alta, en uno de los cuales permaneció el cadáver de Evelyn, que la novia de Alejandro vivía en el de junto.

Taba guapa, tenía su carro y todo”.

¿Vio a Evelyn alguna vez?

A la muchacha nunca la vi.

Con el celular de Evelyn en su poder, los sabuesos de la Fiscalía ubicaron el lugar exacto donde la niña había estado por última vez.

Era la privada de departamento de la calle 16 de Septiembre, en Rancho las Varas.

Su cuerpo se hallaba en un clóset, dentro de un bote de esos que se utilizan para guardar la ropa sucia, envuelto en bolsas negras y cobijas.

Datos de la Comisión de Seguridad y Protección Ciudadana revelan que durante 2022 el Agrupamiento Violeta de la Policía Municipal atendió 3 mil 600 reportes de auxilio, la mayoría de mujeres víctimas de violencia.

Entre ellos no hay ninguno de Evelyn.

Según la ENDIREH 2021, el 72.3% de las mujeres de 15 años y más en Coahuila dijo haber sufrido violencia de algún tipo en algún momento de su vida.

Nuestro objetivo es erradicar la violencia contra las mujeres y por ende erradicar el feminicidio”, me dice Gabriela Carrillo Ramírez, la coordinadora del Agrupamiento, un mediodía que salgo con ella a patrullar la ciudad.

Y dice que el Agrupamiento nunca tuvo reportes de violencia por parte de Evelyn o su familia, hasta su desaparición.

El miércoles 19 de octubre, como a las 9:00 de la noche, llamaron a Rocío de la Fiscalía para avisarle que habían encontrado un cuerpo con las señas particulares de Evelyn: un tatuaje con el nombre de “Rocío” y otro de una cruz atrapada en una enredadera.

Los tatuajes que su madre le había permitido grabarse como regalo la víspera de su cumpleaños 17, que se celebraría el 29 de noviembre y al que Evelyn nunca llegó.

El día de su cumpleaños sus amigos le mandaron rosas. Todos fuimos al panteón”, recuerda Rocío.

Horas después de la localización de Evelyn, la prensa informó sobre la detención y encarcelamiento de Alejandro N. el presunto feminicida de la niña.

Rocío evoca la tarde que estuvo en Rancho las Varas, horas antes de que encontraran el cuerpo de su hija.

Ahí se me paró a mí el corazón y como que me abrazó a mí algo bien frío”.

Al presunto asesino lo tuvo de frente, riéndose. Andaba con una muchacha y un perro. “Le mostramos la foto de Evelyn y nunca dijo nada. Le pedíamos permiso para llegar a donde encontraron el celular, queríamos subirnos al techo. Nunca supimos que era él, hasta que lo agarraron”.

El sábado siguiente, 22 de octubre, Rocío lo reconoció en la audiencia.

José Guadalupe, el papá de Evelyn, se transporta a ese momento:

En la primera audiencia no le dije nada, en la segunda sí lo quise golpear, pero se paró un fiscal y luego, luego me agarró, me dijo que me calmara, le digo, ‘como a ti no te pasó, si te hubiera pasado esto con tu hija, ¿tú crees que iba a estar el chavo aquí?, ponte en mi lugar’”.

Mi última tarde en la cancha 24, el campito de beisbol donde Evelyn disfrutaba enseñando beisbol a los niños del barrio, sigue vacío y silencioso, como esperando que Evelyn regrese.

Mamá yo siempre regreso, siempre...”.

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