Linnet fue víctima de agresiones físicas y psicológicas por parte de su esposo. Sufrió violencia sexual y obstétrica. Cuando tuvo a sus hijos, el padre se los quitó, entonces sufrió violencia vicaria. Y día con día Linnet tiene que enfrentar la violencia institucional del sistema en Coahuila-Su historia es un testimonio de una violencia sin fin.
- 03 marzo 2025
En el video, Linnet, emocionada, abrazando, en un abrazo apretado, cálido, a sus dos críos gemelos.
Karin Sofía y Roberto José, seis años.
Faltan unos días para la Navidad y Linnet y sus padres, los abuelos de sus hijos, han venido hasta el colegio con regalos.
Linnet los toma en sus brazos, los besa, con un beso largo, y les entrega una carta que ella ha escrito de su puño y letra.
Luego la familia se toma la foto del recuerdo, para el recuerdo, en un patio exterior de la escuela, de fondo un jardín artificial.
El encuentro dura dos minutos o menos y nada más.
Sería la segunda Navidad que Linnet no vería a sus hijos, después de dos años y medio de convivir con ellos, una hora a la semana, bajo una visita supervisada, en el lobby, el salón u oficina de una dependencia gubernamental.
“Estamos desesperados”, dirá Jana, la madre de Linnet en un mensaje de whatsapp.
Y que Linnet está deprimida, no quiere hablar ni ver a nadie.
Hacía más de dos años y medio que Roberto José, el hoy exesposo de Linnet, se había llevado a los niños de la casa y jamás regresado.
Ocurrió a mediados de 2022 después de que Linnet enfermó de Covid, que ella y Roberto se estaban divorciando.
Roberto había sacado a los niños de la casa con la excusa de que Linnet descansara y los había dejado al cuidado de su madre, la exsuegra de Linnet.
Desde entonces Linnet ya no volvería a tenerlos con ella.

LAS DIFERENTES VIOLENCIAS
Roberto se había llevado también las cédulas profesiones de Linnet, los pasaportes mexicanos y checos de ella y de los niños, además de actas de nacimiento y la factura de una camioneta que Linnet había comprado.
Durante el matrimonio, la relación de Linnet con Roberto había ido escalando los distintos niveles del violentómetro: desde las humillaciones en público, pasando por las amenazas, prohibiciones, descalificaciones, empujones y jalones, hasta la violencia sexual, el nivel 25 de 30.
Lo de la violencia vicaria vendría después.
“La violencia vicaria es una forma de seguir violentando a las mujeres a través de los hijos. Es maltratar a la mujer donde más le duele. Cuando el hombre ya no puede tener el control sobre la mujer, va sobre los hijos”, dice Hatzy Colunga, abogada y representante en Coahuila de la colectiva Vasta Violencia Vicaria.
Linnet había guardado en secreto aquel sufrimiento.
Hasta el día que don José Luis Serrano, su padre, entró en la casa y la encontró tirada en el piso, privada sobre una laguna roja y espesa.
Linnet, se estaba desangrando.
En aquel momento no había nadie, su entonces marido la había dejado sola, como lo haría el día que sus gemelos iban a nacer, que Linnet se sentía mal y él se negó a llevarla al hospital, alegando una junta de trabajo.
La vez de la hemorragia, Linnet, viéndose sola y desangrada, sin otra opción mejor, llamó a su padre. Que se sentía mal, le alertó.
Apenas llegó, Luis la miró hundida en su propia sangre, la levantó como pudo y la trasladó al sanatorio.
Una escena que habría dejado a don Luis sin aliento.
Los médicos diagnosticaron aborto espontáneo, pusieron a Linnet sobre la fría plancha del quirófano y le practicaron un legrado.
Luis, el padre, como en otras ocasiones, tuvo que echar mano de su seguro de gastos médicos mayores, porque el de Roberto, su yerno, estaba limitado.
Don Luis refiere que el comienzo de la tragedia de su hija Linnet Serrano Petrzela, una ciudadana checo – mexicana, con residencia en Saltillo, fue a partir de la violencia obstétrica que padeció por causa de su exmarido Roberto José Díaz García:
Cinco inseminaciones sin éxito, tres procedimientos in vitro, dos abortos... le costaron a Linnet que, todavía hace cerca de un año y medio, el médico dictaminara un total desorden en su sistema hormonal y le colocara un chip para estabilizarla.
Habían transcurrido dos años de matrimonio y Linnet, quien se casó en 2014, no había conseguido tener familia.
Comenzó entonces, por insistencia de su exmarido, un doloroso peregrinar en los consultorios de varios centros de reproducción asistida de Saltillo y Monterrey.
Por esos días un espermograma practicado a Roberto revelaría la existencia de una enfermedad conocida como teratozoospermia; o condición del varón que se caracteriza por la producción de espermatozoides defectuosos o deformados, lo que produce esterilidad.
Que él no podía tener hijos, le anunció llanamente el especialista.
“La causa de infertilidad primaria, fue por el factor masculino, específicamente”, advierte Luis, el papá de Linnet.
Y aquel dictamen habría provocado la ira de Roberto.

VIOLENCIA AL LÍMITE
Exhausta y dolorida por todos los procedimientos invasivos a que había sido sometido su cuerpo, Linnet habló con Roberto sobre la posibilidad de adoptar, y esa sería la gota que desbordó el río de la furia de Roberto.
“Ella le dijo que ya estaba cansada, que no podía con los tratamientos. Y todo era por culpa de él”, narra don José Luis.
Roberto continuó presionando a Linnet para que siguiera con los procedimientos de fertilidad, que de a poco se tornaban en un tormento para ella.
Forzada por Roberto, Linnet se había expuesto, sin razón, dos veces, a un doloroso estudio que en ginecología se llama histerosalpingografia, que sirve para valorar la arquitectura y permeabilidad del útero y las trompas de falopio, y que se realiza introduciendo un espejo por la vagina.
Una de los tantos martirios que Linnet hubo de soportar estoicamente.
Aparte, se había hecho practicar una histeroscopia del útero y una hidrolaparoscopía con biopsia de endometrio bajo sedación.
“Otra chinguita, y luego mi hija es muy menudita”, dice Luis, el padre.
El resultado de todas las pruebas arrojó que Linnet era sanamente fértil, que “estaba limpia”, dice Linnet.
Con el tiempo, a su atroz historia clínica se habría sumado una infección generalizada oral y vaginal, que ameritó tratamiento, cuenta Luis.
“Ahí mi hija dice ‘¡ya!’, pero tenía miedo”.
No era la única forma de violencia que Linnet había padecido en su matrimonio. Frecuentemente era víctima de insultos, empujones, jalones por el cuello y abusos sexuales de Roberto.
“Me agarraba y me jalaba de la piyama”, narra Linnet.
“La mayoría de nuestras usuarias ha pasado por casi todas las formas de violencia de género”, detalla Isa Ruiz, integrante de la colectiva Madres Coahuilenses contra la Violencia Vicaria y de la organización nacional Vasta Violencia Vicaria.
Lo de la violencia vicaria, una vieja modalidad de maltrato, pero que hasta recién fue incluida en la ley, vino más tarde.

SUSTRACCIÓN, RETENCIÓN Y OCULTAMIENTO DE MENORES
Registros de la colectiva Madres Coahuilenses contra la Violencia Vicaria, indican que esta organización recibe entre dos y tres casos de sustracción, retención u ocultamiento de menores por semana provenientes de todo el estado.
“Tenemos casos en los que se ha estado peleando una custodia durante nueve años”, dice Isa Ruiz, la primera mujer que se atrevió a poner una demanda por violencia vicaria en Coahuila.
Según la respuesta a una solicitud de información, (folio 050096900011324), de 2020 a 2024 la Fiscalía General del Estado inició en Coahuila un total de 147 carpetas de investigación por los delitos de sustracción, retención u ocultamiento de personas menores de edad o incapaces.
El municipio de Torreón encabeza las cifras con 96 casos.
Por su parte, la Secretaría de las Mujeres de Coahuila reportó ocho expedientes relacionados con esta violencia vicaria, según respuesta a una petición de transparencia (folio 050098600002224).
“Claro que muchas mujeres no saben que pueden denunciar porque ellas mismas piensan, ‘es que es el papá’. O están tan pobres y sin herramientas que no saben qué hacer”, dice Ariadne Lamont, coordinadora de Justicieras por Nuestras Infancias y de Activistas Feministas de la Laguna.
Linnet había mantenido en secreto, por años, las agresiones físicas, psicológicas y la violencia obstétrica que sufría.
Sus padres solo sabían que estaba con medicamentos hormonales, pero nada más.
“Estábamos ajenos a esto...”, relata Jana Petrzela, la madre.
Hasta que pasó lo de la hemorragia, que Linnet se estaba desangrando.
“Él quería a fuerza que Linnet se embarazara, ahí mi hija levantó la mano, le dijo ‘dame chance’”, platica Luis.
Después de cinco inseminaciones fallidas, tres procedimientos in vitro y dos abortos, Linnet logró embarazarse, fue un embarazo gemelar.
LOS ENGAÑOS
El de Linnet, dirá ella misma, habría sido un embarazo difícil y en el que, además de enfrentar las molestias propias de su estado, la diabetes gestacional y la preeclampsia pusieron en riesgo su vida.
Sus hijos Karin Sofía y Roberto José, nacieron en una operación cesárea, prematuros y con bajo peso, un 4 de julio de 2018.
“A ella se le hacía que se quedaba en la plancha”, dice Jana, la madre de Linnet.
Luego del parto los niños serían inmediatamente alojados en el área de terapia intensiva, sin que Linnet los viera.

Ahí permanecieron 28 días. Los gastos corrieron, de nuevo, por cuenta del padre de Linnet.
A su salida del hospital Linnet cayó en una depresión post parto, que la tumbó en cama durante semanas.
“Roberto deja de atenderla, atiende a los niños en sus ratos libres, que son pocos, porque él trabaja todo el día, y empieza a haber un distanciamiento”, dice Luis, el papá de Linnet.
Entonces la vida marital de Linnet y Roberto se tornó en una atmósfera de gritos y discusiones constantes.
Al final Roberto la llevó con un psiquiatra que le recetó medicamento controlado.
“Entraba a las sesiones del psiquiatra y mi hija lo permitía”, recuerda Luis.
Más tarde, con el engaño de que la llevaría a un retiro espiritual, Roberto la internó, contra su voluntad, en un centro de tratamiento especializado en adicciones para mujeres, ubicado en Santiago, Nuevo León.
Roberto se había opuesto a sacarla de aquel lugar, hasta que al cabo de tres meses la dieron de alta.
“Yo rezaba todos los días. El baño asqueroso, la lavandería tenía ratas”, cuenta Linnet.
De vuelta a casa los conflictos entre la pareja se reanudaron con más fuerza.
Linnet, de profesión licenciada en relaciones internacionales, con dos años de inglés en Austin y una maestría en administración de empresas, quería trabajar. Roberto se lo prohibió.
“Él le decía que no, que era risible lo que iba a ganar”, abunda don Luis.
Viendo que su situación de maltrato ya era insostenible y que los niños iban creciendo en medio de aquel ambiente de pleitos, Linnet propuso a Roberto un divorcio salvador, él se negó.
“Cuando me aventó del cuello fue porque yo le pedí el divorcio y él dijo que no. Así dijo, ‘de ninguna manera’ y me agarra y me... me aventó”, narra Linnet.
“Linnet no estaba feliz con el trato que él le daba. Cuando vi los conflictos que tenían le dije a Beto, ‘divórciense, se la pasan discutiendo, no es sano ni para ustedes ni para los niños’. Me decía, ‘no doctor, yo no tengo plan b’”, narra don Luis.
“SE LOS LLEVÓ”
A mediados de 2022 Linnet enfermó de coronavirus. Roberto, tomando como excusa su enfermedad y sin contar con su pleno consentimiento, sustrajo a los niños del hogar familiar, al perro de la casa, y los puso al cuidado de su madre, la abuela paterna.
Al respecto, la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia de Coahuila, establece que “comete violencia vicaria quien, por medio de cualquier acto u omisión, utilice como víctima directa de violencia a las hijas o los hijos, familiares, personas adultas, con discapacidad, en situación de dependencia, mascotas, para causarle algún tipo de daño a la víctima, generando una consecuente afectación psicoemocional o física”.
“A veces pasa que sustraen a los niños o logran, por vía legal, la custodia completa de las infancias, y a veces ni siquiera ellos se hacen cargo, van a dar a manos de los abuelos”, dice Hatzy Colunga, también abogada.

A partir de aquel día Linnet no los tendría más con ella.
Comenzaría entonces una lucha judicial de Linnet por recuperar a sus críos, y de Roberto por retenerlos.
Cierto día Roberto se presentó en casa de Linnet con un abogado y un notario. Llevaba una demanda de divorcio en la que exigía el desalojo del domicilio conyugal, en un plazo de tres días, y el otorgamiento de la custodia provisional de sus hijos Roberto José y Karin Sofía Díaz Serrano, argumentando que la madre era alcohólica y consumidora de pastillas de Rivotril y benzodiacepinas.
“Además dice que Linnet fue internada en el Hospital La Concepción por consumir un exceso de pastillas para dormir, y porque no comía, y que además había intentado suicidio. Eso es lo que pone en la demanda”, detalla don Luis.
“Hay muchos jueces familiares que, de la manera más inopinada, por no decirle más fuerte, van los hombres y dicen ‘es que ella consume drogas’, y el juez sin asegurarse que eso sea verdad le otorga la custodia a ese señor.
“Y resulta que ese señor es un vividor, es un violador de infancias, de adolescencias, a todo mundo le debe dinero, extorsiona a medio mundo, anda brincando de estado en estado para que la autoridad no le eche el guante, y las autoridades frágiles, ‘ay es que ya no está, ay es que no está localizable’”, advierte Ariadne Lamont, coordinadora de Justicieras por Nuestras Infancias y de Activistas Feministas de la Laguna.
Roberto reclamaba, además, la cesión de cuantos muebles había en la vivienda y un 30 por ciento de manutención.
“Y que si Linnet no puede, propone que constituya un fiador para garantizar el punto anterior. Qué canalla el tipo”, critica Luis.
LA VIOLENCIA INSTITUCIONAL
Después de varias audiencias, en las que, a decir de Linnet y sus padres, hubo influyentismo y corrupción de la autoridad judicial, la jueza de lo familiar Cristina Aguirre Martínez, señalada por sus malas actuaciones en otros casos de violencia vicaria, terminaría otorgando la guarda y custodia de los niños a Roberto José Díaz García, el papá.
“Vemos cómo también hay mujeres que venden a otras mujeres y sus derechos, por seguir teniendo trabajo”, cuestiona Isa Ruiz de Madres Coahuilenses contra la Violencia Vicaria.
Uno de los problemas al que se enfrentan las madres como Linnet, exponen las especialistas en violencia vicaria, es la falta de sensibilidad y capacitación de las autoridades, tanto a nivel de fiscalías como de funcionarios jurisdiccionales.
En este sentido, la Secretaría de las Mujeres de Coahuila respondió a un requerimiento de información, (folio 05009860003824), que desde finales de 2023, fecha en que se incluyó en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, la modalidad de vicaria, y hasta 2024, se había impartido solamente una capacitación sobre este tipo de violencia.
Con ella se impactó a 352 servidores y servidoras públicas de todo el estado, encargados de brindar atención psicológica, psicología forense, asesoría legal, trabajo social, a féminas en situación de violencia.
“A los ministerios públicos hasta les da miedo y te dicen abiertamente, ‘es que yo no conozco esa violencia, es que no sé cómo ponerle’. Principalmente jueces y ministerios públicos tendrían que ir a una escuela que ellos mismos armaran y que trajeran a gente que los capacitara”, subraya Ariadne Lamont.
Ale Sánchez, de Vasta Violencia Vicaria, cuestiona también el hecho de que en el Poder Judicial de Coahuila los impartidores de justicia están incumpliendo una obligación que tienen de vigilar y echar a andar todos los mecanismos posibles para prevenir y erradicar cualquier tipo de violencia contra la mujer.
“Eso no lo está haciendo nadie eh, ni Secretaría de las Mujeres ni las fiscalías ni los tribunales ni los centros de justicia, ninguna autoridad ni institución, dedicada a la atención de delitos contra la mujer, lo está haciendo. Les importa nada la seguridad de las mujeres”.
LAS PRUEBAS NO IMPORTAN
Al parecer no fueron suficientes las demandas por violencia familiar, sustracción, retención de menores y desacato, ni de violencia vicaria que Linnet y sus abogados habían puesto en contra de Roberto.
Hoy pesan sobre él, incluso, diversos amparos, órdenes de restricción y una ratificación de vinculación a proceso por los delitos de violencia física, psicológica, económica, obstétrica y vicaria, así como una sentencia resultado de estas querellas.
“A pesar de eso sigue teniendo a los niños”, cuestiona Luis.

El artículo 9, fracción lll, de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, mandata que “con el objeto de contribuir a la erradicación de las violencias contra las mujeres dentro de la familia, los Poderes Legislativos, Federal y Locales, considerarán establecer la violencia familiar y la violencia a través de interpósita persona, (violencia vicaria), como causales de divorcio, de pérdida de la patria potestad y de restricción para el régimen de visitas, así como impedimento para la guarda y custodia de niñas, niños y adolescentes”.
En cambio, a Linnet la jueza Cristina Aguirre le concedería solamente una convivencia limitada con sus hijos, primero los fines de semana, y luego apenas una hora los miércoles, en casa de la abuela paterna, y nada más.
Los papás de Linnet no podrían verlos.
“En una de las audiencias mi hija toma la palabra y se dirige a Cristina, le dice ‘su señoría, me imagino que usted es madre y es mujer y se ha de imaginar por todo lo que yo pasé para poder tener a mis hijos, y que nada más me los arrebaten de un trancazo, eso duele’”, platica Luis.
“Cómo iba a ser así, hijos de mi vientre, una hora en casa de mi exsuegra, están locos”, dice Linnet.
Y todo iba bien, dentro de lo que cabe, hasta que la jueza Cristina Aguirre dio trámite a una solicitud, con fecha del 9 de noviembre de 2023, firmada por Roberto José Díaz García, en la que pedía de manera urgente la suspensión de la convivencia.
“Ella tiene un amigo y Roberto inventaba que su amigo se quedaba a dormir con ella y que habían viajado a Monterrey, ‘por lo que representa una situación de riesgo para nuestros hijos’, ponía en la carta. Aunque mi hija fuera una presidiaria tendría derecho de ver a sus niños.
“El señor metió una carta, que nosotros estábamos incumpliendo con los términos de la convivencia. Y la jueza da entrada sin corroborar nada...”, apunta Luis.
“Hablamos de que hay una justicia patriarcal donde a los padres se les cree más, los juicios se llevan más fácil o más rápido cuando un padre va y acusa violencia de parte de la mujer. Se le cree más que si una mujer va y acusa violencia de parte de su cónyuge. Todo eso está mal y contribuye, a través de la violencia institucional, a que las madres pierdan a sus hijos”, precisa Hatzy Colunga, abogada y víctima de violencia vicaria.
LLAMADO DE AUXILIO
Gracias a que tanto Linnet como sus hijos tienen la nacionalidad checoslovaca, fue que la familia pudo solicitar ante la embajada de aquel país su auxilio en el caso.
El 9 de enero de 2024 el Consulado checo envió una carta oficial pidiendo para Linnet y sus dos hijos “un trato justo y una solución a su situación correcta y rápida”.
“El Consulado de la República Checa, estaría agradecido a las autoridades mexicanas correspondientes, si estas pudieran apoyar a la ciudadana checa y a sus hijos menores...”, se lee en la carta.
Sin embargo, el documento no surtió efecto alguno y hasta hoy Roberto sigue ostentando la guarda y custodia de los pequeños.
Luis, el padre de Linnet, dice que en estos reveses de la justicia ha influido además la opinión del Centro de Evaluación Psicosocial del Poder Judicial de Coahuila, que tras realizar un estudio fast track, parcial y sesgado del asunto, inclinó la balanza hacia Roberto y terminó por recomendar a la autoridad convivencias supervisadas de Linnet con sus hijos, una hora a la semana, en un Caif.
“Fueron tres entrevistas personales con Linnet, una con nosotros y otra con los niños. Ahí dicen que estaba muy nerviosa, que no se concentraba. La evaluación dice que Linnet no es capaz de tener a los niños, que recomienda tratamiento psiquiátrico, psicológico y una hora de convivencia en forma supervisada. Hicieron mucho daño en la investigación psicosocial porque ahí hay mucha mentira.
“A esta edad el apego maternal es fundamental para el desarrollo y crecimiento de los niños. Eso está científicamente comprobado. Y entonces ellos están limitando eso”, subraya don Luis.
Los padres de Linnet piensan que en las resoluciones de los jueces han tenido que ver también las relaciones de amistad de la familia de Roberto, con el magistrado presidente del PJECZ Miguel Felipe Mery Ayup, y la directora del Centro de Evaluación Psicosocial, Martha Alicia Flores Prida.
“El padre, tiene poder, ejerce poder, poder y dinero. El dinero y el poder da la pauta para corromper funcionarios, corromper jueces...”, declara la abogada Hatzy Colunga, quien se ha echado a cuestas la tarea de acompañar y orientar a mujeres víctimas de violencia vicaria.
Semanario solicitó a Rolando Franco, encargado del área de Comunicación del Poder Judicial del Estado, una entrevista con el magistrado Miguel Mery, a fin de que aclarara el asunto de Linnet y de otras madres víctimas de violencia vicaria en Coahuila, pero hasta el cierre de edición no se había reportado.
“Las autoridades dicen ‘adoramos a las infancias, y las cuidamos y las vemos como el futuro de Coahuila’. Eso no es cierto, en realidad las autoridades son bastante negligentes, omisas, abusonas, cometen muchos abusos de poder con la madre que se decide a denunciar y con las mismas infancias.
“Los jueces tienen la obligación de juzgar con perspectiva de género, con enfoque de infancias, con enfoque de derechos humanos y no lo hacen. Y si la persona agresora es conocida o hermana o prima, la recomendaron, no la van a procesar”, afirma Ariadne Lamont.
UNA LEY RABONA
La Navidad de 2023 Linnet y sus padres la pasarían sin los niños, lo que significaría un duro golpe a las emociones y el ánimo de la madre.
El 2024 transcurría sin novedad: la autoridad había ordenado una convivencia supervisada de Linnet con sus hijos, una hora a la semana, primero los viernes y luego los lunes, en el Caif colonia República y nada más.
“Yo siempre pedí una custodia compartida. Nunca le quise quitar a los hijos”, dice Linnet.
Luis comenta que, en más de una ocasión, los niños se han presentado enfermos de gripa y tos a las convivencias.
Y en el encuentro más reciente con Linnet, la pequeña Sofía llegó sin dientes, diciendo que se había caído.
Ariadne Lamont, coordinadora de Justicieras por Nuestras Infancias y de Activistas Feministas de la Laguna, advierte que la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia de Coahuila, se quedó rabona.
“La legislatura pasada, la sexagésima segunda legislatura, nos quedó a deber a las mujeres. No colocaron algo muy importante: que si al agresor que comete la violencia vicaria se le comprueba también que está cometiendo violencia contra esa niña o niño, inmediatamente debería de perder la patria potestad.
“Todo ese abandono y rechazo que están viviendo esas criaturas a manos de su propia familia, porque son su abuela, la madre del agresor, son sus tías, es su papá... debería estar tipificado. La autoridad debería de investigar cómo están esas criaturas en esa otra casa. Que la empiojaron, no le daban de comer, no la mandaban a la escuela. Que el hombre pierda la custodia, y no nada más la custodia, la patria potestad. Y que sean destituidos los funcionarios que actuaron como estorbos entre la madre y sus hijos”.
Con base en información obtenida por transparencia (folio 051259000028824), de 2018 a la fecha, el Poder Judicial del Coahuila ha emitido 279 sentencias de pérdida de patria potestad sobre papás, por motivos de abandono, descuido, incumplimiento de obligaciones, falta de convivencia, maltrato y omisión de cuidados, entre otros, contra 38 madres que han dejado de ejercer la tutela de sus hijos por iguales motivos.
Luis dice que los que la están llevando en todo este asunto son sus nietos y no es justo, porque la autoridad no está considerando lo que están sufriendo los niños.
“Es una exposición constante de los niños, las niñas y los adolescentes a un trauma, y entonces no se les da espacio para sanar y se les está obligando a convivir con un agresor”, explica Ale Sánchez, de Vasta Violencia Vicaria y una de las promotoras de le ley vicaria a nivel nacional.

VIOLENCIA SIN FIN
A final de 2024, Linnet se enfrentaría a una nueva contracción:
El Caif resolvió suspender las convivencias, argumentando que ya no había espacio en su agenda para recibirla a ella y a sus hijos.
Y en su informe sugería al juez familiar mayor tiempo de convivencia, (convivencias libres y sin supervisión), a fin de reforzar el vínculo afectivo de Linnet con los niños.
Esto después de determinar que había una interacción positiva entre la madre y los pequeños.
“Buena organización en el manejo de las actividades que realiza con sus hijos durante la convivencia. Existen muestras de afecto de la madre hacia sus hijos. La madre se esfuerza por mantener una proximidad con los menores”, dice la resolución del Caif.
“En una de las convivencias estábamos mirando un video de Aladdin en el celular y le digo yo a mi niña ‘es el genio que concede tres deseos ¿Quieres chocolates, paletas, nieves?, dijo: ‘mami, quiero estar contigo’. Yo me fui para atrás. Nadie la incitó a decir eso”, recuerda Linnet.
Cerca de la Navidad 2024 los papás de Linnet solicitaron una convivencia extraordinaria con los niños, pero el juez familiar se negó alegando un amparo federal no resuelto, además de que no repuso las convivencias de una hora, un día a la semana.
“Conclusión, que estábamos mejor cuando estábamos peor. Nosotros solicitamos desde octubre del 2023 convivencia con los abuelos y Roberto se ha negado, sistemáticamente, a ser notificado. No se deja notificar, corre, dice que no es él... Está haciendo todo para que esto se prolongue y mi hija se clave más en la depresión, porque todo eso le afecta y a eso están jugando ellos.
“Realmente ha sido un viacrucis para nosotros. Mi hija está mal porque llora, no quiere hacer nada porque está deprimida, llora mucho. Le digo ‘tú tienes que estar fuerte hija, porque la única forma de ganar esto es que tu estés fuerte’”, dice Luis.
“Lo que estamos viendo es que los jueces están siendo muy faltos de sensibilidad cuando uno les expone, ‘oye estoy sufriendo este tipo de violencia...’. La inactividad de los juzgadores provoca que este tipo de violencia vaya escalando”, apunta la abogada Hatzy Colunga.
Otra Navidad más que Linnet pasaría sin sus críos.
Fue cuando lo de la visita al colegio, que pidió permiso para mirarlos y entregarles regalos.
“Santa ya llegó a la casa”, se escucha que les dice en el video...
Santa llegó a casa y, otra vez, no los encontró...